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La música flota y te hundes. Cada acorde que pasa por tu interior te revuelve, te destruye, te mata un poco más. Quieres impedir que suceda pero no puedes porque no eres capaz de apagarla, no quieres hacerlo. La letra se clava en tu pecho como un puñal que nunca llega lo suficientemente profundo. Miles de paisajes vuelan a tu alrededor y suceden cosas, suelen llamarles recuerdos pero tu prefieres denominarlos venenos. Arrancándole la vida a suspiros, te muestran todo lo perdido, todo lo que duele, todo lo que podría haber sido pero no fue.
Te subes a ese pequeño avión de papel mientras te deslizas entre imágenes y notas musicales y buscas la salida, pero eso es algo que tampoco quieres hacer porque, por mas que duela, temes que lo que haya tras la puerta sea mil veces peor. Entonces la música vuelve a flotar a tu alrededor y las letras a clavarse en tu pecho mientras los venenos te roban el aire a la vez que arrancan de tus ojos todas las lágrimas resignadas que jamás quisiste llorar.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora