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Niall.

Mientras iba a la escuela, no podía dejar de pensar en Iveth, tiene un lindo nombre, me gusta, suena bien al lado de mi nombre... ¿Pero qué estas pensando Niall? Estoy loco, definitivamente.

Al llegar a la escuela, Ivana vino corriendo hacia mí, me dijo que le dolía mucho su estómago y que tenía fiebre.

La lleve al doctor y me dió unos medicamentos, no es nada grave al menos, sólo comió algo que tenía canela, ella es alérgica a eso, es raro que no se le haya hinchado su cara.

—¿A donde iremos ahora Niall? ¿Me llevaras con mamá?

—¡Mierda!

—¡NIALL!

—Lo siento, no le digas eso a mamá.

—De acuerdo.

Olvidé que mamá está trabajando, por algo ella me mandó a traerla, ¿Ahora donde la dejo? Tengo que ir a trabajar, ni siquiera pedí permiso para salir.

—Niaaaaaaaaall...

—¿Qué?

—¿Dónde me dejarás? ¿Me llevaras en tu departamento?

—No, no puedo dejarte sola y tengo que ir a trabajar.

—Entonces, ¿Dónde me dejarás?

—Ya lo sé.

Iveth.

Una de las ventajas de vivir sola es que ahora no tengo que desayunar ni cenar las cosas que hace mamá, no es que las odie, pero no me gustan.

Escucho que suena el desesperante sonido del timbre, tengo que mandar arreglarlo antes de que lo arranque yo misma.

Al abrir la puerta casi me atraganto con el pedazo de pan que estaba tragando.

—Hola Iveth.

-Yani.

El Cajero de Doots | N.H ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora