Capítulo 13. Acción

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Había caído en un sueño pesado. Sentía que tenía que despertar. Lo peor de todo era el sueño super raro que había tenido, dos tíos habían entrado a la habitación, y habían descubierto todos aquellos papeles que estaban regados por toda la habitación. Pero sabía de toda la seguridad que había en aquel lugar, y por ello era imposible que hubiera ocurrido aquello. Se sentía cansado, pero oyó como abrían la puerta, y aunque no quisiera despertar, necesitaba respuestas, y las quería ya. Abrió lentamente los ojos viendo la cara de circunstancia que traía consigo el psicólogo. Sin mediar palabra le tendió ante él una revista. La cual tomo lentamente, acercándola con curiosidad a su campo de visión. Miró la portada, ahí lo comprendió todo, su extraño sueño no fue un sueño, fue realidad.

Los dos hombres habían entrado en la habitación, y ahora ventilaban la vida privada de Kwon en la prensa. El psicólogo le miró, no quería perderse las reacciones que tendría GD ante la noticia estrella del día, de la cual era protagonista. Le vio soltar las lágrimas que retenía en sus ojos. Era la primera vez que le veía llorar.

~Pensamientos de GD (tercera persona)~

Creía que las lágrimas se le habían acabado pero veía que no era así. Las lágrimas recorrían su pálida piel mientras que sus ojos intentaban leer todo aquello que ponía en el artículo. No era capaz de creérselo. Su vida privada ventilada a los cuatro vientos en la prensa. Sus problemas, todo el mundo los sabía, e incluso se atrevían a especular con el motivo de su suicidio. ¿Cómo había pasado aquello? ¿No se suponía que aquel hospital era el más seguro? ¿Qué nadie entraba sin ser visto?

Aquellas eran las razones por las cuales había contratado su seguro con ellos. Pero, no, no había sido así. No habían alcanzado sus expectativas. Miró con los ojos anegados en lágrimas a Gusig, su psicólogo, el cual lo estaba analizando, para ver cual sería el movimiento a seguir en ese momento.

Quería preguntarle tantas cosas, pero ninguna de sus dudas salía de su boca. Había perdido la voz. Abrió la boca para que tan solo un gemido de angustia saliera de ella. Un gran sollozo vino después, estaba derrotado- Si antes se sentía hundido, ahora no veía forma humana de salir de aquella situación.

~Narración normal (fuera de los pensamientos)~

Pasaron los minutos y JiYong se sentía más hundido conforme pasaba el tiempo. Tan solo hacía un par de días que había despertado, y ya le atacaban en la prensa. Los antis no se harían esperar mucho, aquello era la punta del iceberg, era tan solo la bola de fuego de aquella enorme bomba, ahora solo le quedaba esperar la honda expansiva.

- ¿Qué harás? - Se acercó a la cama. Temía que se terminara de derrumbar, le veía temblar, le veía que le daría un ataque de ansiedad. Y él sabía perfectamente que aquella personas que intentan suicidarse una vez lo vuelven a intentar y más si son presionados de aquella manera.

- Yo... - intentaba hablar pero no podía, todavía no salía del estado de shock, aunque Kwon intentara luchar para salir de ese estado, le estaba costando muchísimo mantenerse a flote - yo... - había perdido la capacidad de expresión al parecer - ¿Qué hago? - todas sus dudas estaban expresas en esa pregunta. Pero no solo estaba expresando sus dudas, sino, todo lo que haría a partir de ahora. Estaba poniendo su futuro en las manos del psicólogo. Se sentía perdido, se veía perdido.

De un día para otro su vida había cambiado radicalmente. Se había enterado de que su madre le había manipulado hacía tan solo unas horas, se había intentado suicidar a causa de la influencia de su madre y las ideas cerradas de esta. Había sentido que todo el mundo le daba la espalda, cuando fue él, el que le dio la espalda a todos, los demás simplemente le dejaron espacio para pensar. Ahora lo veía, ahora estaba todo claro.

Eran las 11 de la mañana y el hospital estaba más concurrido que nunca. Los periodistas estaban más agresivos que nunca. Aquello las retrasó un poco, pero por suerte ya estaban en las puertas del hospital. Entraron sin problemas, todo el mundo en aquel lugar las conocía. Miraban a todos lados como si buscaran algo, pero lo que hacían era ver si su tío o su padre se acercaba, para poder echar a correr antes de que las vieran, por los alrededores. Pero tuvieron suerte, no tuvieron problemas en llegar delante de la puerta de su ídolo. Entraron sin tocar la puerta, encontrándose con la estampa de un GD con lágrimas en los ojos y la cara roja de haber llorado, sentado en un sillón junto al amigo de su tío, aquel que era psicólogo.

Ambas entraron y cerraron la puerta sin ser vistas, estaban sumergidos en algo que se encontraba sobre la mesa, aprovechando que no las habían descubierto, corrieron a abrazar a GD. El cual se asustó al principio, pero al reconocer aquellas cabelleras largas y negras y sentir los brazos de las chicas rodearle, lloró. Se sentía calmado, y por eso lloró, lloró como hacía tiempo que no lo hacía, pero en los brazos de aquellas jovencitas. Cuando se separaron de él, ya después de un tiempo. Se separaron y se sentaron cada una a un lado de Kwon.

- ¿No deberíais de estar en el instituto? - Gusig las miraba suspicaz, las conocía desde que llevaban pañales, y sabía que aquel hombre era su ídolo y su ejemplo a seguir de superación.

- Si...

- Deberíamos...

- Pero, ahora...

- Estamos aquí...

- Como odio que hagáis eso - el psicólogo las miró mal, no solo habían interrumpido en una habitación a la cual estaban prohibidas las visitas, si no que habían interrumpido una de sus sesiones y la concentración de Kwon para hacer las pruebas del test. Pero nada podía hacer, aquellas dos trataban y manipulaban a todo el mundo para conseguir lo que querían. Un ejemplo claro de eso, era su entrada aquella habitación - Aunque os diga que os valláis no lo haréis ¿verdad?

- No - contestaron al unísono.

Al parecer, por lo que veía aquellas dos tranquilizaban a JiYong, desde que habían entrado estaba más tranquilo.

- ¿Cuál es su decisión? ¿Me inhabilitará?

- No, Kwon, tan solo estas en un estado de depresión muy profunda. Te mandaré un antidepresivo y me visitarás cada dos semanas. Eso cuando salgas de aquí. De momento, me tendrás que soportar todas las mañanas - intentó que aquello saliera con un tono de burla, no era motivo de mofa, pero era mejor si no echaban más leña al fuego. Pero, aun así, la expresión de Kwon no cambió a grandes rasgos -. Bueno a las tres volveré, si es una amenaza, pero no vendré solo, vendrán también el resto de personajes que están a tu alrededor. Seguro que tu madre hace horas que esta molestando al médico y a las enfermeras para entrar. Pero ten en cuenta que a partir de esta tarde podrán entrar a visitarte como a cualquier paciente - se levantó bajo tres pares de ojos y se marchó sin decir nada más.

Cuando se quedaron solos, ambas chicas se giraron a la vez a mirar a Kwon, el cual dio un respongo en su asiento.

- ¿Cómo estás? - la gemela de la derecha de Kwon fue la que habló, y por primera vez en su existencia que su gemela no terminó su frase. Sabían que no era el momento indicado para sus juegos. La situación no era la meas favorable. No todos los días te enteras de que tu madre te manipula, y encima se entera el resto del país al poco tiempo.

- Bien, con dolor en los antebrazos por los puntos. Pero ahora puedo mover mejor los brazos, y me han dado permiso para levantarme de la cama - estaba evitando el tema, lo sabían, pero no podían hacer nada al respecto. Sería mejor dejarle hablar, y que hiciera como si dentro de aquella habitación la realidad no fuera la misma, como si las malas noticias nunca fueron dadas. En aquella materia ellas eran las mejores, en hacer olvidar a alguien la realidad.

- Si, es verdad...

- Nos hemos dado cuenta...

- Dentro de poco podrás escribir...

- Y Seguro que nos dedicaras...

- Una canción...

- Chicas, por favor... no volveré a cantar, pase lo que pase a partir de ahora no volver a cantar, ni a escribir, ni hacer nada que tenga que ver con mi vida anterior a esto - las miró, tenían la sorpresa reflejada en su cara, pero era mejor así, sabía que aquella noticia conmocionaría a muchos que tuvieron la esperanza que ahora si que decidiera de otra manera, pero no. No quería cambiar de parecer. Tan solo quería estar lejos de todo. Aunque ahora no impediría a sus "amigos", porque no sabía lo que opinaban ellos, ni como se tomarían la noticia, pero les dejaría entrar en su mundo, tan solo si ellos quieren estar ahí.

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora