Natsu.
—Discúlpame, pero Zeref es mi hijo, yo sabré muy bien quien es su madre y tú no lo eres. —le contesté con molestia. En realidad no tenía ni la menor idea de quien era la madre de Zeref pero algo me decía que Lucy no lo era y no me quería poner a averiguarlo. ¿Qué clase de broma era esta?
—Los he estado investigando desde hace unos meses y estoy más que segura qué Zeref es mi hijo. —me contestó Lucy levantando un poco la voz y eso llamó la atención de todos los clientes del restaurante, incluyendo a Mira quien sólo me advirtió con una seña que bajáramos el volumen.
—Para Zeref yo soy su padre y tú eres una desconocida. —confesé en su rostro y vi como la rabia aparecía en su semblante. Admito que a Zeref se le es fácil encariñarse rápido con las personas aunque sean unos completos desconocidos, pero si esta chica creé que yo la dejaré entrar a la vida de mi hijo; está muy equivocada.
—Para un juez fiscal yo soy su madre y tú eres un desconocido. —golpe bajo. Si ella era posiblemente la madre de Zeref, sólo si podía probarlo, tendría la custodia de él y yo quedaría fuera.
—Tú no tienes ninguna prueba de que Zeref sea tu hijo. —le contesté de vuelta y pareció que yo di en su clavo porque ella solo sonrió con perversidad, como si yo llegara a la parte malicia de su plan.
—Mira Natsu, —se apoyó sobre la mesa—. Yo sé todo sobre ti: integrante del equipo de fútbol americano, jefe del comité de estudiantes, tutor de todas las materias, ganador de las olimpiadas de matemáticas del año pasado, amante de la filosofía, escritor nato... ¡Por dios, Natsu! Eres todo un alumno ejemplar, tu currículum para la universidad será impecable y te aceptarán en cualquiera. Pero tu padre Igneel no tiene el dinero suficiente para pagarte la universidad y tu empleo de mesero tampoco podrá hacerlo, al menos de que no quieras estudiar. Te propongo un trato, dame a Zeref por las buenas o por las malas. Si me lo das por las buenas te pagare una fuerte suma de dinero para que estudies en la universidad, tú y tu padre se compren una casa y que tu padre pueda sacar a flote la empresa que tanto a deseado; serás la envidia de todas las personas porque un joven demasiado guapo, inteligente y rico no es ignorado por nadie. Pero si no estás dispuesto a entregarme a mi hijo; me veré obligada a iniciar un juicio fiscal y creo que al juez le vendrían bien unos cuantos billetes para ganar la custodia de mi hijo. Que no se te olvide: soy Lucy Heartfilia, hija de Jude Heartfilia y tengo más poder que tú, así que ahórrate muchos problemas diciendo que sí me darás a mi hijo. —terminó con la misma sonrisa de hace un momento.
Lo sentía desde que la vi, ella era sólo una niña con padres ricos que creía qué con el dinero podría hacer lo que quisiera, pero lo que ella no sabía era que por Zeref estaba dispuesto a sacrificar la oportunidad de estudiar, la de tener una casa propia, la de ser incluso millonario... Y mi vida si era necesario.
—Mi respuesta sigue siendo la misma, no dejaré a Zeref ni por todo el dinero del mundo. —demandé con fuerza y me levanté de la mesa como acto final. No me importó si estaba en mi horario de trabajo, sólo tomé mi sudadera y me largué del restaurante; mañana Mirajane me daría una paliza, pero hoy sólo quería pasar el resto del día con Zeref, mi hijo, sólo mío.
—¡Natsu! —empezó a seguirme el paso—. ¡Si no me crees podríamos hacernos una prueba de ADN los tres! —era obvio de que la persona que estaba gritando por la calle llamando la atención, otra vez pero ahora de los peatones, era Lucy.
—¿Para qué? Si con tu dinero comprarás los resultados de la prueba. —le comenté sin darme la tarea de voltear a verla o de parar de caminar. Pero el ruido de sus tacones acercándose, me indicaba que Lucy corría hacia mi y que cada vez se estaba acercando más.
—Natsu, yo soy su madre. —dijo Lucy ya a mi lado, cómo reclamándome a Zeref.
—Lucy, yo soy su padre; tal vez no de sangre, pero para él yo soy su padre y aunque tu seas su madre, para Zeref eres solo una desconocida. —pronuncié sin darme cuenta que ya habíamos llegado al edificio donde vivíamos. ¿Tanto me detuvo su charla?
—Fue un error dejar a mi hijo pero ahora estoy aquí por él. —continuó la rubia y entró conmigo a el elevador ¿hasta donde llegara esta chica?
—Lo siento pero hasta aquí llegaste, no puedo dejarte pasar a mi departamento. —le dije debido a que aún fuera del elevador ella seguía siguiendo mis pasos.
—Esto no se queda aquí, te estaré visitando en tu trabajo o en tu preparatoria, pero no me rendiré hasta que yo tenga la custodia de Zeref. —me dijo ella pero sin dejar de caminar conmigo por el pasillo que llevaba hasta nuestro departamento. ¿No tendrá pensado entrar?
—Prefiero que no me estés espiando, porque Zeref es mi hijo, yo soy su padre desde hace 4 años y una desconocida que se hace llamar su madre no vendrá a quitármelo así como así. —dije parándome frente a la puerta de mi departamento ¿por qué no se iba ya?
—Tiene derecho a estar con su madre. —levantó Lucy un poco la voz en la última palabra.
—También tenía derecho de crecer con una, pero ese derecho se lo privaron. —le contesté y cuando iba a abrir la puerta, una mano que obviamente era la de Lucy me impidió que entrara a mi departamento para dejarla aquí afuera y sola.
—Yo solo quiero conocerlo. —me imploró la rubia sosteniendo mi brazo con un poco de lagrimas en sus ojos y una mirada de suplica. No caería, estaba acostumbrado a que las chicas lloraran por querer salir conmigo, pero Lucy estaba sobrepasando ese nivel con algo sagrado para mi ¿acaso no le quedaba claro que no vería a mi hijo?
—No podr... —y justo cuando estaba por negarle la entrada o cualquier otro medio de contactar a mi hijo, la puerta del departamento se abre y la luz del departamento nos deslumbra en una posición muy visible para quien estaba parado en el umbral de la puerta. Mierda.
—¡Papá! —gritó Zeref y vino corriendo para lanzarse a mis brazos. Cuando lo recibí lo cargué en modo fraternal y Lucy que estaba a mi lado empezó a soltar todas las lágrimas que hace unos segundos estaba reteniendo bajo la mirada de Zeref.
¡Oh, no!
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Un Papá Con...16? [NaLu]. Editando.
Fanfiction[En edición]. "Hola, mi nombre es Zeref Dragneel, mi padre se llama Natsu Dragneel y tiene... 16?" La razón por la cuál un adolescente de tan sólo dieciséis años debe cargar con la responsabilidad de ser padre es secreta para el mundo, o para el mun...