—Ah— Dice el hombre de Color, retirando el puro de su boca— Si, señorita Trimmingham. Pase porfavor— Me guia hasta una oficina y cada uno se sienta a un lado diferente del escritorio. Parece mas la oficina de un empresario multimillonario que la del dueño de una cantina, Pero intento borrarlo de mi mente.
El hombre deja el tabaquillo sobre un cenicero y se pasa la mano por la cabeza calva para luego mirarme.
—Bueno señorita, Supongo que ya se lo habra explicado Fred, mi Socio— Comienza a hablar— Pero esta es una cantina decente y no recibira usted ningun tipo de acoso por parte de los clientes. No esta permitido, lo mismo sucede con las bailarinas.
Asiento con la cabeza, y se que habla de el grupo de Muchachas que baila Streepdance en el caño, escenario. Si, el unico empleo que he conseguido es uno en un bar nudista, pero De cantinera por suerte.
—Genial— Digo y sonrio. El hombre apoya sus manos sobre la mesa de caoba, Y luego con un dedo apunta a una Puerta negra que reza en blanco graffiti "Servicio".
—Ahi— Vuelve a hablar y miro hacia la puerta— Es donde usted debera cambiarse la ropa de trabajo y viceversa. Le repito: Si algun cliente se propasa con usted, debe comunicarmelo a mi o a Frederick.
— ¿Puedo comenzar mi horario laboral ahora?— Pregunto casi con miedo, Pues el hombre es tan o mas alto que Ruben y su aspecto es similar al de un narcotraficante, y mas aun con el cigarrillo en la boca.
—Porsupuesto— Dice en una sonrisa.
Suspiro y Me encamino en direccion contraria al hombre que se dirige a la puerta con la que entramos, mientras que yo voy a cambiarme para comenzar a trabajar.
Cuando entro Veo la ropa de las Nudistas tirada por doquier y Decenas de Perchas sin ropa colgadas en una vara de madera. Veo lenceria por todos lados y busco la ropa de la que me ha hablado el hombre sin dejar de hacer muecas de asco por lo provocativa que es la lenceria que veo.
Entonces, encuentro una percha que contiene aprendado un top negro, una calsa del mismo color al igual que los zapatos. ¿Acaso me tenia que vestir Igual que estas tipas? No lo podia creer, pero al parecer era lo menos Exibicionista que pude hallar, asi que me lo puse a pataletas.
—Buenas, muñeca— Hablo un borracho de barba entrecana y gorro gris, con pinta de mendigo perdido— ¿Un traguito?
—¿Economico?— Hice un esfuerzo mayor por sonar cordial y amigable con una sonrisa, y asintio casi dejandose caer por la pesadez de su cabeza. El escenario anuncio la tercera bailarina de la Noche, y a mi ya me daban asco verlas casi desnudas exhibiendose ante los hombres, Revolcandose y Bailando alrededor de un caño como regaladas , me sentia entonces una completa Santa.
Hace ya una Semana que estoy trabajando en "Drug & Dance" Como cantinera y a veces me parece que no fue ni es la mejor opcion, pero De momento no tengo otra alternativa que aceptar la realidad de que no hay un maldito trabajo decente en todo Madrid y uno tiene que conformarse con bajeces y maldadas como Cantinera de un Bar nudista. Ademas, no me han dejado siquiera cambiar el atuendo de trabajo y eso me frustra un poco, pero no tengo de otra.
Comence a preparar el trago del hombre que ya habia volteado a ver el escenario y Gritaba con una mano levantada, y ondeandola de un lado a otro como queriendo captar la atencion de la mujer. Pobre patan.
—Hola— Dice Kevin Larries, un hombre adinerado que viene a gozarse del escenario y que por lo general solo bebe una copa o a lo sumo dos— ¿Lo de siempre, Bombon?
Suspiro Aliviada. El señor Larries es todo un caballero y Nunca le ha faltado el respeto a nadie en la cantina. Ni a mi ni a las tipejas que se retuercen en el caño.
—Porsupuesto, Señor Larries. Enseguida lo atiendo— Asumo y termino de preparar la bebida para el otro diablo Perdido. No me pasa desapercibido como presume su Dinero al borracho de al lado, y como tampoco deja de intentar impresionar a mis compañeras de trabajo, Todas tan sumisas y calladas como yo.
Una de ellas se lleva del brazo al ebrio que me habia pedido el trago una vez que se lo di y con velocidad me apure a tomar otro vaso para preparar el trago de Larries. Wisky, tequila y un vino importado. Vierto el contenido en la copa y Se lo entrego.
—Gracias, Tesoro— Dice y bebe un poco del liquido. Me apresuro a mirar hacia otro lado para que no crea que lo estoy acosando o persiguiendo con la mirada, y miro hacia la entrada.
¿Para qué demonios hice eso?
Lo veo en la otra punta de la barra esperando a que Tracy los atienda, pero esta está muy ocupada con un grupo de holgazanes que le piden tragos diferentes. Asi que me despido de Larries y camino en direccion a la pelinegra.
—¿Puedo ayudarte?— Digo de lo mas normal, y siento no solo su mirada celeste sobre mi, si no que tambien se que Miguel Angel y Ruben me estan mirando porque se han dado cuenta de que trabajo aqui.
«Oh.. no, Astrid. No deberias trabajar en un lugar como un bar nudista» Rezaba Miguel Angel el dia que fui a visitarlos, hace unos dias, y les comente sobre la mala racha que tuve encontrado empleo.
«Porsupuesto que no, amor. No es bueno para ti» Lo acompaño el otro.
Sinverguenzas.
—Claro, Astrid. Necesito que atiendas a esos caballeros— Dice y señala a Ruben y a mi hermano, y la sangre me hierve aun mas, Y casi puedo sentir los golpes que voy a propinarles a cada uno en la palma de mi mano.
Camino con Lentitud hacia donde se encuentran y paso por paso Puedo sentir como su miedo y su angustia de saber que los atrape, crece y se hace mas fuerte conforme Estoy mas cerca.
Llego por fin y estoy frente a ellos. Miguel Angel me mira como si fuera el Oficial del Otro dia, y no es para menos. La ropa que llevo Puesta es la misma que la del primer dia, y estoy mostrando mas de lo que tengo, lo cual me averguenza. Pero Ruben...
Oh no, Ruben.
Casi me voy a las manos cuando lo veo, y si no lo hice fue porque no puedo propinarle golpes a los clientes solo porque me miren donde no deben.... Porque si no, le juro a mi madre que esta en el cielo que se lo encontria al muy desgraciado Junto a ella en unos instantes, con los ojos arrancados.
Cierro los ojos para no pegarle y camino hacia ellos una vez mas, con una Sonrisa tan falsa pero tan enorme que se que puedo llegar a asustarlos.
Claro, menos al hipnotizado de Ruben Doblas Gundersen.
—Buenas Noches— Saludo entre dientes y casi puedo echar espuma por la boca de la rabia que me da verlos por aqui y rogar que me traigan el camison de alguna noble abuela solo para que deje de verme— ¿Que se les ofrece a los caballeros?
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Al Final te Enamorare | Ruben Doblas
FanfictionLo conocí hace once años, en un campamento de boy scouts. Lo quise, pero se acabo hace mucho tiempo. Ahora, el ha vuelto para recordarme todo el dolor que sucumbio mi vida hace años, y para decirme - a la vez- que me ama y que no soportaria vivir s...