Capítulo 14

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Solo dos horas después de que Suga y sus chicos llegaran, la casa ya tenía en su interior a bastantes personas, personas que había llegado con sodas y que en un momento en el que ingreso un grupo numeroso, dejaron otro barril de cerveza en el jardín.

Bastantes de los chicos del equipo ya habían llegado y en cuanto ellos hicieron su acto de presencia, bastantes personas más entraban, casi diez de la noche y las cosas no parecían estabilizarse, si no descontrolarse más.

Lo amigos que Namjoon había mencionado no solo habían traído un sonido, no, había instalado luces en el jardín y dentro de la casa, estaban tan bien equipados en las fiestas de adolescentes que tenían una máquina de humo y su lugar estratégico les permitió con otra máquina de espuma llenar el jardín y la piscina de ella.

Al menos todo mundo parecía divertirse y estaba segura de que el lunes que llegáramos todos a clases, de esto sería de lo primero que se hablaría.

Los chicos de Suga realmente no se notaban, parecían otros adolecentes más en la fiesta, pero cuando Suga me informo que la primera pareja de la noche ya comenzaba a buscar las recamaras, fue cuando realmente se vio que sabían hacer su trabajo.

La casa tenía más de seis habitaciones, cinco en parte arriba, que era donde nos quedaríamos todos mis amigos y yo, y las habitaciones esparcidas.

La casa anteriormente había sido de una familia muy adinerada que la había construido con la capacidad de tener en su interior a sus empleados, así que la casa tenía otras cuatro habitaciones más pequeñas y sencillas para el personal de servicio.

Personal que no teníamos, pero aun así en esas habitaciones aún se conservaban algunos de los colchones que la anterior familia había dejado y que mis padres no habían podido donar debido a su estado algo deteriorado.

Aún tenía mi primer trago en la mano cuando sentí que un descarado deslizaba su mano por mi espalda, de manera inmediata me giré para darle un puñetazo al imbécil que se atrevía a tocarme de manera tan íntima.

Carter tenía la sonrisa más idiota e irritante que le había visto jamás.

-Quítame tu asquerosa mano de encima Carter, o te juro que te la arrancare.

-Cualquiera diría que con el éxito de tu fiesta debería de estar contenta, pero mírate, el que estés feliz no te quita ni un gramo de perra.

-Ya sabes, se conserva siempre el sabor natural, ahora piérdete, iré a buscar a mi novio.

Ya me había dado la vuelta cuando sus manos volvieron a detenerme antes de que comenzara a caminar.

- ¿Cómo lo llamaste?

-Mi novio, ahora suéltame.

-Estoy muy seguro de que a Eric no le va a gustar que su chica ya tenga un novio.

-Que se joda, él y tú se pueden ir a la mierda, aparte de que no le vas a decir nada porque tampoco es de tu incumbencia.

-Yo solo estoy cuidando a la chica de mi amigo.

-Sí, la cuidas tan bien que la tocas sin su permiso.

-Pero él si me dio permiso.

Fue involuntario, porque lo que menos quería era hacerle ver a Carter que me seguía afectando lo que había pasado hace tanto tiempo con Eric, pero el que mencionara esas palabras y con un tono que jamás había escuchado salir de su boca, hicieron que temblara de miedo.

Le arroje lo que me sobraba de mi trago en la cara y en lugar de intentar soltarme lo empuje, haciendo que se alejara un par de paso de mí.

-Lo siento, pero te estabas poniendo muy perro y a los perros se les arroja agua.

Solo una noche Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora