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Lo intento, ¿sabes? Intento ser la princesita de ensueños que soñaste tener en algún momento pero yo no existen los castillos de cristal, los príncipes enamorados de mendigas, los corceles, las coronas que todos pueden llevar, la magia. Lo lleve por años, inventando comportamientos y costumbres que me repugnaban pero ya llegó la hora de que vos tengas que aceptarlo. Ahora quiero ser yo. Me gustan los chicos con tatuajes, comer chocolates, caminar por las vías, correr, gritar, cantar en la calle, caminar abajo de la lluvia. Prefiero pasar tiempo sola en mi habitación con música o un buen libro antes que colgarme de las imágenes que me arruinan la mente, pero nunca vas a aceptarlo. Es inútil seguir con esto. La farsa se termina. Ya no resignaciones, negaciones, represiones. El tiempo llegó. No soy tuya, no podes vivir mi vida, crecí y llegó el momento de tomar mis propias decisiones.

Puede que ahora quiera emborracharme con mis amigos, besar, reír, bailar, salir. Puede que haya llegado la hora de salir del disfraz, ¿No es así?

Pero otra vez no lo aceptas. Y ya estoy cansada de toda esta mierda. Es demasiado tarde pero lo intento, porque ya no soy un títere y, si tengo que cortar todos los hilos que me sujetan, voy a hacerlo sin importar lo que pueda pasar.

Permanecí por años en una jaula de la cual nadie abría la puerta, pero ahora encontré mis alas y puedo volar. Y si no me abrís la puerta, entonces voy a hacerlo yo. 

No llores si no miro atrás, porque en ningún momento planeé hacerlo. Como animal encerrado que descubre la libertad, no pienso volver a tu jaula, así que no me esperes esta noche ni ninguna más. 

El tigre no tiene pena del cazador si este tira mal, yo no tengo pena del carcelero si escapo de la cárcel. 

Ahora es tu turno de aceptar.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora