Mirkwood

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TAURIEL POV

Me volteo atendiendo a quien fuera que me llamara. Vaya miren a quien tenemos aquí.

-¿Puedo ayudarte en algo

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-¿Puedo ayudarte en algo... Naerilia? -levanto mi mano izquierda y la coloco en mi rostro haciendo sobresalir mi anillo de compromiso.

Noto como se tensa pero lo disimula bien.

-Quería decirle que me porté mal hace un rato, princesa -pronuncia entre dientes- me disculpo por eso y a la vez me pongo a su servicio.

-¿Qué clase de servicio? -algo se trae entre manos.

-De su asistente personal, el que usted quiera.

La analizo, analizo su propuesta pero sé que hay un trasfondo en todo esto. Pero, ¿y si me divierto un rato?

-Lo pensaré -respondo sin expresión en mi rostro- ¿eso es todo?

-Sí mi señora.

-Perfecto, con tu permiso.

La dejo atrás y en mi cabeza pasan muchas cosas, sin embargo, no quiero pensar en eso ahora.

-¡Aquí está mi futura reina!

-Own Reindel -la abrazo.

-Puedo imaginar lo feliz que debes estar en estos momentos, ¡te casas con el príncipe!

-¡Sí! -Reindel quizá sea la única que sabe todo el sufrimiento que tuve que pasar por haberme enamorado de Legolas- me parece increíble. He hallado la luz al final del túnel.

-Tú siempre has sido la luz mi pequeña. Todo lo bueno que está sucediendo en tu vida te lo tienes merecido, ahora es momento de disfrutar: esta noche, mañana y todos los días que vengan. Así que ¡vamos!, ¡vamos a bailar! Si quieres beber ¡bebe! Si quieres comer, ¡come! Si quieres reír, ¡ríe! Pero disfruta.

Agarra mi mano y me atrae hacia la pista de baile. La melodía es movida y alegre, los elfos danzan sutil y delicadamente. Los hombres le ponen más soltura y los enanos más diversión.

Yo me siento atrapada en un desfile de risas y colores. Diviso a Reindel bailar muy de cerca con el rey Thranduil. Mmm, estos dos están muy sospechosos. Aplaudo al ritmo de los demás y mis caderas comienzan a tomar vida.

Unas manos se prenden a mi cintura y me veo obligada a tomar la cintura del de adelante. Es una especie de ronda. Caminamos en círculos danzando. Entonces una pareja es echada al medio y todos aplauden.

Así van pasando una, dos, tres y todas las parejas al medio.

-Venga señorita Tauriel, está siendo solicitada en la mesa de los enanos -dice un enano tirando de mi vestido.

Lo miro tiernamente y me dejo guiar por él hasta que llegamos a dónde estaban Legolas, Gimli, Kili, Antonia y otros enanos que habían venido desde Erebor.

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora