capitulo 1

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Desperté -como todos los días- enredada entre mis sabanas.

Pude oír los gritos de mi madre desde el piso de abajo.

-¡___! ¡El desayuno está listo!

Salí corriendo de la cama, mala idea.

Hola bello suelo...

Me incorpore como pude y me dirigí al baño de mi habitación, tome mi ropa y prepare el agua para bañarme.

Me quite la ropa delante del espejo de cuerpo entero que adorna una de las paredes del baño.

En este estado me veía patética: Ojerosa, despeinada y mis movimientos parecían programados para ir a una velocidad tan lenta.

Tome la orilla de la playera del pijama y la levante para sacármela de encima.

Voltee a ver como estaba la temperatura del agua y una mancha de color morado en la parte izquierda de mi cuello llamo mi atención.

Me examine lo mejor que pude y me plantee las situaciones en las cuales pude habérmelo hecho.

Deje de tomarle importancia cuando llegue a la conclusión de que fue un simple golpe.

Me quite el resto de la ropa y me sumergí en el agua que caía de la regadera, la cual causaba una representación muy buena de la lluvia.

Deje de lado todo y tome unos jeans azules deslavados y una playera mangas cortas que me quedaba grande con las hermosas -nótese mi sarcasmo- palabras: fuck you.

Me desenrede mi pelo y tome un suéter que tenía cuello para que mi madre no se diera cuenta de aquella misteriosa mancha morada que adornaba mi cuello y malinterpretara las cosas.

Cartera, mochila, llaves... ¿llaves?... oh genial...

Baje ruidosamente por las escaleras ya que la hora no importaba, eran veinte para las siete y hacia una hora desde que mis padres se habían levantado para iniciar su día laboral.

-Buenos días cariño.

-Hola mamá. ¿Has visto mis llaves? No las encuentro por ningún lado... -desordene un poco los cojines de la sala y revise en la mesa centro para no encontrar rastro alguno de ellas.

Genial, será sin llaves hoy...

Me senté a comer el desayuno que me habían preparado de forma resignada y una vez acabe todo lo del plato y mi madre me dio una mirada de aprobación me dispuse a salir de la casa, de no ser que la voz de mi mamá me dificulto lo último.

-Hija, espero que estés usando protección, lo último que quiero es que tu padre y yo terminemos sentados en el hospital en conferencias de "sexo seguro".

-¿A qué te refieres?-era claro mi ceño fruncido junto con la expresión de intriga que adornaba mi rostro y la compañía de una pizca de incredulidad.

-Del moretón que tienes en el cuello, no nací ayer hija.

-Sí, eso me queda claro, pero no recuerdo como me lo hice, lo más seguro es que sea un golpe... o un sarpullido, dile a papá que me haga una cita con el dermatólogo del hospital, arde al tacto.- Inconsciente mente me lleve una mano a la zona afectada en donde la marca empezaba a punzar y a cobrar conciencia de su presencia en mi piel.

-Bueno, yo ya cumplí con mi parte de advertirte y decirte que te cuidaras.

-Mamá estas alucinando... ya te lo he dicho, no creo que sea algo del otro mundo.- rodé los ojos de forma cansada.

Solo una noche Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora