No podía ser, aquello no estaba pasándole a él. Aquella mujer era odiosa, insistía e insistía en entrar a la UCI para estar con su hijo. Por todo aquel al que se le puede rogar, no sabía como pararla. Ya no sabía que decirle. A lo lejos vio a su hermano. En esos momentos como si de magia se tratara el móvil que usaba para contactarse con los chicos comenzó a sonar. Y vio la escapatoria.
- Annyeong? Si, claro. Pero está segura. Si enseguida voy. - corto la llamada sin siquiera escuchar a su interlocutor. Miro a la señora Kwon - me voy mi sobrina ha tenido un accidente.
Salió corriendo en dirección su hermano, el cual le miraba desde la escalera. Le cogió del brazo cuando llego a su altura. Y el médico le susurro que los chicos le habían llamado, pero que tenía que hacer unas cosas antes, él se llevaría a sus sobrinas. Miro las escaleras y ahí las vio, morenas igual que toda la familia del padre, con los ojos color café. Eran preciosas. Pero no se paró a contemplarlas, las arrastró con él escaleras abajo, escuchando los gritos que daba aquella mujer al intentar seguirlo. Solo esperaba que su hermano la contuviera el tiempo suficiente para movilizar una ambulancia.
Cuando estuvieron a resguardo llamó al último número que le había llamado.
- ¿Ya puede atenderme?
- Si - la voz de Choi alertó a las dos sobrinas que miraban con ojitos de brillantes a su queridísimo tío - ¿qué ha ocurrido? Lo siento me tenía que deshacer de la loca esa.
- Se a despertado, pero al intentar hablar le duele mucho, y casi no puede moverse. - el silencio se instauró entre los cuatro, si las dos sobrinas le habían quitado el móvil a su tío y le habían puesto el manos libre, para escuchar la magnífica voz de T.O.P.
- Lo mejor será darle algo ligero. Hazle manzanilla, que este caliente cuando se la tome. Yo iré en unas dos horas. Cuando llegue os diré lo que haré con el paciente. - tras decir esto la conexión se corto.
Miró a sus sobrinas, las cuales le miraban con una sonrisa de oreja a oreja. Aquello le asustó, pero no tenía de otra. Ya vería como se las apañaba para que no dijeran nada de más. Esperaba que los chicos entendieran lo que iba hacer. Era necesario, tenía que volver a operar a Kwon. Las heridas que se produjo en los brazos fueron demasiado profundas. Y tenía que verlo un psicólogo. Tenía que poner en marcha muchas cosas. Saliendo del lugar donde se escondían, dirigiéndose a recepción para dar aviso de que necesitarían una ambulancia. Y los preparativos para un quirófano.
Mientras en la planta de U.C.I. La madre de Kwon estaba histérica, no le dejaban entrar no lo entendían, tan solo estaba en coma. Y ella esperaba que nunca se despertara, así era más productivo, tenía todo su dinero a merced, aunque si despertara también, porque podía alegar que su queridísimo hijo no estaba en todas sus facultades. Y si a ello le suman que podría denunciar a la compañía de música por daños y perjuicios hacía su pequeñín, tendría un gran pellizco, para vivir como ella siempre quiso. Rodeada de lujos, y no cambiando pañales y estando en casa.
Tras varias horas y tras tenerlo todo listo, con sus dos sobrinas pisándole los talones para que no las dejara en tierra y poder ver a su gran ídolo G-Dragon. Se montó en su coche con ambas en la parte trasera, pasó delante de la ambulancia entre todos los periodistas, sin que estos hicieran cosas extrañas, como hacían en ocasiones. Tras dar varias vueltas a la ciudad y comprobar que nadie les seguía, dirigió el coche hasta la casa del grupo BigBang.
Cuando llego el que le abrió la puerta era el manager del grupo, hacia una semana que no coincidía con él. Pero no era momento de saludos, entro como una flecha hacía la habitación de su paciente. Luego de revisarle les contaría a todos que iba hacer, y nadie se lo impediría. Dejó a sus sobrinas con los demás. Les había dicho que no le verían si le desobedecían. Debían de quedarse abajo hasta que él les dijera lo contrario. Y no armar alborotos. Aunque eso lo dudaba bastante. Aquellas dos eran capaces de sacar de sus casillas a un monje budista. Ya lo habían conseguido en una ocasión. Por ello eran las consentidas de la familia, por eso y porque eran las únicas de la siguiente generación.
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Ya no más
FanficA veces para volver a ser uno mismo hay que tocar fondo, y resurgir de tus propias cenizas. Eso Ji Yong, más conocido como G-Dragon, lo sabe muy bien. Nunca se esperó ser traicionado de la manera que lo fue por la persona más importante para él. Com...