Dieciocho

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Toqué la puerta del Nuevo Piso de Mangel, y, para mi mala suerte, Me abre Ruben. Pero evado besarlo, simplemente uno en la mejilla. Me mira preocupado, como si le extrañara, y no lo culpo, yo tambien lo estaria. 

Entro y busco con la Mirada a Mangel, pero no lo veo en la Sala.Regodeo los ojos hacia la puerta de la habitacion del mismo, y esta cerrada. Puedo ver un gran desorden de platos y bandejas en la cocina, y En el sillon hay latas de refrescos regadas por el cojin. 

Suspiro pesadamente. Doy un paso dentro y el olor a hombre sucio y hediondo invade la estancia. Me revuelve el estomago y es tan asqueroso que me impide respirar normalmente.

— ¿Son tan puercos que son incapaces de echar siquiera desodorante de ambiente? — Mascullo algo enojada por el aroma insoportable. Ruben Rie a mis espaldas.

—Oh, Astrid. Deja de ser tan quejumbrosa— Vuelve a Reir— Miguel Angel no está, Si es que al lo buscas.

—De hecho— Confirmo y camino firme hasta la cocina.

Me dedico unas dos horas exhaustivas a limpiar el apartamento de mi hermano y tambien mi novio. Fregue el Suelo, Barri la terraza, Limpie los adornos y los jueguetitos coleccionables, Arme las camas y Limpie los restos de las latas. Luego lustre cada mueble de madera con un aerosol para sacar brillo.

Estoy terminando de secar los platos, Cuando dos brazos me envuelven la Cintura y una cabeza enorme se apoya en mi hombro. Su cuerpo esta pegado al mio y siento su respiracion entibeciendo mi oreja izquierda, y eso me pone mas alla de lo nerviosa.

— ¿Has terminado?— Pregunta, como un niño pequeño. Quiero voltearme para encararlo, pero el no parece querer que lo haga, asi que ahi me quedo. Mi pulso esta a cien y siento la sangre correr por mis venas a una velocidad antinatural, al igual que el latir desbocado de mi corazon.

Estoy muy incomoda, pero no quiero hacerselo notar, asi que trato d quedarme lo mas quieta posible.

—Oh— Vuelve a decir casi riendo— Ya no tienes la marca del otro dia.

Echo los codos hacia atras para quitarmelo de encima, y cuando se ha separado me doy por fin la vuelta para encararlo. Lamentablemente, y aunque yo sea bastante alta, el aun me lleva mucha altura. Le llego al menton y eso solo logra frustrarme.

— ¿Que te pasa?— Pregunta medio sonriendo. Me paro en mis puntas y siento como punzadas de dolor me abrigan el alma. Me acerco a él y beso la comisura de sus labios. Cuando lo puedo ver a los ojos, esta sonriendo. Parece la persona mas feliz del Universo, y eso solo me hace pensar que poco a poco me esta ganando.

Me atrevo a rodearlo con mis brazos y aferrarme a su pecho. Por tal, no quiero que rompa con el abrazo o lo rechace. Quiero que nos quedemos asi, abrazados eternamente. Siento su cabeza recargada otra vez en mi hombro y yo tengo la nariz apoyada en el suyo. Sigo parada en puntillas de Pie.

Me siento como una estupida, una enferma de la cabeza porque no estoy pensando con claridad, y no estoy conservando la cabeza fria. Pero No quiero separarme de él ni por un solo Instante.

—Te amo, Astry— Su aliento me hace cosquilla en la nuca, pero eso no causa que nos separemos— Te amo. Y enserio, enserio quiero que sientas lo mismo.

—Yo...— Mi voz sonaba tan delicada que pense que me la habian arrebatado— Ruben. Te quiero, y sabes que es asi.

El ambiente se relaja un poco, y lentamente el abrazo se desarma. Sin embargo, sus brazos siguen rodeandome y yo tambien lo estoy abrazando. De repente, parecio recordar algo porque sonrio y yo lo mire confundida.

— ¿Adivina qué?— Dice con un atisbo de risa en su tono— Como ya sabes, tu padre va a cambiar la cafeteria por un restaurante ¿Verdad?

Asiento con la cabeza.

En los ultimos tres años, mi padre ha logrado recaudar Muchisimo fondo extra - que cae de las propinas y del Dinero que depositaban en un frasco que habia en el mostrador. Durante tres años, tanto recaudamos con estos metodos que Cuando mi padre noto que era Suficiente, Decidio que ibamos a cambiar la cafeteria por un Restaurante Rustico, Ibamos a cambiar la decoracion del lugar y, claramente, el menú iba a ser muy diferente.

—Lo se, Ruben. ¿Qué con eso?

—Bueno— Entona casi con orgullo— Como sabras tu padre dijo que necesitaria mas gente trabajando, y Personalmente lo vi como una gran Oportunidad para conseguirme un empleo.

Trague saliva y lo mire a la cara, con una expresion de turbulencia que miedo.

—¿E-en... en el nuevo restaurante?— Mi voz era entrecortada y titubeante.

—Si, Astrid. Dijo que seria Mesero, como Miguel Angel y tú. Hablamos un poco sobre los horarios y.. Pues... ya tengo el Puesto.

Su felicidad era inexplicable, pero inmensa. Tanto que me la contagiaba un poquito. Pero me preocupaba el hecho de que posiblemente ya no me dejaria en paz, jamás.

—E-El lunes que viene es la Inauguracion— Comente con una sonrisa. Papá ya habia cerrado el restaurante para las reformas asi que ya no teniamos trabajo, por ahora.

—Lo sé— Dijo con una sonrisa, y amaba verlo Sonreir asi, de algun modo me daba una gran paz— ¿Sabes algo? Tengo planeado llevarte a Un lugar muy bonito.

Arqueo una ceja y lo miro confundida:— ¿El domingo?

—Si, El Domingo— Anuncia nuevamente— Es un lugar muy hermoso.

Asiento con la cabeza.

¿Y si yo no pudiera? ¿Que tal si yo tuviera planes pendientes para el Domingo? ¿Tendria que cancelarlos solo para ir con él a donde quisiera llevarme? ¿Y si no quisiera?

La puerta principal cede y Un Contento Miguel Angel aparece en la cocina. Me besa la frente y Saluda a Ruben Chocando los puños.

— ¿Estas desde hace mucho tiempo? — Su pregunta me saca de cavilaciones, y asiento debilmente.

—Desde las cuatro— Admito. Miro el reloj de la cocina, que marca veinte para las siete de la tarde.

—Entiendo— Dice, y me toma de la mano para llevarme a su habitacion, Pero en el camino se frena y abre la Heladera. La examina con la mirada, y voltea a ver a Ruben, quien nos mira como a dos criaturas extrañas.

—Ruben ¿Podrias ir a hacer las compras?— Pide Mangel y Ruben mira tambien dentro de la heladera.

No hay verduras ni frutas, tampoco Huevos ni leche ni queso. Solo hay dos cajas con pizza ordenada, Tres botellas de refrescos cola y alguna otra chuche.

—Claro— Dice él y tras besarme con velocidad se calza una chaqueta, toma Dinero, llaves, su celular y Desaparece por la puerta por la cual minutos antes Miguel Angel entró.

Entonces Miguel me guia al Sofá y ambos nos sentamos. El me sujeta las manos y yo sonrio, pero no quiero hacerlo realmente.

— Ahora si, Astrid ¿Que querias contarme?

Inhalo profundo, y dejo salir el aire con dificultad, lo miro a los ojos y esta muy serio. Se que va a escucharme, se que no se va a mofar de nada que lo que yo le diga y se que me va a tomar en serio. Solo espero su opinion, porque es para mi muy importante.

—He venido a contarte sobre Ruben.

—Habla que te escucho.

Al Final te Enamorare | Ruben DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora