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Estos últimos dos meses habían sido todo una fiesta, en mi cita del cuarto mes Samuel me acompañó ya que mi madre quería que él fuera para que lo conociera, al estar en la cita el doctor dijo que crecía rápido y pensamos que veríamos su sexo pero al parecer no se dejó ver, salimos desilucionados ante la noticia pero ahora estábamos aquí nuevamente, en esta sala de espera con mi barriga que ya era muy notoria de cinco meses.

-- Espero que ahora sí se logre ver que es-. Dijo Samuel. De los dos él era el más emocionado por saber que seria.

-- Relajate que tú no eres quien carga con él-. El tener cinco meses hacia que absolutamente nada de mi ropa pudiese esconder mi barriga haciendo que tuviese que ponerme ropa suave.

-- Vale, es verdad-. Se colocó bien la silla pero en ese momento nos llamaron-. ¿Listo?-. Preguntó.

-- Listo.

Ya no me hacían las típicas preguntas del inicio, ahora simplemente me pasaban directo a la camilla a revisarme, que por cierto el gel seguía siendo algo que no toleraba.

-- ¿Listos para saber el sexo del bebé?-. Samuel respondió un rápido sí para después ver como el doctor movía el aparato en mi barriga-. Y al parecer el pequeño ya se dejó ver, es una niña, tendrás una niña.

-- ¿Oíste Guille? Es una pequeña-. Podía ver a Samuel con sus ojos brillosos.

-- Bueno, la pequeña tiene buen crecimiento, creo que a partir de ahora seguirá creciendo rápido pero ahora a un ritmo menor, puedes levantarte Guillermo.

Samuel escuchó las indicaciones ya que él no sabia nada y salimos de ahí felices y con una pequeña fotografía de la bebé.

-- No puedo creer que sea una pequeñita, será mi consentida-. Samuel ya había guardado la fotografía en su cartera, yo seguía teniendo la del primer mes.

-- Deberiamos ir comprando las cosas-. Susurré mas para mí que para él.

-- Es cierto, deberiamos, ¿crees soportar en las tiendas?

-- Sí, ahora vamos a por esas cosas-. Comenté divertido.

Llegamos a un centro comercial enorme en donde al entrar lo primero que vimos fue una tienda gigante para bebés, agarramos un carro y entramos, dentro había muchas cosas, desde cunas hasta la cosa más rara que te podrías imaginar, yo iba manejando el carro mientras Samuel iba escogiendo las cosas que creíamos necesarias, hasta que llegamos a los biberones.

-- Oye Willy, ¿cómo le darás de comer?-. Él estaba viendo los biberones de diferentes colores, sólo puso los morados.

-- ¿En serio me preguntas eso? Con leche preparada, no tengo pechos-. Me había sonrojado.

-- Vale, pensé que te saldría leche-. Él seguía colocando cosas.

-- No, solo la tendré-. Seguimos caminado y varias señoras que pasaban nos veían extraño pero cuando veían mi barriga ellas se sorprendían, yo simplemente me reía.
Habíamos llegado a la zona de las cunas, había una color blanco con rosa, era sencilla pero era preciosa, derrepente sentí que alguien ponía su barbilla en mi hombro.

-- ¿Te gusta esta?-. Escuché como preguntaba Samuel.

-- Sí, me imagino tomandola de aquí a mis brazos-. Estaba feliz por la imagen que se reproducía en mi cabeza.

-- Nos la llevamos-. Sonreiamos y fuimos a pagar todo para poder acomodar las cosas en casa incluso nos dijeron que la cuna estaría en nuestra casa hoy mismo, solo faltaba acomodar todo y que naciera.

-*-*-*-*

Estaba en casa sentado frente al televisor hasta que escuché como abrían la puerta, las únicas personas que tenían llave eran mi madre y Samuel ya que desde la noticia decidió vivir conmigo para mantenerme vigilado como él decía.

Mi Secreto | Wigetta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora