Capítulo 8. Depresión.

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A mitad de la noche se despertó. En la habitación del hospital tan solo entraba luz de la luna. Y ahí, lo vio el hombre que rondaba en todos sus pensamientos.

~Pensamientos de GD (tercera persona)~

Se preguntaba el por qué de todo aquello. Tenía recuerdos vagos de las otras veces que había estado despierto. Pero aquella habitación era del hospital. O eso le había dicho el tío de la mañana. Se veía tan tranquilo durmiendo de aquella manera. Sentado en el sillón. Pero sabía que mañana le entraría tortícolis.

¿Cuánto había olvidado?¿Qué era lo que había olvidado? Esas preguntas le ponían nervioso. Pero en realidad aquello le pareció lo mejor. Así dejaría por fin la música y se casaría con una chica de bien. Era mejor que no recordara. Tampoco le importaba mucho que hubiera pasado para acabar con los brazos llenos de vendas. Sólo quería volver a mover su manos con normalidad. Recordaba algo de una operación. No estaba seguro. Pero sabía exactamente que tenía que hacer lo primero. Según recordaba el manager ya sabía de su decisión. Eso haría las cosas más fáciles.

Se sentía cansado. Desvió la vista de su compañero de grupo, y amor platónico, fijándola en el ventanal. Dejó la mente en blanco mirando como amanecía. Las horas pasaron lentas, su cabeza seguía en blanco. Hacía tiempo que no se encontraba tan en paz, sin perturbaciones, estaba cansado pero no podía dormir. El día comenzó a clarear y poco a poco sus ojos comenzaron a notar una pequeña molestia.

~Narración normal (fuera de los pensamientos)~

El reloj dio las 8 de la mañana. Pero horas antes ya había movimiento en aquella casa. Todos estaban nerviosos, no sabían lo que pasaría ahora. Pero lo superarían. Al igual que el resto de los escándalos anteriores.

Dong se encontraba subiendo unas cajas a uno de los coches que usarían. El psicólogo les había pedido toda la información tanto gráfica como documental que tuvieran a su disposición. Y aquello era demasiada información.

- Dong, ¿te ayudo? - SeungRi apareció arreglado en el garaje. Bae se le quedó mirando ¿cómo era posible aquello? Creía que se lo imaginaba, pero pareciera que no - ¿tengo algo en la cara? - tras la exhaustiva mirada de su compañero se sintió nervioso.

- Vamonos. Ahora volveré con Seung Hyun para que descanse. Lee, no cometas ninguna locura. Te recuerdo que tienes novia – el aludido se le quedó mirando como si no fuera con él la cosa. Bae tan solo pudo suspirar.

- Eso a ti no te importa. Yo de ti me preocuparía por tu querido. No valla a ser que se acerque demasiado a mi JiYong.

Ambos se mantuvieron en silencio durante todo el camino. Uno no podía entender como el magnae del grupo del grupo había adquirido aquella obsesión con el líder. Además pensaba que no se le notaba tanto su atracción hacía el líder de SHINee; el otro andaba ofuscado. Quién era TaeYang para decirle aquello. Eso ya se lo decía el mismo. Era grandecito. Pero casi perder a su amor platónico, mas sabiendo que podían ser cierto los rumores... Lo intentaría. Lo tenía decidido, no desaprovecharía la oportunidad y no le importaba quien se interpusiera en su camino.

Condujeron hasta el aparcamiento interior. Los cristales ahumados impidieron que los periodistas les reconocieran.

- Buenos días – una voz quebrada y grabe les dio la bienvenida. Kwon todavía se mantenía despierto. A su lado se hallaba Choi intentando que tomara algo del desayuno. Aunque fue poco, algo consiguió. La garganta del paciente todavía no dejaba pasar los líquidos con facilidad.

- Estas despierto – una sonrisa radiante apareció en la cara del magnae de BigBang - ¿cómo te encuentras hoy?

- Algo mejor – se le veía cansado. En ese momento uno de los móviles sonó.

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora