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Él, a quien mi mente siempre regresa provocando que me pierda con frecuencia en las blancas paredes y los azules cielos. Él, cuyo nombre se clava en mi pecho generando mas dolor que un puñal cada vez que es pronunciado por labios ajenos.
Él, dulce condena a la que regresaría mil veces a pesar de que eso terminara destruyéndome.
Él, mi primera ilusión, aquel primer beso real, dueño de mis mariposas, ladrón de mis pensamientos.
Hoy, después de todo, su nombre sigue rondando en mi mente como caído del cielo. En mis sueños se presenta y me atormenta, lo hace porque lo permito, lo permito porque siento que, esa fantasía de que él aún me quiere, se ha vuelto la razón por la que sigo de pie con el corazón en la mano y el alma llorando.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora