Nada nuevo, casi nada nuevo.

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Natsu

Miércoles por la mañana, nada fuera de lo común estaba sucediendo. Zeref estaba desayunando, yo le estaba haciendo la comida para la tarde e Igneel estaba leyendo el periódico de esta mañana. Repito: todo lo normal. 

Seguí con mi cocina y luego escuché como vibró mi celular sobre la mesa del comedor. Caminé hasta recogerlo y cuando lo hice, visualicé ''Doll face'' en la pantalla, eso sólo significaba que Gray me estaba llamando. ¿Qué querría el chico? 

—¿Hola? —contesté algo ¿preocupado? Gray no era de las personas que llamaba por teléfono, más bien era el tipo que mandaba mensajes. 

—Natsu, estoy con la vecina del tres G, deja me cambio y los llevo. —dijo atareado en cuanto contesté a su llamada. Y pensar que por un momento me había preocupado. Ese Gray hacía lo que quisiera cuando lo deseara. 

—Claro, —dije a la bocina del celular y antes de que colgara, agregué—: Usa condón.

Después de la llamada repentina de Gray, terminé con la comida y me fui a mi habitación a cambiarme de ropa en lo que Gray terminaba todo con la vecina. Salí con mi uniforme de siempre y vi a Zeref ya listo sentado en el sillón de la sala mientras mi padre seguía viendo el periódico en el pequeño comedor. Estaba por ayudar a Zeref con las agujetas de sus zapatos cuando los golpes de la puerta anunciando a Gray reinaron el silencio del departamento.

—¡Natsu, abre! Soy yo; tu amor secreto. —gritó el estúpido de Gray llamando la atención del piso como varias veces anteriores lo había hecho. La última vez había fingido que estaba pariendo  y varios vecinos del piso salieron a auxiliarlo, pero cuando lo vieron se fueron. Triste realidad.

—Es él tío Gray. —Zeref se emocionó como si no lo hubiera visto antes y corrió hasta la puerta. Realmente me gustaba verlo feliz, aunque fuera Gray quien lo alegrara con sus estupideces.

Caminé hasta la puerta y la abrí topándome con Gray que estaba recargado en el marco con una maldita sonrisa que me decía todo lo que había sucedido con la vecina, y cuando digo todo, me refiero a todo. ¡Maldito mujeriego!

—Estamos listos. —le contesté antes de que me dijera algún comentario relativo con lo de hace rato. Tomé a Zeref de la mano y salimos juntos del departamento.

Al salir del edificio, vi el auto aparcado de Gray donde siempre. Subí a el auto y Gray condujo hasta el kinder de Zeref. Una vez mi hijo entró sano y salvo a su aula, partimos nuevamente a la preparatoria en una charla cómoda, que de un momento a otro, se basó en Lucy. 

—¿Ya te arreglaste con Lucy? —preguntó y por alguna manera me puse a pensar muy bien en la respuesta para contestarle a Gray con la verdad. Era muy obvio que Lucy tenía una razón, pero al momento de yo tener otra; cambiaban las cosas, aunque Zeref si se estaba llevando mejor con la rubia. 

—Claro, en unos días le diremos a Zeref. —dije y mentalmente traté de consolarme con que nada saldría mal, Zeref siempre sería mi hijo. Pero ¿cómo le dices a alguien que todo en lo que creyó era mentira? 

—¿Estas listo? —¿qué pregunta era esa? Claro que no estaba listo.

—Sí. —mentí. Prefería mostrarme fuerte ante algo con lo que probablemente perdería, eso me había enseñado Zeref al no darme por vencido.

—Tú no estás listo, porque tienes miedo de que te quiten a Zeref. —confesó Gray descubriendo mi terror. Soportaba que Zeref supiera que Lucy era su madre, pero lo que siempre dudaba era si la Heartfilia podría quitarme la custodia de mi hijo. 

—¿Crees que legalmente pueda quitármelo?. —le pregunté asustado temiendo saber la respuesta. 

—Si prueban que Lucy es su madre, te lo quitaran. —dijo y resoplé con fastidio, ya me esperaba esta respuesta pero aun así decepcionaba saberlo.

—¿Y crees que Lucy quiera quitármelo?

—Tú debes saber, es tu novia. —dijo y puse por milésima vez en duda las pocas neuronas que habitaban el cerebro de Gray. ¿Tan estúpido era como para creerlo? 

—Eso es más falso que tu virginidad.

—Con mi virginidad no te metas, que mi mamá aun cree que no sé que es una vagina. —dijo y reí ante la inocencia de Mika. Un día lo regañó frente a todos por que Gray no dijo gracias cuando le dieron su comida.

Al cabo de los minutos llegamos a la cama de Gray y todo seguía igual: Erza se pegó a nosotros, Gray saludaba a las chicas con perversidad que probablemente tendrían acción esta noche o en el cuarto del conserje en unos minutos, Sting y Orga nos saludaron mientras platicaban con unas chicas ¿y yo? Yo sólo seguía caminando, evadiendo muchas miradas interesadas que estaban sobre mi, la mayoría femeninas.

Levanté la mirada por las cabezas de todos y busqué la cabellera de cierta rubia, hasta que una pelirroja se interpuso en mi campo de visión.

—¿Buscas a alguien? —me preguntó Erza y eso hizo que yo dejara de buscar a la rubia, para verla a ella.

—No. —contesté restando importancia al asunto.

—Si buscas a Lucy, me dijo que hoy no podría venir por un problema con su padre. Pero que te espera el viernes en el juego. —respondió Erza a lo que quería saber pero... ¿Problemas con su padre? Tenía entendido por Lucy que ella no hablaba con su padre desde su violación.

—Mmm... —balbuceé—. Gracias. —contesté al fin.

—Oye Natsu, —me volvió a llamar ella—. ¿No crees que Lucy es un poco mayor para ti? —preguntó y palidecí hasta que recordé que en el instituto Lucy era mi novia. 

—Un año no es nada.

—Todo lo que hace el amor. —suspiró y yo sólo asentí no muy convencido ante su acción. Era obvio que Erza buscaba un novio estable, pero lo que era aún más obvio era que lo buscaba en la cama con Gray. Dios se apiade de ella. 

Estaba por contestarle, cuando de la nada una voz rompe con todas las charlas del pasillo—: ¡Natsu Dragneel, ¿cómo que tienes novia?!

¡Oh, no!



Un Papá Con...16? [NaLu]. Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora