-Puedes dejar esas cajas por ahí, gracias James.
-Es un placer, Melody -sonríe mi nuevo compañero de trabajo.
-¿Quieres tomar algo?
-No, muchas gracias linda, será para la próxima -me guiña antes de depositar un beso en mi mejilla y salir de mi departamento.
Es un chico apuesto, tiene hermosos ojos oscuros, su cabello largo desordenado es gracioso y su sonrisa es contagiosa. Tiene un buen cuerpo y es casi una cabeza más alto que yo.
Es uno de mis nuevos compañeros de trabajo.
Hace dos meses que salí de la industria Wohlberg y hace como un mes y medio que estoy trabajando en una fundación caritativa como parte del equipo de administración.
Estoy mudándome a un nuevo apartamento, es más cercano a mi nuevo trabajo.
En la fundación todos son muy amables y serviciales conmigo. No se ni cómo pero logré hacer amigos en este mes y medio.
James es uno de ellos, también están Michael, William, Vicki, Carla y Rosemary. Todos ellos son mis nuevos compañeros y amigos.
Sigo en contacto con Tara y salimos de compras o a tomarnos algo de vez en cuando. Me ha ayudado mucho con esto de la mudanza.
Por otro lado, he tenido más tiempo para ver a mi familia, así que voy todos los fines de semana sin falta a la granja.
El negocio de mis padres ha crecido de forma acelerada y ahora han comprado otro terreno para expandirse con sus productos.
Todo va muy bien, pero...
No puedo evitar sentir un extraño vacío. Mi vida ha tomado un rumbo aparentemente bueno, pero no me siento totalmente a gusto, es una sensación extraña.
La primera semana luego de haber renunciado, entré en un pequeño trance depresivo. Mis padres no supieron de eso pero mi hermana si y vino a acompañarme durante ésa primera semana.
Tara también estuvo conmigo e hicieron toda clase de cosas para animarme, pijamadas, maratones de películas, salidas de compras, cenas fuera del apartamento... bueno, ¿qué no hicieron?
En fin, logré recuperarme un poco y encontré este nuevo empleo. Espero que me vaya bien y poder quedarme aquí tranquila por algún tiempo.
Estoy exhausta, llevo todo el día moviendo y recogiendo cosas, James, Vicki y William estuvieron ayudándome hoy. No tienen idea de cuánto agradezco su ayuda.
Al día siguiente por la mañana, luego de tomarme una enorme taza de café me alisto, me pongo una enagua corta color vino, una blusa de rayas, mis accesorios y el maquillaje, zapatos y tomo mi coche para ir a la fundación.
Hoy es un día soleado, los árboles que flanquean las calles se mecen con el viento y me producen una grata sensación de paz y serenidad.
Llego al trabajo y estaciono el auto en el parqueo frontal antes de dirigirme a mi pequeña oficina.
Al entrar saludo a mis amigos y de inmediato me pongo a revisar y ordenar documentos.
Toda la mañana y gran parte de la tarde me paso en eso.
-Melody, ¿tomas algo con nosotros en la salida? -me ofrece Rosemary. Es una chica agradable, es bajita y rellenita pero muy simpática.
-Claro, me encantaría -sonrío antes de que se vaya de mi oficina.
Estos chicos son unos fiesteros, salen todos los fines de semana y llegan el lunes con una goma fatal. Es el día más silencioso en nuestras oficinas, nadie puede ni mover la lengua.
Hoy es viernes y era más que obvio que iban a salir, siempre me invitan pero casi no soy así... aunque siempre hay una primera vez.
A las cinco salimos de la oficina y nos vamos en nuestros autos a un bar cercano. Llevo a Carla conmigo, ya que no tiene coche y además me sirve de guía.
Llegamos, luego de estacionar bajamos del auto y el lugar está llenísimo, no se puede ni caminar.
James, Michael y William, nos guían a Vicki, Carla, Rosemary y a mi a una de las mesas vacías casi al centro del lugar.
Hay mucho ruido, las luces de colores se mueven por todo el lugar y el olor a alcohol llena mis fosas nasales.
No es mi lugar favorito, me gustaría estar haciendo algo más productivo en mi apartamento como desempacar las cosas de las cajas o así, pero ni modo, no puedo seguir escondiéndome el resto de mi vida.
Los chicos van a la barra a pedir unas cervezas mientras nosotras esperamos.
Hay toda clase de gente en una pista de baile que se encuentra borracha a nuestro costado. No se ni cómo logran mantenerse de pie.
Es asombroso.
Los chicos vuelven y nos entregan a cada una un vaso que parece más un barril de cerveza.
-¡Hoy sólo me quiero emborrachar! -grita Carla por sobre la ensordecedora música.
-Brindemos por pasar una gran noche -propone William levantando su vaso.
Todos chocamos nuestros vasos junto con el de él y bebemos.
El líquido se esparce por mi garganta y su amargo sabor me produce náuseas.
-Vamos a bailar chicas -dice Rosemary arrastrándonos a todas a la pista de baile.
Realmente nunca he hecho esto pero no parece complicado.
El DJ sube el volumen de la música y empezamos a movernos.
Por primera vez en dos meses me siento relajada y sin ningún tipo de restricción.
Me dejo llevar y muevo mi cuerpo al compás de la música.
Muevo las caderas y levanto los brazos mientras sonrío a mis amigas que disfrutan tanto como yo.
Bailamos unas tres canciones hasta que siento mucha sed y me devuelvo a nuestra mesa por un trago de mi cerveza que ahora no me sabe tan mal.
Las gotitas de sudor se acumulan en la parte superior de mi frente y algunas en mi cuello.
Voy al baño de damas y hago fila. Mientras estoy ahí puedo observar a chicas que están tan borrachas que lloran sin ningún motivo sobre el hombro de su amiga. Otras están tan mal que simplemente hacen fila sentadas en el suelo y otras como yo, aún tenemos un poco de cordura.
Entro al baño, tomo un pedazo de toalla de papel y me seco el sudor, entro a uno de los cubículos y hago mis necesidades para luego lavarme las manos y observarme en el espejo.
Mi maquillaje se ha corrido un poco pero lo arreglo de inmediato, mi cabello es un desastre así que lo amarro en una cola de caballo alta y lista.
Al salir del baño choco con un pecho fornido que me hace tambalear pero su brazo me rodea por la cintura para no caer sentada en el suelo.
-Hola, preciosa.
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Nuevo Trabajo... Mismo Jefe
RomanceMelody Smith reinicia su vida como empleada en una fundación caritativa. Hace nuevos amigos y al mismo tiempo deja varios corazones rotos, pero no se encuentra psicológicamente estable como para iniciar una nueva relación. Sólo intenta concentrarse...