Capítulo 28. Un muerto en la escalera.

133 20 0
                                    

No se esperaban ninguno de los dos que aquel hombre entrara en aquella habitación con tanta vigilancia, sin ser visto. Sin que nadie se percatara, no podía ser cierto, no podían creerse ninguno de los dos hombres que ese hombre hubiera podido entrar, y con un arma de fuego, al hospital para matar a alguien. Pero lo peor de todo es que no sabían que hacer, les apuntaba con la pistola, pero pareciera que no supiera a quien disparar. Pero aquella indecisión no duró mucho, apretó dos veces el gatillo, una bala para cada hombre que había en aquella habitación.

0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o

0o0o0o0 Tras su paseo matutino, como se les había hecho costumbre, fueron al hospital. Ese día los chicos de Shinee no tenían nada que hacer, para suerte de ellos y de la pareja del momento. Así podrían estar juntos. Por una parte Taemin se encontraba atraído por Seung, y es a sus ojos no había nadie más guapo que él. Estaba completamente cegado por Seung Hyun. Por el otro, se encontraba Seung Ri que había encontrado en Tae alguien que escuchara sus problemas, no es que no tuviera a nadie para contárselos, pero siempre se los contaba a Ji o a Dae, y ninguno de los dos estaban a su disposición, desde que había vuelto la novia de Dae de Japón, estaba con ella, y aparecían ambos por la tarde para ver a Yong. En cambio Yong, no estaba como para preocuparle con sus problemas, bastantes tenía ya encima él, como para que también acarreara, o se preocupara, por los suyos. No quería ser una molestia, por eso se había refugiado en el maknae del grupo Shinee. Se sentía bien estando a su lado, sin preocupaciones, sin tener que estar mirando para todos lados por si había un periodista. Eso no se lo podía explicar, no es que se escondieran, era más bien al contrario, salían a dar paseos cada vez que podían y iban a todos los sitios, y no se escondían de nadie, pero la prensa no se había hecho eco de esa amistad. Que en ocasiones pareciera otra cosa. Pero por extraño que parezca, Seung Ri no se sentía extraño porque en ocasiones parecieran más una pareja que amigos. Pero si que deseaba que aquello hubiera podido ser con su amado líder.

Sabía que no tenía oportunidad con él, porque su hyung se le había adelantado, y porque, aunque los chicos no lo supieran, muchas veces entraba a la habitación de su líder tan solo para verlo dormir, para velar que no le pasara nada en sueños. Al principio de oírlo susurrar en sueños pensaba que le llamaba a él, pero para su desgracia, tenía el mismo nombre que su hyung. Era a él a quien llamaba por las noches en sueños, por quien lloraba muchas veces durante los mismos. Nunca había dicho nada, porque tenía la absurda idea de que le dejase de gustar. Aunque pareciera que era un amor de años, y con un amor de aquellos no se podía combatir. Pero tan solo acepto su derrota cuando le dijo Dae que estaban saliendo aquellos dos. Por una parte se alegro de que su líder pudiera estar con quien amara, pero por otra estaba triste porque sabía que ya nunca tendría una oportunidad con él. Por aquellas razones se había refugiado en Taemin. Pero sabía que ahí había algo más, sabía que el maknae de Shinee, le producía sentimientos que nunca había sentido por nadie, y eso le ponía nervioso, sentía que a su lado nada malo pasaría, que todo lo podía, que nada le impediría llegar a donde quisiera llegar. Le producía confianza el estar a su lado, también quería protegerlo, quería ser el ser que siempre miraran aquellos preciosos ojos. Pero era todo aquello tan confuso, no entendía sus sentimientos, sabía que amaba a GD, o eso pensaba él hasta que conoció en persona a Tae, ese pequeño revoltoso, que siempre traía de cabeza, con sus escapadas, a Key, su Umma. La primera vez que lo escuchó no creía lo que le decía, no era normal. Pero cuando le contó toda la verdadera historia se echó a reír. Todavía no se creía que Key estuviera de novio con dos de sus compañeros, aquello le parecía muy extraño, pero le causaba gracia, era una Diva, no podía negarlo, siempre tenía que llamar la atención, siempre con sus comentarios hirientes, siempre con esa actitud arrogante. Por eso no entendía como dos de sus compañeros se habían enamorado de él. Pero él no era nadie para juzgar a alguien. Por lo que le contaba Tae, Key era el que se encargaba de él, de enviarlo a la escuela, de que no le faltara nada, de que tuviera la ropa del colegio limpia. Pero sobre todo era el que le apoyaba cuando tenía algún problema, el que siempre estaba ahí para él. En cambio Onew era su Appa, porque era el que le reñía cuando hacía algo que no debía, o bebía de más, o si llegaba tarde a casa, e incluso más de una vez lo había castigado por no obedecerle. Siendo protegido por su Umma y así acabar teniendo un castigo menos severo.

Le hacía gracia la relación que tenían esos cinco chicos, no eran como ellos. Ellos cinco se habían acostumbrado a ser como amigos, a ser hermanos, no había nadie que fuera la umma. Aunque si se pusiera a pensar esa sería JiYong, pero no lo entendía, a él también le había tocado ser el maknae de un grupo. Y no le habían tratado así. Lo que más se pudiera parecer, era que tenía más privilegios que los demás, privilegios que Ji Yong le daba, dejarle dormir más cuando estaba cansado, gritarle menos que a los demás. En definitiva si que había tenido facilidades pero aquel muchacho que tenía colgado del brazo dando saltitos mientras andaban hacia el hospital, lo trataban como si fuera la más fina porcelana. Aun recordaba los ojos afilados de Key cuando uno de los días fue a casa de ellos para salir con Tae. Recordar aquello le daba escalofríos. Sentía como si la mirada de Kim Kibum pudiera traspasar paredes y se incrustrara en su nuca cada que la recordaba. Aquello no era bueno para su salud tenía que olvidar aquella mirada de la umma de Taemin. Era lo mejor si quería seguir con su salud mental plena. No tuvieron muchos problemas para entrar al hospital. Desde que el director del centro había dado una rueda de prensa diciendo que el joven Kwon estaba en perfecto estado y que cuando saliera del hospital él mismo daría una rueda de prensa antes de ir a descansar a su casa, todo el mundo había abandonado la vigilancia de aquel lugar, de vez en cuando venían periodistas, pero no como antes, ahora eran más respetuosos, ahora podían ir sin esconderse a verle. Desde la rueda de prensa del Director del Hospital, y la salida casi diaria de la revista esa donde sacaban a la luz toda la vida de JiYong, la vida que le habían hecho llevar. Desde ese momento, todo se calmó. Al entrar decidieron que subirían directamente a la habitación, no tomarían nada como siempre hacían. Pulsaron el botón del ascensor, pero este no venía, al parecer estaba estropeado.

Estos tampoco funcionan, hay que decir al director que tiene que llamar al técnico, no podemos estar sin los ascensores tanto tiempo. - Una de las enfermeras pasaba por ahí se les quedó mirando, viendo que ellos esperando a que viniera el ascensor, y al no venir se giró y habló con la recepcionista del hospital.

Ambos se miraron y optaron por ir por las escaleras, no había otra alternativa si querían subir a la segunda planta. Tae se quejó durante todo el trayecto de que estaba cansado, y al final consiguió que en la primera planta del hospital SeungRi le cargara en su espalda para terminar de subir el piso que les quedaba. Que no era mucho, pero no podía negarle nada aquel hermoso ser. Al llegar al pasillo donde se encontraba la habitación de Ji vieron como las hijas del director del hospital se encontraban delante de la puerta de dicha habitación, con la intención de abrir. Pero al girar la manilla y entornar la puerta un poco, el sonido de unos disparos salieron de dentro de la habitación. Aquello asustó a ambos, pero más les asustó ver salir corriendo aquel hombre de unos treinta y cinco años, tirando a su paso a las chicas al suelo, mientras que se dirigía en dirección a ellos con una pistola en la mano, y sin percatarse de su presencia. El hecho de que no se percatara de su presencia hizo que los tres se chocaran cayendo el individuo encima suyo, pudiendo así verle la cara al susodicho. Pero eso no fue más que una pequeña fracción de segundo, porque enseguida se levantó y siguió corriendo. Ignorando a las cuatro personas que había dejado tiradas en el suelo. Dirigió sus pasos hacia la escalera, pero esa vez no tubo tanta suerte cuando se choco por tercera vez contra otro ser humano.

0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o

0o0o0o0 Se sentía mal por las palabras hirientes que le había dirigido a su gran ídolo G-Dragon cuando fue a verle al hospital. Sabía por boca de Sully que ella iría a ver al hospital a Seung Hyun, por eso ella había decidido ir ese día a disculparse con su Oppa. Espero a que el ascensor bajara pero eso nunca sucedió, asique cansada de esperar, y viendo que lo más posible que estuviera roto, dirigió sus pasos a las escaleras del lugar, para subir los dos pisos que la separaban de su oppa. Al comenzar a subir las escaleras nunca se esperó que un hombre de avanzada edad, para ella, bajara corriendo como si le persiguiera la mismísima muerte, por ellas. Por eso cuando chocó con él inevitablemente, se inclinó un poco hacía su derecha aferrándose a la barandilla de la escalera para no caer junto con aquel individuo. Como consecuencia rodó por las escaleras, adoptando malas posturas mientras rodaba por ellas, hasta que en uno de los golpes contra ellas se escuchó un extraño crujido. Como si se hubiera roto algún hueso, o incluso el cuello. Que era lo que pensó cuando vió que aquel hombre no se movía del suelo. Pocos segundos después un agitado Seung Ri, seguido de Taemin de Shinee. Bajaban apurados por la escalera, quedándose congelados con la estampa que estaba ante ellos. El hombre que había disparado en la habitación de GD en aquel hospital, estaba tirado al final de las escaleras con el cuello roto. Mientras que Judit, la presidenta del club de fans de GD estaba agarrada fuertemente a la barandilla de la escalera.

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora