Me bajé de la bicicleta, dejé el casco en el canasto y caminé a la entrada, abrí la puerta y escuché la risa de mi madre de la cocina.
Cerré mis ojos, pegué una profunda respiración, esperé unos segundos, abrí mis ojos nuevamente y caminé hacia la cocina con mi mejor sonrisa, entré y vi a mi padre abrazando por la espalda a mi mamá mientras esta revolvía la olla.
-¡Oh, mi bebé!-dijo mi papá cuando me vio, mi madre me miró y sonrió.
-¡debes contarnos todo!-dijo, mi padre caminó hasta mí y posó sus labios en mi frente, cerré mis ojos y por un momento sentí paz, como si aún fuera una niña que puede escapar de los monstruos estando en los brazos de sus padres.
-¿qué tal los niños?-me preguntó mi madre mirándome con curiosidad.
-geniales-le dije recordando el momento exacto en que el borrador impactó en mi nariz.
-¿y los compañeros de trabajo, Leeteuk estuvo contigo en el almuerzo?-me preguntó mi papá mientras volvía hacia mi madre. Ellos son como ion y electrón, no por lo opuestos, si no como imanes contrarios no pueden alejarse por mucho tiempo.
-papá, es trabajo, no es como en la escuela-le dije, tomé una manzana verde y la iba a llevar a mis labios.
-Dae In, lava eso-me dijo mi madre, rodé los ojos-¡no me rodees los ojos, señorita!-mi padre sólo soltó una sonrisa y se ganó junto a ella a picar unas verduras.
Lavé mi manzana y la llevé a mis labios.
-iré a planificar las clases de mañana y pasado-asintieron, me giré y salí de la cocina.
-¿no crees que nuestra pequeña es genial?-escuché que preguntó mi madre.
-está en los genes, igual que la hermosura-ella rió, subí las escaleras, entré a mi cuarto, me quité mi mochila y me tiré en mi cama.
Con ellos siempre la vida es con flores, conejos y corazones saliendo por todas partes y las pocas veces que se pelean, todo es gris, frío y deprimente, por suerte eso casi nunca sucede.
Cerré mis ojos y fue la peor equivocación que pude cometer, aquí, sola con mis pensamientos, sólo llegaré a lo que todo el día estuve evitando.
¿Por qué una persona no puede decidir cuando algo comienza y cuando algo termina definitivamente? ¿Por qué no puedo decidir dejar ir a Leeteuk, dejar de odiarlo, de sentirme herida y traicionada, de extrañarlo y de desear una explicación a algo tan obvio? ¿Por qué debí enamorarme de él?
Me giré y enterré mi cara en la almohada.
¿Cuántas veces me eh arrepentido por haberlos presentado? ¿Por qué debí enamorarme de él luego de que diera el sí? ¿Por qué le creí?
Sentí una lagrima salir y sentí la rabia invadirme. No sólo rabia por lo que él me hizo, si no porque yo estoy sufriendo aquí como una estúpida mientras él está junto a su esposa, siendo feliz con la noticia de su bebé, escogiendo nombres, esperando ansioso que se mueva, en cumplir los antojos de su esposa.
Mi móvil comenzó a sonar en mi mochila, me senté mientras las lágrimas seguían corriendo, tomé mi celular y vi el nombre de mi amiga en él.
-no, no quiero seguir mintiendo ni decir la verdad para que me critiquen... no ahora, Jimin-murmuré, silencié el móvil y lo tiré sobre la cama, me levanté, me quité mis zapatos, tomé mi cabello, lo envolví formando una bola con él y lo tomé con un elástico, agarré la mochila y fui a mi escritorio, encendí la laptop, fui al baño, lavé mi rostro, luego volví, me senté y comencé a planificar la clase, a las horas escuché mis padres subir, ambos me dieron las buenas noches y se fueron a su recamara.
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Forbidden ~Leeteuk y Henry~
Romance¿En qué momento de nuestras vidas el príncipe azul comienza a ser aburrido? ¿Cuándo fue que encontramos el delicioso gusto a lo prohibido? Supongo que eso siempre estuvo ahí, de otra forma ¿Porqué Eva probó la manzana? Entre más peligrosa e incorr...