No se me ocurrió ningún titulo

2.8K 306 109
                                    

Llegue un poco tarde a el instituto, debido a que tenía que alimentar a Zeref antes de irme. Pero lo importante ahora, era llegar temprano a clases.

Corrí por el estacionamiento delantero de la preparatoria y pude ver el Corvette de Gray, en el que trae a Natsu junto con él.

Justamente cuando toque el mosaico del primer escalón del instituto, sonó la chicharra como seña de que las clases habían iniciado. Corrí aún más rápido y llegué a mi primera clase que era dada por Tauro.

-El día de hoy, saldremos las primeras clases a el gimnasio por qué hubo un desperfecto en el laboratorio.-. Anunció el profesor y enseguida salió seguido de todos los estudiantes.

Recorrimos todo el pasillo principal y cuando llegamos a el limite del corredor, entramos a el gimnasio cruzando el enorme umbral de madera. En cuanto entré, note a todo el equipo de fútbol practicando pequeñas tácticas en el gimnasio de básquetbol.

-Entrenador, ¿No saldrán a su campo?.-. Preguntó el profesor Tauro refiriéndose a un señor pelinegro como "Entrenador".

El señor pelinegro se volteó hacía nosotros.

¡Oh no!

¡Es él!

¡Es él!

¡Es él!

-Por hoy no, el sol es muy intenso.-. Sú voz, era él. ¡¿QUÉ HACE AQUÍ?!

Él dirigió su mirada hacía mí. Y cuando se conecto con la mía, él sonrió con perversidad.

Trate de cubrir un sollozo con mi mano, pero al final termino siendo sordo. Mis lagrimas se hicieron presentes y empecé a sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo debido a el miedo.

Corrí, corrí a cualquier lugar que me llevará lejos de él. Y el lugar más cercano fue el cuarto del conserje.

Entre productos de limpieza, escobas, trapeadores y otros instrumentos de mantenimiento; me hice un hueco para protegerme.

Abrace mis piernas con mis manos, y escondí mi cabeza entre el espacio entre mis rodillas. Así las lagrimas no correrían tanto por mis mejillas.

-Luce...-. Escuche un débil susurro llamarme detrás de la puerta, un susurro que identifique como de Natsu.

No conteste, solo permanecí allí llorando.

-Luce...-. Otra vez la voz de Natsu interrumpió mis lamentos, pero lo volví a ignorar.

Deje mi cabeza entre mis pies y aún sin poder ver, note como la luz del exterior ilumino el pequeño cuarto de mantenimiento. Puesto Natsu había entrado sin mi consentimiento.

-Luce...-. Natsu se agacho a mi altura y me obligo a verlo. Gran error, pues me sentía muy débil a él.

-Luce... ¿Qué sucedió?.-. Preguntó Natsu con voz más dulce que muchas veces anteriores. Como un roce cálido y reconformante... Igual que sus sonrisas.

-Natsu...-. Declare decidida a lo que estaba por hacer.-... Creo que te amo.-. Sí, ya, todo estaba dicho. No más secretos, no más cosas ocultas, ya lo había dicho y no estaba arrepentida. Y menos aún por qué después de eso volví a besar a Natsu.

No fue rápido ni con prisa. Fue lento, un ritmo digno de una tortura dolorosa y sanguinaria. Natsu, también participo en el beso, tubo una parte del estelar que compartía conmigo. Algo que tome como un "Sí".

-La verdad, creo que yo también.-. Dijo Natsu en el segundo exacto contra mis mejillas que ya estaban sonrojadas por su declaración. Pero no le di más tiempo para que lo notara, por qué volví a estampar mis labios con los suyos.

Salí un poco más de mi escondite pero sin separarme de Natsu, quién con sus brazos me acerco más a él y me ayudo a quedar sobre él. La posición era perfecta, porqué así me era más fácil el besarlo y el disfrutar la delicia de sus labios sin ningún problema, por que todo era perfecto hasta que...

-Natsu, el entrenador te esta buscando.-. Unos golpes en la puerta y la voz de Gray llamar a Natsu, hizo que nos separaramos con las respiraciones agitadas y la tensión al máximo.

-Dile...-. Natsu hablo entre entrecortadamente debido al cansancio o por la acción.-... Que ya voy... Solo dame un minuto.-. Pidió Natsu sin dejar de verme.

-Claro, ¿Y que digo de Lucy?.-. ¿Cómo mierda sabe que estoy aquí?

-También... Ya va para haya.-. Declaro Natsu y después sentí como la presencia de Gray se desvanecía de a nuestro alrededor.

Permanecimos en silencio, recuperando la respiración, sin dejar de vernos, sin dejar al sonrojo para otro momento... Sin dejarnos.

-Creo que debo irme.-. Dijo Natsu después de unos segundos a lo que yo asentí.

-Creo que debes irte.-. Lo alenté a que saliera para cumplir con su entrenamiento.

-Claro.-. Dijo y se levanto del pisio, dejándome ahí, hincada en el suelo.

-Pero antes...-. Dijo y se agacho a mi altura.-... Debo despedirme.-. Termino de despedirse con un beso robado de mis labios. Para después salirse completamente del cuarto de limpieza.

-Maldita sea, Lucy.-. Me dije a mí misma. No tenía planeado este cambio tan drástico en mi vida, pero lo agradecía.

Sonreí inconscientemente al recordar lo de hace un rato. Me levante del suelo y salí de la pequeña habitación del conserje.

Los pasillos estaban desiertos, completamnete. Tal vez los jugadores en este momento estaban en los vestidores dándose una ducha para quitarse el sudor y desinflamar los músculos que les dejan las practicas.

Entré a el gimnasio esperando encontrar a mi grupo con el maestro Tauro. Pero me tome con la sorpresa que estos ya no estaban, solo estaba Capricornio trapeando en una esquina solitaria del gimnasio, con sus audífonos puestos para no distraerse.

-Lucy...-. ¡Era él!.-... ¿Te diviertes con el Dragneel?.-. Preguntó él, pero yo ni siquiera le conteste o incluso me moví un centímetro.

-¿No crees que ya hiciste demasiado hace 4 años?, ¿Acaso no te basta?, ¿Qué es lo que haces detrás de mí?, ¿Por qué estas aquí?, ¡MALDITA SEA, ¿POR QUÉ NO ME DEJAS SER FELIZ?!.-. Me atreví a gritarle, pero aún sin verlo.

-¿Sabes?, esas son buenas preguntas y estoy dispuesto a responderlas. Todo empezó hace 4 años, era una fecha muy importante para jovenes como ustedes, pues era el día del estudiante. Yo regresaba del trabajo, era muy tarde para que jovenes estuvieran por las calles... Pero siempre hay una excepción, ¿Verdad? por qué esa excepción fuiste tú. Te veías tan linda y puta a la vez; que de alguna manera me sentí excitado. Me era imposible el dejarte pasar, que me acerque y te hice mía. No lo olvide, y no lo haré. Después de unos días de que te viole, supe que eras una Heartfilia. Una puta niña con dinero, ¿Sabes lo que es sentir que hiciste tuya a una niña millonaria? Por qué fue increíble; tuve la necesidad de encontrarte y ¡MIRANOS AHORA!, quién diría que soy padre de un descendiente Heartfilia...

-Dragneel Heartfilia.-. Lo corregí.

-¡YO SOY SU PADRE!.-. Grito él.

-¡NO! ¡SU PADRE FUE AQUEL NIÑO QUE LO RECOGIÓ DE LA BASURA AÚN CUANDO NO TENÍA NADA QUE OFRECERLE, ESE, ESE ES SU PADRE! ¡NO UN ESTÚPIDO VIOLADOR! ¡JAMÁS, ÓYELO BIEN, JAMÁS SERÁS EL PADRE DE MÍ HIJO!

-Ya veremos si el niño termina con "Padre" para el fin de mes.-. Dijo y cuando me volteé para encararlo, solo vi como él huía por el pasillo.

-Señorita Lucy, no debe estar aquí.-. Dijo Capricornio aún con su trapeador y los audífonos.

-Claro, ya me iba.-. Dije y empecé a caminar hacía la salida del gimnasio. A mis clases para ser exacta, pues ya me había perdido las primeras horas.

¡¡Gracias por los 8k leidos!!


Un Papá Con...16? [NaLu]. Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora