EPÍLOGO

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Llegaba tarde, como podría ser. Después de tanto tiempo preparando la maldita fiesta sorpresa. Va y llega tarde. Y dale no aparece. Como no llegue me voy a tirar por la ventana. 

Lleva cinco minutos de retraso. No puede hacerme esto. 

La puerta. 

Si está entrando, menos mal. GaHo va a su encuentro, no me tengo que mover, no te muevas Ji. No te muevas. 

Da lo mismo, en cuanto aparece por la puerta me lanzo a los brazos de mi esposo. Que linda palabra, aunque aquí en Corea no sea legal, nos fuimos a EEUU a casarnos. Y hoy cumplimos un año de casados. Soy tan feliz.

Hacia tanto tiempo que no me sentía de esta manera. Espero que él también sea feliz a mi lado. Después de todo lo que hemos pasado. De mis locuras, de las de mi familia. De la prensa. Mi regreso a la música. 

Porque sí señores me convencieron al final de que volviera. Bueno tampoco es que me hiciese mucho de rogar. Porque me aburría en casa. No había nada que hacer, todo estaba limpio, no podía ni siquiera salir a pasear a GaHo por la culpa de la prensa que se quedaba en casa 24/7. Seguimos viviendo los cinco juntos, pero cada uno con su respectiva pareja. Es mejor de esa manera, me tienen vigilado. Aunque al principio me molestó. Ahora la verdad que me da igual, también han ido dejando su paranoia de lado. 

Mi hermana viene todas las semanas a verme, y mi padre se pasa de dos a tres veces por semana. Se que les pegué el susto de su vida. Y no quieren alejarse. La verdad que son la mejor familia que pudiera tener.

Mi Esposo, comienza a besarme, viendo que me puse a divagar, para traerme de vuelta. 

- Ji, ¿lo has preparado tu? - me mira asustado, no podía ser más idiota. Claro que no había cocinado yo, era capaz de quemar el agua.

- No, y lo sabes, los chicos me han ayudado antes de irse. 

- ¿Para cuando me cocinarás tu?

- Si quieres morir envenenado, por mi ahora mismo.

- No seas malo Ji. Te amo.

- Y yo mi señor esposo. También te amo Seung. 

Nos volvimos a fundir en un largo beso, antes de sentarnos a la mesa, sé que después tendremos sexo salvaje. Pero ahora mismo estoy más entretenido teniendo su polla dura entre mis nalgas, mientras le doy de comer. Tal y como sé que a él le gusta. Sentado en su regazo desnudo, y bien predispuesto para sus juegos.

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Este es el fin del primer epílogo. Espero que os guste. No sabía que escribir, y la verdad, espero poner algo más subido de tono en el próximo capítulo. 

Sí sé que es cortito, pero no quería que pasase mucho tiempo. 

NOTA: estoy dando prioridad al epílogo de esté fic, que al otro que tengo empezado. Tranquilidad que todo llega. Yo siempre termino mis relatos aunque sea 3 años después. 

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora