Vaya vista II

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TAURIEL POV

Por fin llegó mi turno de descansar. Sería Fili quien haría la guardia ahora. No sé exactamente que hora de la madrugada era, pero tenía mucho sueño. Pronto me sumergí, presa de mi cansancio.

Pasaron minutos incluso hasta horas cuando sentí que una mano se posaba en mi hombro.

- Tauriel pequeña, despierta. - Era una voz femenina, era extraño... creo haber escuchado esa voz antes pero ¿de quién es?-Vamos mi niña despierta. - Dijo ahora sacudiendome.

No quería despertar, aún siento un cansancio enorme por el extenuante día de ayer. Sea quien sea, es molesto lo que está haciendo. Me giré y lentamente abrí mis ojos. Esto es increíble... es ella, la elfa de mis sueños... esa elfa pelirroja...

- Hola mi niña. - su voz era dulce, tierna y compasiva.

Esto sí que es realmente extraño ¿Quién es?

Cerré mis ojos haciendo una fuerte presión en ellos. Cuando los abrí ella ya no estaba, ¿adónde había ido? Me levanté sin importar nada y miré en todas las direcciones pero no había rastro de ellas. Un impulso me hizo adentrarme en el bosque.

Corrí y corrí en busca de esa extraña elfa. Me parecía que estaba corriendo en círculos pues no hallaba nada. Cansada de tanto correr me senté en el pasto.

- Tauriel... estoy aquí. - volví a escuchar su voz pero no sabía de dónde venían esos murmullos. - Detrás tuyo mi pequeña.

Voltee y vi una luz resplandeciente en medio de los arbustos. Nuevamente me puse de pie y me dirigí hacia aquel resplandor. A medida que me acercaba pude sentir como se helaba mi sangre y de nuevo esa sensación de no poder respirar inundaba mi ser. El color blanco de la luz se iba tornando anaranjado, rojo y luego todo era fuego.

En ese momento supe que no era nada bueno así que corrí en la dirección contraria para llegar lo más antes al campamento. El miedo se apoderaba de mi, detrás ese fuego me perseguía muy de cerca. Tanta era mi prisa de que no me percaté del árbol que tenía en frente y choque con él cayendo inconsciente al suelo.

Era el ojo de nuevo... era Sauron... yo estaba indefensa, acorralada no tenía como defenderme, era mi fin.

Tomó una espada llena de fuego y apuntó justo en mi corazón, cerré mis ojos lista para mi muerte y entonces lo único que sentí fue mi corazón arder...

Por Eru... ha sido una horrible pesadilla. Me levanté otra vez empapada de sudor y respirando apresuradamente. Todos estaban allí... Bofur, Fili, Kili, Dori, Tilda y Zigrith. La única loca he sido yo. Parece que todo está en orden pero ¿Qué ha sido ese sueño?

No me apresuraré a emitir conclusiones sin fundamentos, atribuiré todo esto al estrés que me han provocado los últimos acontecimientos.

Necesito despejar mi mente, necesito relajarme. Muy silenciosamente me puse de pie. Me llevé una pequeña toalla y ropa que había traído conmigo. No muy lejos de aquí hay un lago en donde podré descansar y relajarme un poco. Caminé un par de minutos y llegué. Afortunadamente no había nadie.

Aún era de madrugada pero en el horizonte pude observar la claridad. Pronto amanecería. Me quité toda mi ropa hasta quedar completamente desnuda, la coloqué encima de una roca, me deshice de mis trenzas y quedé con mi cabello totalmente suelto y me adentré en el lago.

La temperatura del agua era exquisita. Sumergí todo mi cuerpo dentro de este revitalizante líquido. Mis pies sentían las pequeñas piedritas que parecían hacerme un delicioso masaje ahí. Constantemente miraba hacia el bosque para asegurarme de que nadie estuviera espiando.

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora