Veintiocho

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*Recomendaciones* Escuchar "Adele - Set Fire To The Rain" Mientras lo lees.














Sujeto su mano, y siento el calor de sus dedos sudorosos contra los mios. Estoy tan Nervioso por lo que pueda suceder que no soy capas de recapacitar que estamos a pocos metros de la sala de Parto. Tan pronto como llegamos soy perfectamente consciente de que no me permitiran entrar asi que cuando cierran la puerta en mis narices Me llevo las manos a los bolsillos y rebusco entre el Bolso los Pasajes de avion, los pasaportes de Astrid y mio y Todo lo necesario para que tan Pronto le den el alta Medica, nos despidamos de Mangel y su familia, de su padre y nos vayamos a Noruega.

En Noruega, Astrid, el bebé y yo Seremos felices. Esta la casa de Mi madre allá y Se que podremos iniciar la vida nueva en Noruega. Quiero que mi Hijo ahi se crie, quiero que mi hijo tenga todo lo que necesite y que nada en la vida Le falte. 

No quiero que nada le falte a Astrid, no quiero que tenga queja en su vida.

Ha sufrido demasiado a lo largo de los años. La perdida de su madre cuando era pequeña Sin duda ha de haber sido doloroso, y yo nisiquiera he podido decirle "Todo estara bien" y apoyarla incondicionalmente cuando entonces. 

Estoy seguro de que nada habria sido tan Dificil si yo no me hubiera Ido. 

Y aunque yo no tuve la Culpa de haber partido a Noruega, bien que lo senti. De algun modo, me senti culpable por haberla abandonado. 

Me he cansado de agradecerle infinitamente a Miguel Angel por haberla acogido en su familia, por haber sido su hermano Mayor y su Mejor amigo, lo que yo no pude ser Mientras no estaba. De alguna forma, Salde mi Deuda con Rogel. Gracias a mi, el conocio a Margareth, su esposa, y ahora el Es la Persona mas Feliz de la tierra, Con sus Gemelos, Chloe y Thian. 

Solo me preocupa ahora Que pasen las horas, que todo pase a velocidad antinatural y que de una maldita vez Salga una partera o una enfermera con mi hijo o hija, y me diga...







— Señor Doblas— La voz de una Mujer de cabello corto y rojo llama mi atencion Despertandome. Sin darme Cuenta, me he quedado dormido en el asiento. 

— ¿Uh?— Mi voz esta enronquecida y soy vagamente consciente de la preocupacion amagada en los ojos cafe de la Enfermera. 

— Señor— Dice ella y me pongo de Pie, y la miro como si se fuera a acabar el mundo— Su hijo ha nacido y ya esta Limpito.

El corazon me da un vuelco y varios Brincos. Me cuesta Respirar y  La sonrisa que se presenta en mi Rostro es mas grande que cualquier Cosa en el mundo. El nudo en mi Pecho es dificil de digerir y siento mis intestinos como enrededados entre rocas. La sensacion de Felicidad y asosiego que me invade es Incontenible y Casi quiero gritar de La emocion.

— ¡¿Ha nacido Ya?!— Exclamo con toda la felicidad que puedo acumular. La enfermera intenta sonreir pero le sale mas como una Mueca. Los nudillos me duelen por la presion que contienen y esto hace que las venas y las arterias de mis manos y mis brazos se hinchen y se marquen bajo la piel delgada de mis manos. 

— Le repito que si— Anuncia y vuelve a intentar sonreir. Repito, lo intenta:— ¿Quiere usted verlo?

— Quiero tenerlo— Le aviso y ella asiente, haciendome una seña para que la siga. La acompaño atravez de unos pasillos y entramos a una Sala Con hileras a lo ancho y a lo largo de Incubadoras y Camas para bebes. 

La enfermera camina entre las minicunas donde cientos de bebes diferentes rien, lloran, duermen y sonrien, y de algun modo, me llenan el alma de forma incontenible.

Cuando llega a una camilla asoma la mirada y sonrie. Entonces lo toma con una Mantita para bebé y Lo enrolla con esta.

Casi Puedo llorar de la felicidad, y puedo sentir lagrimas pesadas corriendo por mis mejillas cuando me lo ofrece para cargarlo. No se que hacer, pero abro mis brazos para formar un hueco y me entrega a la Criatura. 

Es acaso Identico a mi, de tal palo tal astilla, es tan calquico que Hasta pienso que me he regresado en el tiempo y estoy viendo escenas de mi propio nacimiento. 

La unica diferencia entre ese pequeño pedacito de Cielo y yo, era que tenia los ojos color Turquesa con los que Astrid me hacia Sonreir. Jamas en mi vida habia visto Un niño asi de Precioso. 

Su rostro rosado, sus cachetitos carnosos y sus ojitos cerrados me hacian sentir lleno e inmenso. Jamas antes habia experimentado esta sensacion de Felicidad en el mundo. Ser padre es algo unico y es imposible no llorar como un idiota al sostener a tu primer hijo entre tus brazos. Es la experiencia mas hermosa que jamas haya vivido. Y por supuesto, queria compartirla con ella.

—Felicidades— Dice la enfermera, pero no suena en realidad contenta, mas bien suena angustiada.

— ¿Y Astrid?— Le pregunto sin despegar la vista de mi pequeño hijo, inmovil y casi dormido. 

De repente, senti como se removia en su sitio y sus manitas se abrian y se cerraban. Y entonces, fui capas de escuchar como por primera vez lloraba en mi presencia. Comence a mecerlo con mis brazos y con una mano me limpie las pocas lagrimas que se me habrian escurrido. Su boquita se entreabrio y pude observar sus encias limpias, sin diente alguno. Todo habria sido perfecto de ese Modo, si no hubiera sido por lo que paso en realidad.

—  ¿S-Su E-Esposa?— Tartamudea la hospitalaria a mi lado, y juega con sus dedos indices. Mi sonrisa hasta ese momento era imborrable, y la miro con un tanto de Seriedad mientras asiento. 

—Asi es, Astrid. Mi esposa— Confirmo y la noto muy nerviosa. Voltea la Mirada en todas direcciones, mira a Rubencito y me Mira a mi. Vuelve a pasear la vista por toda la sala y por cada uno de los bebes, y luego a nosotros dos por enesima vez, entonces, Caigo en la cuenta. Astrid ¿Porque no me ha dicho nada sobre ella o me ha ofrecido verla siquiera?— ¿Sucede algo con ella?

Es casi ininteligible, pero asiente con la mirada y da unos pasos hacia mi, mientras apoya su mano en mi hombro. Siento mis piernas temblar y todo mi mundo tambalearse, como un mambo, y Me aferro con fuerza al Bebe que estoy sujetando, porque de repente, siento que los brazos me fallan y que se me puede caer.

— Señor Doblas, yo...— Es como si buscara las palabras apropiadas para decirmelo— Lo siento Mucho.

La garganta se me reseca y un grandisimo nudo se instala en esta,  y De repente siento todo ajeno a mi cuerpo. Los pulmones se me detienen y el corazon tambien para luego reanudar su marcha latipora a una velocidad antinatural. Siento que el aire me falta y que los pulmones me arden, que mis piernas parecen estar hechas de gelatina y que en algun momento mis pies no van a responderme y me voy a caer con Bebé y todo.

— ¡¿Que demonios es lo que usted siente mucho?!— Un chillido se escapa de mi garganta y mis lagrimas dejan de quemar en mis ojos pues se deslizan por mis mejillas, una de ellas cae en el rostro del Bebe y este comienza a llorar tambien.

— De verdad, lo siento Muchisimo, Señor Doblas— Habla una vez mas— Pero su esposa, la Señorita Astrid Trimmingham, ha fallecido Momentos despues de Dar a Luz. 

Al Final te Enamorare | Ruben DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora