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Niall.

Escuché la risa de Louis por lo que al instante lo callé, desde la otra cuadra se notaba que la chica estaba como un tomate.

Ella volvió a estar concentrada en algo a lo que Louis, que seguía riéndose, se acercó a su canasto y empezó a poner sus compras en la cinta para que pueda hacer el ticket.

—Gracias —murmuró ella, con su rostro ahora menos rojo.

—No es nada —dijo Louis, haciendo un gesto con su mano de que le restara importancia.

Estaba buscando el código del azúcar pero por lo que noté, ni siquiera se pesó.

—Esto no tiene código, Louis, ve a pesar esto.

—Si jefe —dijo poniendo una mano en su frente mientras se iba.

Para matar el tiempo, ya que Louis es exageradamente lento, iba a proceder a pedirle factura a la clienta, si es que tenía.

—Tien...

—¿Qué tal Niall? —La miré con los ojos bien abiertos, ¿Cómo mierda sabía mi nombre?

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Intuición —dijo ella, sonriendo. La miré con el ceño fruncido, osea, Khé?

—Está allí, tonto —dijo finalmente, apuntando a mi tarjeta de registro mientras soltaba una carcajada tan escandalosa.

—Oh, si —dije poniéndome un poco incómodo. Nunca tuve una conversación personal con una cliente, a pesar de que recién comencé a trabajar hace un mes. Mi primera humillación pública aunque no tan pública, gracias linda clienta.

-Yani.

El Cajero de Doots | N.H ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora