Capítulo 2

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-lo que me faltaba-dije mientras mis ojos se me llevaban de lagrimas y sentía dormidos mi dedo índice y el dedo pulgar que hacen que la sangre se acumule en mi nariz y no baje-¿y por qué me mandan con mi agresor?-dije mirando al chico junto a mí.

-ese borrador no iba para usted-me dijo.

-ven-le dije, él se acercó, pasé mi abrazó por sus hombros y tuve que caminar casi con la punta de los dedos de mis pies.

-¿cree que volverá a desmayarse?-me preguntó. Al ver que intentaba ocuparlo como bastón.

-no se me da bien la sangre...

-pude notarlo-él hizo que nos detuviéramos, se agachó, posó su brazo en mi espalda y otro bajo mis rodillas, me alzó en el aire y comenzó a andar más rápido.

-espero que mejores tu puntería o definitivamente nunca tendrás hijos-él me miró y comenzó a reír.

-¿está bien hablar así para una profesora?-bajé mi mirada.

Hijo... por un momento casi lo olvido. Sentí las amenazantes lágrimas en mis ojos, el chico abrió una puerta, entramos y vi varias camillas, él fue a dejarme a una.

-espere un momento-me pidió y salió de mi vista, cuando volvió, tenía en una de sus manos una caja plástica con una tapa azul, la ganó a mi lado, la abrió y comenzó a revisar, luego levantó su vista y pareció asustado-¿tanto duele?-pasó su mano por su cabello color caramelo y luego mordió su labio inferior-en serio yo no quise...

-pero lo hiciste-dije mientras el llanto se intensificaba.

No quisiste pero de todas formas embarazaste a tu esposa, pedazo de idiota, ¿ahora cuando seremos felices juntos? ¿Por qué demonios no te cuidaste si pensabas quedarte conmigo?

-no llore, que así le saldrá más sangre-me dijo el chico entrando en pánico.

-ay no, por favor, no más sangre-le rogué.

-tranquila, tranquila-él suspiró y vi como empezaba a buscar algo, cuando regresó a mi lado tenía un rollo de papel higiénico-pondremos algo que detenga la sangre en su nariz y no tenga que estar con su mano ahí-asentí intentado retener las lagrimas-pero ya no llore-presioné mis labios para detener los espasmos del llanto, él me miró y sonrió con dulzura-buena chica-susurró, él miró la caja y tomó una gasa-cierre los ojos.

-¿qué harás?

-yo haré todo, usted sólo debe quedarse tranquila.

-¿para qué quieres que cierre los ojos?

-para poner la gasa.

-¿y para qué?-dije removiéndome incomoda y mirándolo con desconfianza.

-supongo que no querrá ver su mano llena de sangre.

-ah...-cerré mis ojos, él puso la gasa sobre estos y la amarró detrás de mi cabeza, luego quitó mi mano y sentí como bajaba todo-ah...

-tranquila, tranquila-dijo mientras comenzaba a limpiar bajo mi nariz.

-espero que después de esto igual me respetes-escuché como reía.

-claro que sí, me hizo darme cuenta de algo que podría costarme no tener familia en el futuro-dijo con tono burlón. Yo sólo aguardé silencio, cuando terminó de limpiar, tomó mi mano ensangrentada y comenzó a limpiarla-lindos dedos-murmuró-y no es lo único...-elevé una ceja.

-¿qué miras?

-el resto de la mano, claro.

-hasta con los ojos vendados puedo saber que estas mintiendo, ¿Cuántos años tienes mocoso?-pregunté frunciendo el ceño.

Forbidden ~Leeteuk y Henry~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora