Tras él

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TAURIEL POV

Me encontraba de lado izquierdo al rey. En frente estaba Legolas reteniendo al orco colocando una espada en su cuello. Me sentía incómoda e incluso triste. Tener a Thranduil y Legolas en el mismo lugar tan cerca me obligaba a actuar seriamente. Evité en todo momento dirigir mi mirada hacia mi príncipe.

El rey se veía imponente. Observaba detenidamente al orco con asco y repugnancia.

- Así es la naturaleza del mal... con el tiempo todo lo fétido aparece. - Dijo mientras caminaba a su alrededor.

- Perseguían a un grupo de trece enanos, ¿ por qué? - cuestionó Legolas a la desagradable criatura.

-Trece no ya no más. Al arquero de cabellos negros le dispararon con una flecha de morgul. El veneno está en su sangre pronto lo aniquilará. - Respondió el orco dirigiéndose a mi.

Oh no, ¡Kili! No puedo hacer nada por él. Ya se ha ido. Probablemente ahora esté muy lejos. En mi corazón sentía como si clavaran un puñal. Contuve mis ganas de llorar y las remplacé por enojo.

- Sólo responde escoria. - Le dije al maldito orco.

- ¡No le respondo a los perros elfa! - me gritó descaradamente.

Instintivamente desenvainé una de mis dagas.

- ¿ Te gusta aniquilar? ¿Te gustar asesinar orco? ¡Te voy a dar lo que merec...! - Me avalance con intensiones de clavarle la daga en medio de su cara pero me vi interrumpida.

-¡Tauriel! ¡Vete, vete ahora! - Me Ordenó Thranduil severamente.

Me paré en seco viendo con desprecio al rey. Dentro de mí sentía una mezcla de emociones. Impotencia, rabia, tristeza, coraje. Salí lo más rápido posible de ahí. Es momento de elegir.

Tomé mi arco, un carcaj lleno de flechas, mis dagas, y una espada que aseguré en mi cinturón. No puedo permitir que Kili muera. No estoy enamorada de él. Pero se ha ganado mi aprecio. Se ha ganado mi cariño. Él es diferente a cualquier enano. Tiene un gran espíritu aventurero, imprudente, hasta es incluso coqueto. Puedo decir que en sólo horas lo he llegado a querer como un gran amigo.

Cuando estaba a punto de salir del palacio me detuve y miré hacia atrás. Mi amado Legolas. No sé si vuelva a verlo. No sé incluso si lograré volver con vida. Pero sé que le estoy haciendo un bien. Él merece más de lo que yo puedo darle. Si dejo que el amor siga creciendo, será más complicado para ambos. Me duele no poder despedirme.

Limpié las lágrimas que ya habían empapado mi rostro y proseguí mi camino. Los guardias abrieron las puertas sin preguntar nada y emprendí mi viaje en busca de Kili.

NARRADORA POV

Después de interrogar al orco y haberle sacado la información que necesitaba, el rey degolló a la despreciable criatura. Lo que este le reveló no era para nada alentador. Una fuerza malvada estaba a punto de surgir. La Tierra Media estaba en grave peligro. Como de costumbre a Thranduil no le interesaba lo que pasara fuera de sus fronteras así que ordenó:

-Cierren las puertas, redoblen la seguridad, vigilen el bosque nadie saldrá de este Reino y nadie entrará.

Legolas se dirigió a los guardias que se encontraban en la puerta principal y expresó:

-Cierren las puertas por orden del rey, nadie sale y nadie entra sin permiso.

- ¿ Qué hay de Tauriel? - Preguntó uno de los guardias.

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora