Capítulo 19

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El edificio está cerrado cuando llegamos y el Señor de seguridad nos abre.

En mi oficina todo está a como lo dejé hace unas semanas, inclusive aún hay algunos documentos sobre el escritorio.

James es muy amable y me pone al corriente de todo.

-Ah, una cosa más -se detiene antes de salir de mi despacho-, hay una chica nueva, Melanie, es la nueva secretaria. Lo que sea que necesites la puedes llamar a recepción, tiene órdenes de traerte hasta un caramelo si se lo pides.

-Eso es genial, gracias.

Conforme van avanzando los minutos la gente empieza a llegar.

-¡Melody! No sabía si eran ciertos los rumores de que habías regresado -Vicki me abraza apenas entra en mi despacho-. Hay muchas cosas que tengo que contarte.

-También yo -asiento y respondo a su gesto.

-No vas a creerlo, la chica nueva de recepción está como loca por James y él no para de huir de ella. Pobre, sólo consigue alejarlo más y más. Por cierto... -habla y habla y yo se que esa información se está almacenando en alguna parte de mi subconsciente pero no soy capaz de seguir el hilo de su parloteo.

-Tuve un accidente -digo para intentar que se detenga... y funciona.

-¿Cómo? ¿Qué te pasó? ¿Estás bien? ¿Por qué no me llamaste? -pregunta todo muy deprisa.

-Estoy bien, estoy bien, tranquila. No te llamé porque no fue muy serio, sólo un par de rasguños y ya.

-¿Y qué fue lo que sucedió?

-Los frenos de mi auto fallaron cuando iba por media autopista en pleno aguacero.

Vicki se tapa la boca con las manos como si estuviera viendo un asesinato. Es muy dramática.

-Es un alivio que estés aquí -me abraza hasta casi dejarme sin aire.

-Gracias. Creo que deberíamos ponernos a trabajar.

-Tienes toda la razón, nos vemos para el almuerzo. Ah y no olvides que tenemos reunión después -añade antes de salir.

La mañana pasa tranquila en comparación a mi trabajo de hace unas semanas en la empresa Wohlberg.

No puedo dejar de pensar en lo furioso que estará Daniel por mi huida, tengo unas veinte llamadas perdidas en mi teléfono, unos quince mensajes de texto y unos treinta mensajes en mi buzón de correo de voz. Y todas son de él.

Me siento más tranquila conforme pasa la mañana, ya que Daniel no ha venido a irrumpir en mi oficina ni nada por el estilo, aunque si ha logrado que apague el teléfono móvil antes de que me vuelva loca con su sonido incesante.

-¡Mel! ¿Lista? -James me saca de mis pensamientos cuando entra en mi despacho.

-¿Lista para qué?

-Para el almuerzo, ¿Sabias que los seres humanos necesitan alimentarse? Ni siquiera estoy seguro de que hayas desayunado.

-Tienes razón -asiento-, en seguida los alcanzo.

-Date prisa -sonríe antes de salir.

Tomo mi bolso y me pongo el abrigo antes de dirigirme hacia recepción.

-¡Vaya por fin llegas! Me muero del hambre -casi grita Vicki apoyada en el mostrador de recepción.

-¿Es usted la señorita Smith? -pregunta la que supongo debe ser Melanie.

-Sí.

-Hay un hombre que ha estado intentando localizarla desde temprano.

-¿Ha dicho su nombre? -pregunta Vicki, pero yo no necesito su nombre, ya se de quién se trata.

Nuevo Trabajo... Mismo JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora