Capítulo 3. La rueda de prensa.

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~Pensamientos de GD (tercera persona)~

Era hermoso, el lugar, el cielo, el escenario, el público. Todo era perfecto, nada se lo estropearía. Nadie estaba ahí para molestarle. Miro a su derecha ahí lo vio junto a él, su gran amor, cantando junto con el resto de su banda. Mentiría si dijera que después de tanto tiempo juntos no les había tomado cariño. Se sabía cada una de las manías y gustos de cada uno. Aunque ninguno se supiera las suyas. Pero aquello en ese mundo no era así.

Allí todos le conocían como él conocía a los demás. En ese momento comenzaron a cantar la Intro del disco de Always. Todo era perfecto no podía pedir más, no quería irse de ese sitio. Tenía todo lo que quería, no pedía más. E incluso tenía un perrito, Gaho.

El concierto terminó, todo el mundo se marchó y se quedo solo con él. Se le lanzó al cuello y le beso, si aquel mundo era perfecto, no tenía que esconderse, no tenía a una madre que complacer, ni una imagen que mantener, todo el mundo lo aceptaba tal y como era.

~Narración normal (tercera persona)~

La habitación estaba a oscuras tan solo la luz de la luna entraba desde el balcón. Unos ojos anhelantes admiraban al cuerpo que había en la cama, pareciera que tan solo estuviera durmiendo, que despertaría de un momento a otro, gritándole y exigiendo saber el porqué no se le había despertado antes. Pero no, el pitido constante de las maquinas que rodeaban al cuerpo hacían trizas todas sus esperanzas, desde que le subieron a las 7 de la tarde no ha habido ninguna mejora, todo seguía igual. Habían pasado por aquella habitación varias personas, casi a las 8 se marcharon el manager y el director de YG. Los chicos tardaron más en abandonar la habitación, ninguno quería dejarle solo de nuevo. Todos sentían que le habían fallado, y así era. Le habían fallado a una de las personas que más les habían ayudado tanto musical como emocionalmente. Siempre ha estado ahí para todos, siempre anteponiendo a los demás a sí mismo, pero con una extraña cualidad todo lo que hacía pareciera que lo hiciera porque el quisiera, cuando nada estaba más lejos de la realidad.

Su reloj sonó dando las 3 de la madrugada, no podía dormir. En realidad no se atrevía a dormir. No sabía como podría salir de aquel bache, pero lo lograrían, todo se arreglaría, pero eso solo era lo que todos deseaban que ocurriera. Pero como dijo el médico que vino sobre las 9, tan solo reaccionará si quiere reaccionar si quiere morir, no podrán hacer nada. Nunca despertará, también había dicho que le habláramos que le contáramos cosas, que no esta demostrado pero que había una posibilidad de que nos escuchara y que quiera volver.

Eran falsas esperanzas, pero esperanzas al fin y al cabo. ¿Todo tenía que ser tan complicado? Nunca se imagino a su mejor amigo en aquella situación, era fuerte, siempre le pareció una de las personas más fuertes que conocía. En cambio, aquella situación le demostraba que no conocía a quien decía que era su mejor amigo. Los minutos pasaron convirtiéndose en horas. Pronto amaneció. El sol iluminaba con sus primeros rayos la habitación, pero él no se movió de su posición, ni dejó de mirar aquel cuerpo.

Aquel escrupuloso silencio tan solo le había demostrado, junto con sus recuerdos y pensamientos, que no podría vivir sin JiYong. Lo necesitaba, pero no sabía como, ¿cómo amigo? ¿cómo hermano? ¿ cómo algo más? Eso no lo tenía claro, pero lo que si que tenía claro era que no quería que se muriese, quería volver a ver aquellos oscuros ojos, que le miraran con una sonrisa adornando su bella cara, con sus mejillas sonrojadas. Ahora que lo veía ahí se daba cuenta de cuan frágil era su compañero, como podría ser que no se diera cuenta antes. Verle en aquella cama le dolía, y hacía que su corazón sangrase.

- Buenos días. - la voz de Lee Seung Hyun se dejo oír por toda la habitación, sacando de sus pensamientos a la única persona que lo escucharía en aquella habitación. Ambos se miraron, y suspiraron - ¿No hay mejora? ¿No ha pasado nada esta noche?

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora