Quince

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—Ruben, Basta— Pedi y apoye mis palmas sobre su pecho.

Fue rapido. En un movimiento arremete contra mis labios y me besa con tanta fuerza y tanta urgencia.

Se lo permito, permito que me gane por esta vez porque ya la tenia ganada, y bajo el Peso de todo su cuerpo, me dejo llevar. Me besa con tanta velocidad que me cuesta seguirle el tren, pero ahi me quedo, dejandome llevar por el sabor de sus besos.

Cientos de emociones me invaden, Mi corazon esta a mil por hora y me cuesta moverme porque tengo el peso de Ruben encima de el mio.

Estoy echada en mi cama, con Ruben encima, y lo estoy besando. La verdad, no me importa.
Se que quiere que diga que lo amo, se que quiere que le diga que lo quiero tanto como el a mi, y que quiere que le corresponda, pero solo puedo besarlo, besarlo como lo beso.

El se detiene y busca acceso a mi Cuello, pero se lo impido y se separa para mirarme. Me mira confundido.

—¿Que sucede?— Pregunta y me mira como si lo hubiera herido.

—No voy a permitirtelo Ruben— Hago una pausa y miro a mi alrededor, no se en que momento apago las luces de la habitacion y solo quedo prendida la luz del velador en la mesita de noche. Solo puedo verle la mitad de la cara, y me mira buscando mas de aquel beso.

Pero debo detenerme y hacerle caso a aquella parte de mi que me grita que no debo hacer esto, por mas que quiera. No puedo entregarme en besos a él cuando momentos antes le dije que no podia el hacerme esto a mi.

—¿Por qué?— Indaga y recorre mi rostro con la mirada.

Puedo reconocerlo, puedo reconocer lo que trama, se lo que quiere. Y no.

No estoy dispuesta a besarlo. No estoy dispuesta a dejarme vencer del todo y dejar que le mienta a la gente. El y yo eramos buenos amigos cuando volvio de Noruega, hace un mes. ¿Como es que ahora esta encima mio, besandome como a la mujer de su vida?

Me habia prometido a mi misma quedar con él como una amiga mas, una buena amiga. ¿Como es que ahora me he rendido y estoy debajo de el, besandolo con tanta... pasion?

No. No voy a permitirle que me gane asi, no voy a entregarme, no voy a rendirme y dejar que me venza y haga conmigo lo que quiera. Estoy dispuesta a enseñarle a entender que fuimos algo muy lindo en el pasado.

Pero ya no, no mas, Ahora somos dos adultos, cada uno con una vida diferente, cada uno con cualidades, personalidad y gusterio completamente modificado en cuanto al de hace once años. Se que el busca recuperar a aquella linda, dulce y callada niña que era Yo once años en el pasado, pero esa niña ya no está. Ahora estoy yo, esta soy yo, esta Es Astrid Trimmingham y no me autocambiare por él, que quedo enterrado en mi pasado.

—Ruben. Yo ya no te amo.

Algo en su mirada se quiebra. Algo lo hace mirar hacia abajo, algo parece hacer que quiera Rendirse él, y no puedo evitar sonreir victoriosa. De golpe, todo parece apuntar que realmente tengo puntos de mas, y que poco a poco estoy ganando esta batalla.

Pero, vuelve, a la carga.

Deja caer su peso sobre mi, Me envuelve con sus brazos y realiza una maniobra para quedar el de espaldas al colchon y yo sobre el, pero continua tomando el control de la situacion, y no quiero admitir que me quede atras y que el tomo la delantera nuevamente.

Vuelve a besarme con urgencia y continua con sus brazos enrollados en mi cintura.

No quiero aflojar, no quiero debilitarme, no quiero admitir que voy a perder en esto y que el me va a convencer de que sigamos con esta Gran mentira.

El y yo, Novios, luego de once años, Novios otra vez. Y como lo verian todos, como lo tomarian Mangel y mis padres, como lo veria el resto de la sociedad, pensando que realmente somos felices.

El seria feliz, O eso segun sus palabras de hace cinco Minutos.

—No me importa— Susurra con la voz ronca en mi oreja, y hace que me estremesca por completo, como un esqueleto.

Me mira fijamente con una sonrisa, afirmando las manos en mi cintura y yo lo miro casi con coraje en la mirada, y con las manos firmes en sus hombros.

—¿No?— Pregunto, y hace algo completamente brusco. Toma mi mandibula con su inmensa mano y tira de ella, entonces me besa, pero ha sido tan brusco que mi rostro choco con el suyo como un golpe. Reprimo una queja y me muerde, entonces abro los ojos y me separo como puedo.

—No— Rie con nerviosismo, y se nota por el vaiven en su pecho que esta agotado de tanta pirueta—No me importa, porque voy a hacerte cambiar de opinion.

Alzo las cejas y no puedo hacer otra cosa que mirarlo. Lleva una mano a nuca y tira de ella, entonces me inclino y comienza a besar mi cuello con una lentitud que asusta.

De repente, se que me ha vencido.

Cierro los ojos y ahogo un grito cuando me muerde, otra vez, pero en el cuello. Me llevo las manos al cuello y me toco con suavidad la zona que acaba de ser mordida por sus malditos dientes.

Maldito. Maldito, Maldito, Maldito y mil veces maldito.

—Eres un hijo de puta— Escupo con violencia cuando la resolucion me golpea y me doy cuenta de la marca morada que ha dejado en mi cuello. Se va a notar...

—Astrid, Mirame— Pide y se lo concedo porque se que ya no me queda de otra— No me amas. Pero se que me quieres. Se que piensas en mi.

Trago saliva y no dejo de masajearme la marca.

—No.... No es verdad— Titubeo.

—Es verdad— Me contradice— Lo es, porque si no no me habrias permitido saborearte como lo hice.

—Eres un Idiota— Espeto y no puedo emanar mas furia con la mirada que entonces.

—Lo sere, pero me quieres, Astrid— Dice, y miro hacia atras. Nisiquiera soy capas de recuperar algo de mi verguenza o mi dignidad al notar que estoy sentada sobre el, pero no me importa en lo absoluto para entonces— Astrid. No me amas, pero lo haras. Lo sentiras. Yo voy a hacer que me ames, ¿Me oyes? Me amaras.

—No quiero, ni voy a hacerlo— Me niego— No lograras conquistarme Ruben. No, no otra vez mas. No vas a lograrlo.

El frunce el seño, Pero rie, casi feliz.

—Ten por seguro, que lo hare, Astrid. Al final te enamorare.

Al Final te Enamorare | Ruben DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora