Diecinueve

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Cuando tuvimos que bajar del autobus para llegar al lugar, Instantaneamente me cubrio los ojos con una venda negra. Y hasta el momento en el que me dijo "Puedes quitartela" No pude ver una Jodida mierda. Y todo porque tenia doble vendaje. Malditas sean las sorpresas.

En un momento Ruben me hizo sentarme en lo que creia que era una banca, y me dijo que me quedara ahi y que no me moviera porque el volveria en nada.

Entonces me hizo caminar un trecho mas y Poco a poco senti el pasto bajo mis zapatos. ¿Donde estoy?

—Ya, amor. No te caigas— Pidio y me llevo de la mano hasta Otra banca.

— Bueno, ya, Ruben. Porfavor— Suplique entre risas— Termina con el misterio.

—Ya. Te la puedes quitar.

Cuando me retire la venda de los ojos, Ahogue un grito ensordecedor, y solo porque Ruben estaba demasiado cerca mio, si no, Juro que habria gritado con todas mis fuerzas.

Mire una y otra vez El lugar. Y cuan diferente se veia a comparacion de hace once años, la Diferencia del parque, el lugar, los arboles y las flores. Todo habia cambiado mucho para el campamento, al punto de que ya no era mas un campamento. Las ardillas se habian Mudado a otra zona, y esto era ahora una zona para Dias de campo.

Me cubri la boca con ambas manos, y cai de rodillas al suelo, moviendo la cabeza de Derecha a izquierda muy levemente. 

Era precioso volver a ver este Lugar porque sentia los espiritus del campamento flotando, El espiritu de la pequeña Astrid Corriendo y jugando... Pero el mas doloroso de todos era el de Rubencito, ese cachorro humano, dulce y tan tierno como jamas podre olvidarlo. Atento, amable, Jamas me abandonaba. ¿Acaso nunca lo volveria a ver?

Cubri mi rostro con mis manos, Pues las lagrimas comenzaron a desbordar solas de mi rostro, Atropelladas algunas caian sobre el pasto y otras sobre la tela de mi Pantalon. Cerre los ojos y deje de cubrirme el rostro. Pero el dolor en mi expresion era tal que podia conmover a Cualquiera.

Senti como Ruben se arrodillaba enfrente mio y tomaba mi rostro entre sus manos. El contacto solo me hacia sentir Peor. Extrañaba mi infancia, a mis padres a quienes perdi como alma que se lleva el Diablo. A la maldita condena de haberme quedado sola en el mundo, sin ningun tipo de familia biologica que me acojiera. Sola. 

Pero lo que echaba aun mas sal a la incocible e incurable cicatriz en mi alma era Ese niño. Su risa y su llanto. Es una parte muy índaga dentro de mi corazon, que ni con un cuchillo profundo podre Jamás sacar de ahi. Es una migaja de recuerdo que Me ha lastimado tanto, y ha logrado que el dolor se instale en mis huesos y comience a temblar por pura reaccion fisica.

Y no puedo parar de hacerlo. No quiero parar de hacerlo. Quiero darme cuenta de que debo decirle Adios para siempre a Rubencito, Pues ahora él esta Muerto. Él no volvera jamas, el se ha ido. Jamas volvere a sentirlo a mi Lado. Jamas volvere a escuchar su Risa cuando me decia Que me queria como a una perla. Jamas podre olvidar el dia que lo contuve una tarde entera en el Hospital de Madrid por el quiebre de su tobillo, y el modo en que él temia quedarse cojo o Perder una pierna. 

Era tan solo un niño, y no tenia idea de que en realidad eso no podria pasar. Y se tranquilizo bastante cuando la enfermera le mostro una foto de un pirata con una pata de palo y le dijo que si se quedaba sin pierna, Podian obsequiarle una pata de palo, Ya que en mi infancia, quien niño tuviera una pata de Palo era considerado altamente a la onda. 

Por suerte Ruben no quedo asi. Se habria arrepentido toda su vida.

No se cuanto tiempo ha pasado, pero Sigo llorando, y el esta abrazandome, apoyando su barbilla en el dorso de mi cabeza. Yo tambien le correspondo el abrazo y escondo mi rostro en su brazo.

—Extraño mucho a ese niño— Confieso entre lagrimas, y siento una mano acariciando mi cabello negro. 

—Astrid. Yo se que es realmente dificil para ti... Pero debes aceptarlo. El ya no está. No volvera Jamas.

No tiene idea de cuanto me hieren sus palabras, de cuan profundo estan cavando un hueco en mi corazon pero no permito que lo sepa. No quiero que sepa que me esta lastimando y solo sigo llorando. 

 —Necesito a ese niño, Ruben— Digo melancolica, indispuesta a renunciar a comprender que Rubencito es una sombra del pasado. 

— Necesito que dejes de llorar ¿Me entiendes?— Dice el tomandome de la barbilla. Mira como las lagrimas corren por todo mi rostro y vuelve a abrazarme.

— Lo... Lo sé— Comento en una falsa sonrisa.

Vuelve a mirarme a los ojos, y mi nariz roza la suya.

Parece estar pensando en algo, me mira fijo, pero se que tiene la cabeza en otro lugar, en otro mundo. Y no pienso interrumpirlo, no pienso cortar de tajo sus pensamientos y decido dejarlo continuar. 

—Astrid— Dice llamando mi atencion, y se obliga a si mismo a sostenerme la mirada, que no rodeo— Astrid. Si tu me prometes, aqui, y ahora, que vas a intentar hacer un esfuerzo porque las cosas Funcionen entre nosotros...— Hace una pausa, y trato de mirarlo casi entretenida, perdida en su mirada verde— Yo...

Otro silencio. Mucho mas incomodo que el anterior. 

— ¿Tú... Qué?— Pregunto y algo en mi sistema dirige mis manos hacia sus mejillas. No me importa que mierda me iba a decir, no me interesa que era lo que me iba a prometer. Pero no puedo ya resistirme a las ganas de besarlo una vez mas, y fundirme con el una vez mas. 

Ya no estamos arrodillados, estamos sentados en el pasto. Tiro de su rostro hacia mi y fundo nuestros labios en un beso urgente. No me importa como reaccione luego, no me importa si cree que es por la promesa que va a hacerme a Continuacion. No me importa nada entonces. Solo estar con él, fundida en él. 

El me sigue el beso, y puedo sentir sus brazos en mi espalda.

Cuando nos separamos, suavemente como si se tratara de que nos vamos a lastimar el uno al otro, el lleva sus manos nuevamente a mis mejillas. 

— Astrid. Voy a devolverte a Rubencito. Voy a hacer que vuelva, y a la vez, voy a quedarme aqui, Contigo.

Comienzo a temblar de emocion, pero no entiendo de que Demonios me esta hablando.

 —Ruben... tu... No puedes hacer eso— Contesto, Firme como nunca pero con una radiante sonrisa— No puedes devolverme a Rubencito porque tú eres Rubencito de Grande. No entiendes como funciona.

Me mira como si quisiera que continuara explicandole.

— Creciste, y Rubencito ya no está. Y el no podra ya volver porque tu no puedes volver a ser un niño— Las ultimas lagrimas caen por mi rostro y las limpia con su dedo. 

Sin embargo, en su rostro solo hay serenidad absoluta, y calma. No encuentro atisbo de tristeza o preocupacion por resolver su promesa.

— Astrid, creeme que se lo que digo cuando te digo que Si tú intentas dejarte amar por mi, Voy a hacer que Rubencito vuelva a ti. 

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Gracias a las delicias de Personas que me esten o me estaran leyendo.

Tengo que comentarles que esto se esta por acabar- solo faltan unos diez o quince capitulos- , Era una novela tanto cortita, Pero en lo personal me parece bien.

Saludos,

DapistorysRogel.

Al Final te Enamorare | Ruben DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora