Give Me Love (Muke) [Traducción]

This House Is Falling Apart

Pierden de vista la ambulancia casi inmediatamente, en mayor parte porque la visión de Ashton no deja de empañarse y tiene que hacerse a un lado del camino. Nadie lo culpa. Todos están tratando de no perder la cabeza, con miedo de que terminen siendo inútiles por sus mentes frenéticas. Calum está tratando, en ataques desesperados de claridad, de comunicarles lo que pasó. Pesa mucho, sofoca toda conversación.

Cuando finalmente llegan a la sala de emergencias, irrumpen en ella, tropezando uno sobre otro. Luke está pegado al brazo de Calum, quien está tratando de seguir a Ashton, que no tiene idea de qué carajos está haciendo. La última vez que estuvo en el hospital fue cuando Harry nació; Calum, cuando se lastimó en sus días de fútbol, y Luke, posiblemente nunca. Ninguno de ellos está preparado para esto en lo más mínimo, no es que hayan pensado que tendrían que estarlo. Todo se está viniendo abajo en un corto tiempo.

Luke trata de pensar en cuántas señales vio y cuántas veces prefirió no intervenir. No quería presionar a Michael y hacer que se enojara, no quería arruinar las cosas. Por sus propias razones egoístas. Porque estaba enamorado de Michael y quería que lo amara también, pero hay una línea entre estar enamorado y amar a alguien, y Luke parece estar a la altura del último. No está interesado en el auto odio en este momento, pero sabe que tal vez si hubiera estado pensando menos sobre amantes y más sobre amor, tal vez Michael estaría de vuelta en sus manos.

Encuentran su camino hacia el mostrador. Ashton está preparándose visiblemente.

—¿Dónde está Michael? —exige, inclinándose hacia delante—. Necesitamos verlo.

—Señor, por favor sea más específico —dice el hombre calmadamente.

—Michael, dije Michael, él acaba de entrar...

—A lo que él se refiere —interviene Calum, observando a Ashton nerviosamente—, es a que, uh, un chico llamado Michael Clifford llegó hace un par de minutos probablemente. ¿Sabe qué está pasando?

El hombre escribe unas cosas en su computadora.

—Él está en tratamiento de emergencia. No tengo ninguna información en estos momentos, pero tan pronto como terminen, trataremos de enviar a alguien para hacerles saber, ¿bien?

—¿No puede decirnos nada ahora? —suplica Ashton—. ¿O enviar a alguien ya?

—Señor, si lo desea, puede esperar en el segundo piso —contesta el hombre firmemente—. No hay nada que yo pueda hacer, pero allá arriba está más calmado, y es probable que ahí es donde querrán que estén.

Ashton luce como si pudiera abalanzarse sobre el mostrador y tomar al hombre por el cuello, pero Calum lo empuja hacia el ascensor y Luke los sigue como un niño perdido en el supermercado. El elevador está desocupado cuando entran, sorprendentemente, ya que Luke siempre se los imaginó más concurridos. Aunque esto no es como las películas. La vida de Michael, ya sea si termina este día o no, es más que eso.

—¿Cuántas píldoras tomó? —pregunta Luke, mordiendo bajo su labio con fuerza hasta que empieza a punzar y se preocupa de que pueda pasar algo más.

—No dijo —responde Calum, sin cruzar su mirada—. La botella estaba vacía.

Ashton maldice en el silencio del ascensor. Luke exhala como si el aire fuera forzado a salir de su pecho.

—¿Qué piensan que le estén haciendo? —se atreve a decir lleno de miedo, con los ojos abiertos y vidriosos.

—No lo sé —contesta Ashton—. Lo que sea que le hagan a la gente que toma una sobredosis. Estará bien.

—Lo están arreglando —dice Calum, tragando saliva pesadamente—. Están tratando de arreglarlo.

Luke toma un respiro estremecedor y suelta un sollozo, y de alguna manera las manos de Ashton y Calum encuentran cada una de las suyas.