Capítulo 14. "Respuestas terribles a preguntas no tan agradables"

2.7K 269 75
                                    

- ¡Hey! ¿A dónde vas? -El grito tras de mí ocasionó que girara sobre mis talones con gesto molesto. ¿Ahora venía a hablarme?

La encaré, cruzándome de brazos y poniendo mi mirada oscura y vacía sobre la suya, algo tanto similar.

- ¿Acaso te importa siquiera? -Mi voz sonaba grave, casi irreconocible, sin dudarlo me encontraba más que molesto. No soportaría más mentiras, no otra vez- ¡Me mentiste aún cuando sabías que yo detestaba que lo hicieran! -Alcé mi tono, soltando mi furia retenida.

Su gesto se endureció.

- ¿Y tú vienes a hacerte la víctima? ¡Me seguiste y escuchaste algo que no tenías el derecho de saber? Dime, ¿Cómo le llamas a eso? -Apretó los puños, pero en su rostro se formó una inusual sonrisa irónica- Por que yo, yo lo llamo hipocresía -Declaró con avidez, haciéndome molestar más.

¡Era increible! ¿Me llamaba a mi así? Yo al menos le había contado toda la verdad, no cosas a medias como ella lo había hecho.

- En ese caso, déjame decirte algo. Ambos somos hipócritas, ¿No te parece? -Mencioné, alzando una ceja.

Vi que abrió la boca con sorpresa, inhalando aire por la impresión.

- Eso no es verdad -Sentenció- Yo te conté lo que había pasado antes de mi muerte. ¡No me atreví a contarte el resto por temor a que me excluyeras o me trataras mal como al resto! ¿Sabes siquiera lo que se siente estar avergonzado de algo y no poder contárselo a alguien por miedo al rechazo? -Interrogó, su tono sonaba triste y quebrado, distorcionado por el dolor que le causada.

Y si, sabía lo que era sentirse así.

Aún así, ¿Avergonzada de ser hija de la diosa de la sabiduría? Para mi percepción era algo de lo más guay, nacer teniendo una gran inteligencia y astucia es algo que le fascinaría a cualquiera, y más aún cuando Atenea era una de las diosas más responsables de todas.

Mi ira bajo casi tan rápido como se había creado, admitir mi equivocación con respecto a mis sentimientos hacia Percy había sido algo complicado de afrontar.

- Si, lo se. Lo entiendo -Agaché la cabeza. Le había gritado por tener una actitud casi tan cerrada como la mía. El verdadero hipócrita era yo.

- ¿En serio? -Abrió los ojos a tope.

No se esperaba un comentario como ese de mi parte, más aún con el enojo aflorando de mi hacía tan solo unos segundo atras. Bravo, ahora me había vuelto bipolar.

- Si, creo que yo... Te debo una disculpa -Dije con dificultad. Para un hijo de Hades no era algo común caer en este tipo de situaciones. Pero lo reconocía, me había equivocado.

Ella negó con la cabeza, su castaña cabellera danzó tras su espalda en un movimiento hipnótico que consiguió encantarme por completo. Su cabello era muy bonito.

- También debo disculparme, no debí ocultarte parte de la verdad, fue algo muy descortés e inmaduro de mi parte. Me avergüenzo de mis acciones, y realmente lo siento, no es algo propio de mi actuar de esta manera. Mis principios como general me impiden ser tan grosera como lo fui al mentirte -Masculló con molestia hacia si misma.

Ese cargo en Esparta la había vuelto mucho más seria de lo que debería. Deseé poder conocerla sin haber pasado por todo eso, siendo ella solo una chica griega más, sin haber enfrentado todos los problemas que había sufrido. Solo siendo ella misma.

- No te preocupes, es normal equivocarse. Y si en algún momento te sientes lista para contarme, estaré dispuesto a escucharte y a esperar -Concedí con temor, aún no sabía si ella llegase a pasar el momento en el que tuviese total confianza en mi.

Remember me... |Nico Di Angelo y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora