Mi corazón tiene dueño

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-¡A bailar! Vamos hijo, sal a bailar con Arwen.

Legolas frunció el ceño en sus pensamientos y miró a su padre con severidad. Le molestaba mucho que el rey estuviera presionandolo a hacer cosas que lo harían sentir incómodo, aun así supo que era lo que debía hacer, pues debía estrechar más su relación con Arwen. Se volvió hacia ella, la miró y tomó su delicada mano.

-¿Me concede este baile mi lady?

Arwen sonrió tímidamente, se moría de ganas de presumir a su futuro esposo... a pesar de ser una de las homenajeadas no sentía que le estuvieran prestando mucha atención, ésta era la oportunidad perfecta para sobresalir en el salón. Ambos se dirigieron al centro y comenzaron a danzar al compás de la música, tomados de la mano, muy pegados al cuerpo. La joven princesa recostó su cabeza sobre los hombros de su príncipe y continuaron el baile

A unos metros de ahí, Tauriel conversaba con Reindel, de pronto algo llamó su atención. Nada más y nada menos que Legolas y Arwen en frente de ella, bailando, juntos, se veían muy enamorados. Ambos príncipes se miraron, Legolas deseaba en su interior que aquella elfa que estaba en frente suyo fuera Tauriel, pero, volviendo a la realidad era su futura esposa, Arwen.

TAURIEL POV

Qué descaro... parece como si se hubieran puesto de acuerdo para venir hasta acá, a sacar en cara que están juntos, no era necesario que me lo recuerden de esta manera. No podía dejar de verlos bailar, sonreían y se veían tan compenetrados. Dentro de mi, sentía como cada esperanza se desvanecía, se alejaba y se hacían más pequeñas. ¿Por qué no soy yo quien está ahí con él? ¿Y si me acerco y le pido que baile conmigo? Que estupideces estoy pensando... se ve tan hermoso, tan elegan...

-Disculpe, hermosa princesa.- Alguien interrumpió mis pensamientos. Voltee y... Uau... no tenía palabras para expresarme. Frente a mi estaba un elfo alto, blanco, cabello marrón chocolate, ojos cafés que miraban muy fijos en mi, con una sonrisa semejante a la luna. - Mi nombre es Link, vengo de Rivendell, ¿cuál es su nombre mi hermosa doncella? ¿nos hemos visto antes?

Pensé varios segundos en lo que iba a decir, era tan bello, no podía creer que estuviera hablandome a mí.

-Mucho gusto, Link, mi nombre es Tauriel y no, no creo que nos hayamos visto antes, soy de aquí y de aquí no he salido jamás a menos que alguna vez hayas venido y me hayas visto, lo cual no creo que haya pasado.- Ambos sonreímos.

-Tauriel. -Pronunció mi nombre de una manera que jamás nadie lo había hecho, lleno de ¿deseo? no lo sé... -No, no creo haberte visto antes, pero ahora que te veo, mis ojos se sienten deslumbrados y dichosos de admirar tanta belleza mi lady. - Espera un momento, podrás estar muy hermoso y todo, pero mi corazón le pertenece a Legolas, aunque su corazón no me pertenezca...

-No creo merecer tantos halagos, habiendo seres más hermosos que yo.

-No es posible que haya ser más hermoso que usted mi lady, superas todas las expectativas que alguien podría tener de una elfa, por favor, ¿me concederías este baile?

No se cuántas veces me han pedido eso esta noche y he rechazado todas y cada una de ellas, pero Link, él tenía algo especial en su interior, algo noble que me hace querer darle una oportunidad. No puedo quedarme sentada nada más viendo como Legolas y Arwen hacen su espectáculo ahí, dándome celos, así que esta vez voy a aceptar, después de todo, con o sin Legolas ésta es mi noche ¿no?

-Claro, vamos a bailar.

Caminamos hasta el medio de la pista, el tomó mi mano y con la otra tomó mi cintura y me acercó a él, nunca había estado tan cerca de nadie desde la vez que Legolas se cayó sobre mí. Me obligó a mirar dentro de sus intimidantes y misteriosos ojos y sin que yo quisiera, me perdí en su mirada. Comenzamos a movernos al son de la música, era un exquisito vaivén de nuestros cuerpos. No decíamos ni una sola palabra, sólo nos mirábamos y sonreiamos. Estaba muy a gusto con él, tanto así que por un momento me olvidé de mi príncipe amado, me olvidé de Legolas, ¿pueden creerlo? Link me inspiraba un sentimiento hermoso que no podía explicar. Me recosté sobre su pecho y cerré los ojos, la sensación era plácida y reconfortante. Al abrir mis ojos jamás pensé ver lo que estaba viendo... Legolas, era Legolas en frente mío con una cara de rabia y resentimiento, me incorporé y Miré hacia atrás para ver si es que estaba enojado con alguien más, pero cuando regresé a verlo de nuevo pude darme cuenta de que me estaba mirando a mí, con coraje e impotencia, ¿Acaso es porque estoy bailando con Link? Parece demasiado bueno para ser cierto.

La música se detuvo, aparté mi mirada de mi príncipe y vi a Link.

-¿Nos sentamos mi lady?

-De acuerdo.

Sentí ganas de ir al baño, había tomado mucho vino y me sentía un poco mareada, le dije a Link y a Reindel que ya regresaba y me dirigí hacia el sanitario.

Mojé mi rostro un poco, eso me devolvió la vitalidad y me sentí como nueva, no había nadie, parece que todos están muy a gusto en la fiesta allá dentro. De la nada, sentí que alguien estaba detrás de mí, pensé que era alguna elfa o alguna mujer que quería entrar al baño así que no le presté importancia, iba saliendo cuando de repente alcé la mirada y me asusté mucho... Legolas estaba ahí en frente mío y no se veía para nada contento.

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora