Bloodstream

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Mientras los días pasan, empiezan a tensarse, más en la cabeza de Michael que en la realidad, pero los otros chicos lo sienten también. Las cosas no se registran tan bruscamente como suele ser. Todo está mal, nadando dentro y fuera del enfoque, como tratando de ver las cosas por los anteojos de alguien más.

Michael sabe que esta es la forma en la que tiene que ser, porque no ha estallado con nadie por un largo tiempo. Sólo desearía que las cosas no fueran tan confusas, desearía poder pensar con claridad. No está seguro de qué tanto está realmente pasando a su alrededor de la forma en la que piensa, y que tanto está sólo viendo por un filtro.

De alguna manera se está quedando atrás en su actuación hoy, como si sus dedos fueran más grandes de lo que puede manejar. El ritmo usual que lleva ahora es lento. Se alegra de que la mayor parte de la armonía sea trabajo de Calum, porque él no puede encontrar la energía para hablar. Todos ellos le siguen dando miradas significantes, pero no está molesto. Es mejor de esta manera. Los químicos se supone que deben arder, hacerte sentir vivo, pero ahora eso ha dado una vuelta.

Cuando terminan, y empacan, Luke frunce el entrecejo hacia él, acercándose. Llega y cierra los pestillos del estuche de su guitarra por él. Michael se pregunta vagamente por qué no puede resolverlo por sí mismo. Los pestillos deben de ser fáciles. Es gracioso como él solía ser quien le enseñaba a Luke sobre las eléctricas, y ahora Luke tiene que devolverle el favor.

—Gracias —masculla. Luke sólo le da una extraña mirada y termina de empacar por él, ya que parece estarse desmoronando ya y la noche apenas empezó.

En el camino a casa, Michael se apoya contra la ventana del taxi.

—Amigo, ¿estás bien? —pregunta Ashton, mirándolo desde el asiento que reclamó—. Te ves... um, un poco... enfermo.

—Estoy bien —responde, las palabras se vuelven demasiado suaves en su boca.

—Luces un poco aturdido —dice Calum, pasando a Luke y golpeando una mano abruptamente contra su frente. Su mano está fría. Michael está frío por todas partes. Se encoge a un lado—. No, no es fiebre.

—Déjalo —dice Michael, golpeando su mano.

—Sólo revisaba —contesta encogiéndose de hombros.

—¿Estás enfermo? —pregunta Luke con suavidad. Él sacude su cabeza, tratando de hacer a un lado la estupefacción—. Deberías de dormir un poco cuando lleguemos a casa.

—Ha sido una larga noche —concuerda Ashton—. Creo que todos estamos como cansados.

Michael detecta la simpatía extra, sabiendo que todos lo han estado vigilando más de cerca desde que se enteraron de lo de su madre. Se siente como una fiesta de lástima, un milagro por sí mismo, viendo que no ha estado sintiendo mucho últimamente. Y por la forma en la que está recargado contra la ventana, nadie realmente quiere tratar con él.

—Sólo descansa, Michael —dice Ashton con un suspiro. Está seguro de que está cansado de cuidarlo.

No se molesta en hablar después de eso.

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Mientras Michael se desliza en la cama esa noche, Luke se sienta al pie de ésta, moviendo los dedos sobre el edredón. Se da cuenta que cuando Luke quiere hablar sobre algo, le gusta menearse nerviosamente, así puede ver lo que viene.

—Michael —dice Luke, con la barbilla en su pecho. Sus ojos están sombreados.

—¿Sí? —contesta, apoyándose en las almohadas.

—¿Estás bien? —pregunta, viéndose genuinamente preocupado, aun si la preocupación luce más dirigida hacia las sábanas—. Como, ¿realmente bien?

—Estoy bien —responde, tan fuerte como puede forzar que suene. Quiere encogerse, porque no suena ni de cerca tan convincente como quisiera.

—Te ves tan fuera de todo últimamente —dice con aprensión, como si tuviera miedo de que Michael fuera a abalanzarse contra él. Michael está muy lejos y cansado para eso—. Como si estuvieras enfermo o algo.

Enfermo, quizás, en su cabeza y su pecho, porque todo le pesa tanto. Pero no de una forma en la que pueda explicarle. No sin arruinar las cosas.

—Todos siguen diciendo eso —contesta. Se desliza hasta que está acostado horizontalmente por completo, y se acurruca levemente—. Ven, entra en la cama.

A estas alturas, está simplemente dado que Luke duerme en el otro lado de la cama. No ha dormido en la suya propia prácticamente desde él que regresó de Perth. Michael piensa que probablemente es tan dependiente de él como de sus medicamentos.

—Sólo prométeme que estás bien —masculla Luke mientras va a su lado de la cama, apagando las luces. Entra, jalando las sábanas sobre su mentón.

—Lo prometo —contesta, y está muy seguro de que no es una mentira. Está bien—. Déjalo ya, Luke —suena cansado, rompiéndose.

—Sólo estoy preocupado —dice con un pequeño bostezo. Se acerca un poco más a Michael—. Abrázame.

A Michael le gusta cuando él demanda abrazos. Lo hace sentir necesitado. Le reasegura que realmente lo quiere.

—Necesitado —dice sin emoción, pero lo envuelve con un brazo de todas formas. Luke oculta su cabeza en alguna parte de su cuello. A él no le importa para nada—. Estoy bien. No te preocupes por mí —su voz tiembla.

—No puedo evitarlo —suspira. Se despega y levanta un poco—. ¿Me dirías si algo estuviera mal?

Luke sabe que la respuesta es no, Michael sabe que no, pero dice que sí, lo dice como si lo estuviera soltando de un acantilado, como si hubiera batallado por encontrar una salida de su cuerpo.

—Sí. Por supuesto.

Luke toma el frente de la camisa negra de Michael, contento de que traiga puesta una. Está horriblemente cerca y Michael está horriblemente nervioso.

—Estarás bien —dice, sus narices se están tocando. Luke huele a ropa limpia y al agradable olor del jabón azul que guarda en la repisa del baño—. Todo va a estar bien.

—Nada está bien —susurra Michael en respuesta—. Pero, estaré bien. Lo prometo.

Odia como sus promesas suenan con tan poca convicción, como si se estuviera derrumbando.

Y no está seguro de quién se mueve primero, pero cuando las lágrimas caen, siente los suaves labios de Luke presionando contra los suyos brevemente y una delicada mano sube para quitar una de las lágrimas y susurra con una débil voz.

—Te amo.

Michael deja salir un sollozo; no quería hacerlo, se supone que debía de suprimir este tipo de cosas por la misma persona que lo acaba de besar, pero aquí está, llorando en sus brazos.

—Yo también te amo —responde, agónicamente desesperado, y esta vez lo dice en serio.

Give Me Love (Muke) [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora