Han pasado un par de días desde que Daniel y yo vimos... vimos... bueno ya saben qué fue lo que vimos, no hace falta repetirlo, y debo admitir que tengo un leve trauma. No por el hecho del... acto en concreto porque Daniel y yo lo vivimos casi a diario, si no por el hecho de que hayan sido mi compañera y mi jefe en medio edificio.
Eso es raro.
No pude evitarlo y al día siguiente le hice un comentario a Vicki que la dejó saber que nos dimos cuenta de su encuentro con el jefe y lo que hizo fue explotar en risas, ni siquiera se puso roja.
Admitió que no era la primera vez que lo hacían y tampoco era la primera vez que lo hacían en la oficina.
Esto es un descaro pero no puedo decir nada porque Daniel y yo hicimos exactamente lo mismo.
Hoy el día ha sido muy ajetreado y solo puedo pensar en llegar a la casa a dormir.
Recojo mis cosas y cuando salgo, Daniel está esperándome en el auto con Wilson que muy cortes mente me abre la puerta para que pueda entrar.
En casa la cena es excelente y me acurruco junto a Daniel en la cama para dormir porque mis ojos ya no pueden más y se cierran solos.
Por la mañana, mientras estoy en la oficina, entra una llamada de Sara.
-Hola, hermana ¿Cómo estás?
-¿Mel? Debes venir pronto -escucho su voz temblorosa y su respiración acelerada.
-Sara, ¿Está todo bien? ¿Qué sucede? -no puedo evitar ponerme nerviosa.
-Fue muy repentino... no sabíamos nada... ahora... y entonces... -habla entrecortada por hipo y sollozos reprimidos.
-Sara, Sara -le hablo-, debes calmarte no entiendo nada.
-Es papá -logro entender.
-¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¿En dónde está?
-En el hospital -un nudo se me forma en la garganta-. Debes venir.
-¿Están aquí en la ciudad? -mi voz se quiebra y aun ni siquiera sé lo que ha sucedido.
-Sí.
-Voy para allá -cuelgo.
Busco mi abrigo, mi bolso y salgo del despacho casi corriendo.
-Mel, ¿A dónde vas?
-Lo siento, Vicki, ahora no puedo. Voy para el hospital, es una emergencia.
Corro hasta la entrada y tomo el primer taxi.
-Despacho del señor Wohlberg.
-Tara, soy yo, dile a Daniel que no me espere para la cena. Ha surgido una emergencia y voy para el hospital -me trago las lágrimas a duras penas.
-Nena, ¿Estás bien? -mi amiga se alarma del otro lado de la linea.
-Sí, es mi padre. Voy en un taxi para el hospital, por favor dale mi mensaje a Daniel.
-En seguida, amiga.
Cuando llegamos me apresuro al edificio y me encuentro con una recepción.
-Disculpe, hace un rato ingresó mi papá. ¿Podría decirme en dónde está? -pregunto a la señora regordeta detrás del mostrador.
-Nombre y apellido.
-Pablo Smith.
-Suba por el ascensor, piso cuatro, habitación cuatrocientos veinte.
-Gracias -asiento antes de seguir sus instrucciones.
Subo y cuando las puertas del ascensor se abren me encuentro en un pasillo que guía a una sala de estar, más allá se dejan ver las puertas de los dormitorios.
ESTÁS LEYENDO
Nuevo Trabajo... Mismo Jefe
RomanceMelody Smith reinicia su vida como empleada en una fundación caritativa. Hace nuevos amigos y al mismo tiempo deja varios corazones rotos, pero no se encuentra psicológicamente estable como para iniciar una nueva relación. Sólo intenta concentrarse...