29| Frank

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Lo primero que veo a bajar de las escaleras eléctricas es a mi primo Eric. Y me emociono, porque de alguna forma me siento más cercano a Brooke, aunque suene tonto.

Aprieto el paso y sonrío antes de extender los brazos hacia él para abrazarlo fraternalmente.

— ¡Frank! —Dice mientras palmea mi espalda —, qué gusto volver a verte.

No veía a Eric desde el fallecimiento de mi madre el año pasado.

— Eric, ¿Cómo has estado? —le pregunto y lo suelto.

No traigo demasiado equipaje conmigo, no planeo quedarme tanto tiempo, una semana, cuanto mucho.

Caminamos hacia la salida entre la gente. Desde aquí puedo ver por las ventanas que ha comenzado a oscurecer. Han sido horas de vuelo y me siento bastante cansado.

— Bien, no he dejado de estudiar. Y conseguí independizarme, solo un poco. Comparto departamento con unos amigos desde hace unos meses. Y tengo un trabajo

— ¿Ah sí?, que bien. ¿Cómo están tus padres?

— Bien, contentos de que ya no les estorbo ahora —se ríe — pero dime tú. ¿Qué te trae por acá? Sin avisar ni nada. No es que me esté quejando.

— Bien, con algunos problemas... y necesito de tu ayuda —pasamos las puertas y mi primo me dirige una mirada incrédula.

— ¿No tengo dinero si es lo que necesitas? —me dice a modo de pregunta. Entonces yo soy el que río.

— Seguramente te voy a pedir dinero, mocoso —me burlo y él me dirige una mirada de pocos amigos. Eric es menor que yo por seis años, como Brooke — Y esperaré a que lleguemos a tu departamento para contarte cómodamente.

— Comienzo a preocuparme, si no es dinero, no sé qué podría ser —comenta.

De camino a su departamento nos ponemos un poco al tanto sobre el otro. Así es como descubrí que los chicos con los que vive se llaman Mike y Adam. Y que el chico que salía con la que se parece a Brooke, o la que podría ser ella, es Mike.

Casi espero por encontrármelo y golpearlo hasta el cansancio, por besar a una mujer que ha sido mía, aún si no es ella. No exteriorizo mis pensamientos, porque mi primo no sabe que estoy buscando por ella, y porque podría pensar que ya perdí la razón. Yo lo pienso.

Sin embargo, me cuenta que él no está en la ciudad, y mi furia se desvanece un poco.

— ¿Y qué problema tienes? —me pregunta al fin.

Llegamos a su departamento hace unos minutos, me ofreció asiento y algo de beber.

— Es sobre Brooke...

— ¡Lo sabía! — Exclama y pone una mirada tan seria que por un instante creo que realmente sabe a qué he venido— ¡Estás enamorado de ella!

Me quedo sin habla, mientras él sonríe ampliamente.

— ¿Sí?

— Frank, no seas idiota, esa chica no te va a corresponder, o bueno, no sé, se veía muy apegada a ti en el funeral de mi tía, que en paz descanse, pero está su papá, él me da miedo.

— No vengo a contarte sobre mi vida amorosa con ella —resoplo —, y déjame terminar.

— Ya suenas como un viejo, Frank. ¿No eres demasiado grande para ella? —continúa y me dan ganas de golpearlo.

— Claro que no —me defiendo —, y te pido que me dejes terminar.

— Está bien —aprieta los labios y se cruza de brazos.

Turn and Run | Taylor YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora