Capitulo 32

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Sonreí hacia el señor Lau y le di la última cucharada de su jalea de limón.
-nada mal ¿he?-le pregunté mientras limpiaba sus labios, me levanté y fui a dejar al tacho de la basura el recipiente vacio.
Hoy Whitney debió salir, por unos papeleos que debe hacer para una beca que le pagará la colegiatura hasta su último año y Henry fue a una pelea, la señora que cuida comúnmente al señor Lau fue a visitar a sus parientes del sur, ya que sus hijos están de vacaciones, asi que cuando Henry me preguntó muy apenado si podía cuidar a su padre por un par de horas, estuve de acuerdo.
Volví al living y el señor Lau miraba mi laptop sobre la mesita de centro.
-he estado buscando becas-le dije y miré la pantalla-hay varías que Henry podría tomar si sale con sobresalientes de la escuela, sin contar que, ya que es mayor de edad puede tener la custodia de su hermana, sin problemas de que se la quiten por hacer papeleos legales, por su baja pensión-sonreí y lo miré-¡su hijo irá a la universidad!-el señor Lau rió y estiró su mano hasta mí, le sonreí y la tomé-también cuidaré de Whitney-le dije mientras acariciaba su mano.
La puerta se abrió, Henry entró y nos sonrió.
-hola-entró y vi que tenía pan en una bolsa, lo dejó sobre la mesa, caminó hasta nosotros, saludó a su padre, luego le tapó los ojos y me besó. El señor Lau, soltó una carcajada y Henry lo miró riendo, se sentó a mi lado y miró mi laptop.
-y esto es...
-becas, para ti.
-dudo que pueda tener una beca, nena-dijo pasando su brazo por mi hombro.
-¿por qué?
-¿has visto mis calificaciones? Son un verdadero asco.
-sí, pero si sacas sobresalientes en los exámenes finales tienes una gran oportunidad, sin contar que...-hice una mueca-tu situación económica ayudará-él miró la laptop otra vez-la vida es más fácil con estudios superiores, Henry-asintió.
-lo sé, pero en cuanto salga de aquí, necesitaré dinero rápido y estudiar con trabajo, debe ser un infierno.
-sí, lo pensé, también vi la posibilidad de que a tu padre le suban la pensión-Henry me miró.
-tú...
-sí, soy lo mejor que pudo pasarte ¿eh?-rió, se acercó y me besó.
-¿cómo te fue ayer donde tus padres?
-les conté de ti-su sonrisa se congeló.
-¿cómo?
-pues... como ahora te hablo a ti, así...
-¿y cómo lo tomaron?-dijo ignorando mi muy mal sarcasmo.
-bueno, dijeron que eras pequeño-me encogí de hombros-aún no te ven-asintió-pero bueno, si me hacías feliz no tenían nada que decir.
-ya veo...
-mamá quiere que vayas el otro sábado a cenar-él abrió sus ojos-si no quieres ir, no hay problema, puedo decirles que no y ya, no te sientas presionado ni nada...
-no... yo sólo pensé que tú...-se encogió de hombros-me esconderías lo más que pudieras-lo miré unos largos segundos.
-¿por qué haría eso, crees que me avergüenzo de estar contigo?
-bueno la edad siempre fue un tema.
-sí, pero si ya estamos juntos, es idiota que siga pensando en ello como una traba, para mí, tu edad no es ningún problema actualmente, yo no creo que hagamos algo malo, sin contar que no quiero esconderle más cosas a mis padres-sonrió y acarició mis cabellos.
-esperemos a que llegue Whitney y nos vamos a tu departamento-asentí—iré a tomarme una ducha.
-ok-me dio un último beso, se levantó, pasó junto a su padre, le acarició la cabeza y fue hasta su habitación.
Me levanté y fui a la cocina, puse la tetera con un poco de agua y luego saqué unos huevos del refrigerador, comencé a cocinarlos y justo cuando sonó la tetera, la puerta se abrió y entró Whitney.
-hola-me dijo sonriendo.
-justo te hice algo para comer, debes venir hambrienta.
-la verdad es que sí.
-¿quieres café, té o leche?
-¿café con leche?-asentí y comencé a preparárselo mientras ella llevaba los huevos revueltos a la mesa, luego fue hacia su padre y besó su mejilla, comenzó a hablarle y este comenzó a reír.
Son una familia feliz, a pesar de todo, entre los tres se adoran... o tal vez ahora hay estabilidad.
Posé el café con leche sobre la mesa y salió Henry del baño secándose el cabello.
-¿tienes hambre?-le pregunté y él se detuvo de golpe, miró hacia su hermana y su padre, para luego volver a mirarme a mí-¿quieres café o té?-él caminó hasta mí, tomó mi mano, abrió una puerta y nos adentramos al pasillo donde están las recamaras-¿pasó algo?
Entramos a una recamara, me encontré con una cama sin hacer, una mesa pequeña de madera desgastada donde están un montón de libros y hojas llenas de cálculos de matemáticas, en la esquina un ropero café oscuro que parece que sus puertas van a ceder en cualquier momento, me giré y él tomó mi rostro.
Sonreí y lo abracé por la cintura.
-¿qué pasó?-le pregunté cuando nuestros ojos se encontraron, negó y acarició mis cabellos.
-siempre pensé que todo esto era una mierda... odiaba la vida que me tocó, siempre les eche la culpa a los demás... pero ahora veo y el problema siempre fui yo, era yo quien hacía que esta familia fuera una mierda, yo contaminaba esta casa con mi estado de ánimo... decía que podía haber algo peor, sin embargo, por dentro me preguntaba ¿Por qué yo? Siempre compadeciéndome a mí mismo, siempre pensando sólo en mí...-subí mis manos hasta sus mejillas y las acaricié-pensé que no podía haber forma de que tú calzaras con mi vida, pero hasta eso puedes hacer... sólo con tu presencia puedes hacer ver esta familia, como una familia feliz y dichosa, bueno, por lo menos ante mis ojos-me acerqué y lo abracé.
-te quiero tanto, Henry-susurré, me abrazó de vuelta y escondió su rostro en mi cuello-supongo que debíamos conocernos para conocer el camino correcto, ¿no?-asintió-sécate ese cabello y vamos a mi departamento, antes de salir nos dejé lista una rica pasta vegetariana-se alejó y sonrió, besó mi frente y comenzó a secarse el cabello, él arregló sus cosas y le hice la cama, luego miré las hojas con cálculos y descubrí que son de su semana de los exámenes.
Cuando salimos, nos subimos a su moto y manejó a mi edificio, estuvimos toda la tarde juntos.
-estoy pensando en dejar las peleas-me susurró mientras acariciaba mi pierna.
-¿Cuándo?
-fin de año, podré trabajar en otra cosa y si sale las cosas como dijiste, dejaría el trabajo antes de entrar a la universidad.
-bien...
-se lo comentaré a Nick para que vaya buscando a otro peleador, después de todo, él ha sido bueno conmigo, sabe de mi condición y por eso me ayudó.
-él se aprovecha de ti, justamente por tu condición.
-nena...-me giré y lo miré.
-sé que estás agradecido, pero no te ciegues... ¿crees que te deje ir fácilmente?-él guardó silencio.
-yo tampoco lo creo.
Tocaron la puerta, me levanté y fui a abrir.
-¡Tengo tanto que contarte!-me dijo abrazándome, besó mi mejilla y entró-siento interrumpirte, cielo, pero la tuviste por una semana entera, por lo menos, en el fin de semana me pertenece-Henry le sonrió, se sentó en mi cama y arregló sus cabellos.
-ok, no tengo nada que decir contra eso-se levantó.
-¿te irás?-pregunté sin evitar mostrar un poco de decepción.
-Jimin tiene razón, ustedes deben hablar-Henry besó la mejilla de mi amiga y fue a la puerta que aún tenía abierta, salimos y junté la puerta detrás de mí.
-¿nos veremos mañana?-pregunté.
-claro, pero deberíamos salir ¿no crees? Aunque sea lejos de aquí, a algún cine o algo-asentí, me acerqué y lo besé.
-ten cuidado en el camino.
-te quiero.
-te quiero-susurré y le di otro beso, me sonrió y fue hacia el elevador, esperé a que entrara y volví a mi departamento.
-¿recuerdas el que me haría ver estrellas?-me preguntó mientras abría una cerveza para mí.
-sí-le dije y me senté en el piso.
-¡es el mismo que el del libro de los pájaros! Se había cambiado de peinado-rió y comenzó a negar-me invitó a salir y pues salimos el viernes, es muy agradable... un chico pasó a llevarme y él me protegió.
En muy pocas ocasiones había visto salir el lado "enamorado" de Jimin, por lo que siempre es una sorpresa verla así.
-me dijo que ha estado varios meses comprando libros por comprar, intentando tomar valor y pedirme el número-sonreí.
-adorable-asintió.
-Dios, sabes que son mi debilidad esos chicos... pero me siento un poco mal al ver que después de visitar tanto la biblioteca yo no lo haya reconocido.
-atiendes a mucha gente-sonrió y bebió de su cerveza.
-¿y tú, no tuviste problemas con Henry por Leeteuk?-negué.
-Henry sabe que lo quiero a él y que por Leeteuk no siento nada-ella asintió-aunque cuando nos íbamos a venir... esa mañana Henry pasó a buscarme para que viéramos el amanecer-le mostré mi muñeca-y me regaló esto.
-¡qué lindo!-dijo mientras lo veía con una sonrisa.
-y bueno, evidentemente lo besé... creo que Leeteuk nos vio-Jimin me miró de golpe.
-¿no ha dicho nada?-negué.
-y en serio, preferiría que lo hiciera, aunque no me he preocupado mucho sobre el tema, él dijo que me dejaría ser feliz.
-sí, pero ahí no sabía que ibas a tener pareja y que además iba a ser un alumno.
-¿crees que me delate?-pregunté sintiendo la preocupación inundar mi cuerpo.
-no lo sé...-hizo una mueca-pero no te preocupes por eso, seguramente te hablará primero a ti antes de hacer cualquier estupidez.
-en serio, no lo odio... pero si hiciera eso, si me delatara.
-esperemos que no diga nada o mejor, ¡que no haya visto nada!-asentí.
Nos fuimos a dormir temprano porque ella tenía trabajo al otro día, en la mañana se despidió y se fue, yo me levanté tarde, me bañé y luego limpié un poco el departamento, me senté en mi escritorio y comencé a planear algunas clases para adelantar trabajo.
A la hora de almuerzo, me hice una tortilla de zanahoria y la comí con carne de soya, cuando estaba lavando lo que ensucié, tocaron la puerta, me sequé rápidamente las manos con un paño y fui a abrir.
Me encontré con una señora de cabello hasta los hombros de color negro, con ondas, sentí que la había visto en otra parte, pero no podía desifrar donde.
-hola-saludé.
Ella me estudió con sus ojos oscuros y soltó una dulce sonrisa.
-hola, ¿Kim Dae In?-asentí.
-sí ¿usted es...?
-Annabelle Chen... la madre de Henry Lau.

Forbidden ~Leeteuk y Henry~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora