Salgo del despacho tambaleandome y me dirijo a donde Tara.
-¿Qué haces aquí? -pregunta emocionada y envolviéndome en un abrazo.
-¿No te mencioné que ayudaría a Daniel con lo de relaciones? -esta chica tiene serios problemas de memoria.
-Me parece que si, pero nunca me dijiste cuándo empezarías.
-Ni yo lo sabía -me encojo de hombros.
-Debo hacer un corte y decirte: "wow" -abre sus ojos de forma exagerada y me observa completamente-. ¿Ése fue de los trajes que compramos?
-Sí, así es -en realidad el traje me gusta muchísimo, es muy formal pero no aburrido y me gusta mucho el color claro.
-Te queda fenomenal -aprueba asintiendo con su cabeza provocando que sus hermosos rizos se columpien.
Las puertas del ascensor se abren y aparece una Samantha tan despampanante y con una sonrisa tan falsa como siempre que desaparece en cuanto entro en su campo de visión.
-Buenos días, señorita Johnson -saluda formalmente mi amiga.
-¿Se encuentra Daniel? -espeta sin quitarme ojo.
-El señor Wohlberg está atendiendo algunos asuntos, vuelve enseguida -al terminar Tara de hablar las puertas del ascensor se abren y entra Wilson tomando su lugar de siempre.
-Ya veo -murmura Samantha con indiferencia-, ¿Y tú qué haces aquí? Creí que ya te habían despedido -se cruza de brazos y levanta una ceja con un patético intento de parecer... no se ni que... ¿superior tal vez? ¿Triunfante?
-Señorita Johnson, lamento informarle que no fui despedida, yo renuncié y el señor Wohlberg vino a mi buscando ayuda por culpa del incompetente servicio que brinda el departamento de relaciones del cual seguramente estará informada -sonrío con la mayor dulzura que me es posible mientras hablo como si se tratara de un niño de cinco años-. Ya ve, al final volvemos a trabajar juntas pero no se preocupe, será temporal -añado con un guiño al finalizar.
Su cara se descompone al instante para tornarse completamente roja luego de algunos segundos.
¿En serio hasta ahorita entendió?
-Mira mocosa -me apunta con la uña de su dedo índice pulcramente arreglada-, no vas a lograr quedarte con él y yo tampoco lo pienso permitir.
-Descuida eso no es decisión tuya así que es todavía más sencillo -le sonrío para evitar arrancarle su uña con todo y dedo.
Se vuelve y entra en el ascensor echando humo hasta por las orejas.
-Así se hace -me felicita Tara con un grito agudo-, ¿no es cierto Wilson?
El pobre hombre sólo sonríe y se encoje de hombros.
Me quedo con ellos por algunos minutos más hasta que aparece Daniel con Samantha y con el señor Wohlberg por el ascensor.
-¡Benditos los ojos que te ven, dulce Melody! -exclama el señor Wohlberg con una enorme sonrisa y como siempre abriendo sus brazos para estrecharme entre ellos.
-Gracias señor Wohlberg, a mi también me alegra muchísimo verlo -le devuelvo el abrazo con gusto.
Realmente me agrada el señor Wohlberg y el cariño y la calidez que me transmite me hace sentir todavía más cómoda.
-Por favor, querida, ¿Cuántas veces tengo que decirte que me digas solo Mark? -me separa un poco de su abrazo pero todavía sin soltarme.
-Lo siento -no me parece correcto-, pero es la única forma con la que me resulta más cómodo tratarlo y de cierta forma... la más indicada.
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Nuevo Trabajo... Mismo Jefe
RomanceMelody Smith reinicia su vida como empleada en una fundación caritativa. Hace nuevos amigos y al mismo tiempo deja varios corazones rotos, pero no se encuentra psicológicamente estable como para iniciar una nueva relación. Sólo intenta concentrarse...