Capítulo 10

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Salgo del despacho tambaleandome y me dirijo a donde Tara.

-¿Qué haces aquí? -pregunta emocionada y envolviéndome en un abrazo.

-¿No te mencioné que ayudaría a Daniel con lo de relaciones? -esta chica tiene serios problemas de memoria.

-Me parece que si, pero nunca me dijiste cuándo empezarías.

-Ni yo lo sabía -me encojo de hombros.

-Debo hacer un corte y decirte: "wow" -abre sus ojos de forma exagerada y me observa completamente-. ¿Ése fue de los trajes que compramos?

-Sí, así es -en realidad el traje me gusta muchísimo, es muy formal pero no aburrido y me gusta mucho el color claro.

-Te queda fenomenal -aprueba asintiendo con su cabeza provocando que sus hermosos rizos se columpien.

Las puertas del ascensor se abren y aparece una Samantha tan despampanante y con una sonrisa tan falsa como siempre que desaparece en cuanto entro en su campo de visión.

-Buenos días, señorita Johnson -saluda formalmente mi amiga.

-¿Se encuentra Daniel? -espeta sin quitarme ojo.

-El señor Wohlberg está atendiendo algunos asuntos, vuelve enseguida -al terminar Tara de hablar las puertas del ascensor se abren y entra Wilson tomando su lugar de siempre.

-Ya veo -murmura Samantha con indiferencia-, ¿Y tú qué haces aquí? Creí que ya te habían despedido -se cruza de brazos y levanta una ceja con un patético intento de parecer... no se ni que... ¿superior tal vez? ¿Triunfante?

-Señorita Johnson, lamento informarle que no fui despedida, yo renuncié y el señor Wohlberg vino a mi buscando ayuda por culpa del incompetente servicio que brinda el departamento de relaciones del cual seguramente estará informada -sonrío con la mayor dulzura que me es posible mientras hablo como si se tratara de un niño de cinco años-. Ya ve, al final volvemos a trabajar juntas pero no se preocupe, será temporal -añado con un guiño al finalizar.

Su cara se descompone al instante para tornarse completamente roja luego de algunos segundos.

¿En serio hasta ahorita entendió?

-Mira mocosa -me apunta con la uña de su dedo índice pulcramente arreglada-, no vas a lograr quedarte con él y yo tampoco lo pienso permitir.

-Descuida eso no es decisión tuya así que es todavía más sencillo -le sonrío para evitar arrancarle su uña con todo y dedo.

Se vuelve y entra en el ascensor echando humo hasta por las orejas.

-Así se hace -me felicita Tara con un grito agudo-, ¿no es cierto Wilson?

El pobre hombre sólo sonríe y se encoje de hombros.

Me quedo con ellos por algunos minutos más hasta que aparece Daniel con Samantha y con el señor Wohlberg por el ascensor.

-¡Benditos los ojos que te ven, dulce Melody! -exclama el señor Wohlberg con una enorme sonrisa y como siempre abriendo sus brazos para estrecharme entre ellos.

-Gracias señor Wohlberg, a mi también me alegra muchísimo verlo -le devuelvo el abrazo con gusto.

Realmente me agrada el señor Wohlberg y el cariño y la calidez que me transmite me hace sentir todavía más cómoda.

-Por favor, querida, ¿Cuántas veces tengo que decirte que me digas solo Mark? -me separa un poco de su abrazo pero todavía sin soltarme.

-Lo siento -no me parece correcto-, pero es la única forma con la que me resulta más cómodo tratarlo y de cierta forma... la más indicada.

Nuevo Trabajo... Mismo JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora