capitulo 2

241 16 5
                                    



Los mensajes de la noche anterior me quitaron el sueño por una hora.

Una hora en la cual me movía de un lado a otro de la cama, sentía un sudor frió en mi espalda baja, mis ojos me ardían y mis parpados estaban tan hinchados que se pegaban entre ellos con cada parpadeo y sin embrago no podía dormir.

La única cuestión que me pasaba por la mente era, ¿quién quería jugar conmigo? O es que acaso le he hecho a alguien el daño suficiente para que diga algo tan fuerte de mí.

Llamarme cobarde y casi asegurar de que no aguantaría su juego era como una promesa silenciosa de venganza, algo que desea uno que salga a la luz para hacer el mayor daño de los posibles, y por desgracia, el mensaje no tenía nada de falso. Porque aquello me había tocado una fibra que muy pocas veces dejaba desprotegida, un lugar en el cual estaba vulnerable y que con ello se podía caer toda la imagen y fortaleza que hasta el momento me había forjado.

Deje de lado todo lo que me había dicho aquel pervertido e incluso la sensación de miedo que me había dejado la noche anterior la puse en la interminable lista de espera de mis emociones sin importancia.

Ese pervertido hizo que te excitaras.

Pero él está enfermo, ¿quién manda ese tipo de mensajes a altas horas de la noche?

Alguien que sabe de ti, más que otras personas.

O alguien que quiere que le abra las piernas o incluso alguien que solo quiere hacer mucho daño, así que largo conciencia.

¡Me necesitas!

Sí, pero no en este momento.

Después de estar un largo rato estática frente al ropero y de reflexionar todo. Volví al baño a darme una ducha y note en mi reflejo, las ojeras marcadas de una mala noche y como el moretón/sarpullido del cuello dejaba de ser tan perceptible, me introduje bajo el agua y disfrute de cada una de las gotas bajando por mi piel, quitando todo el sudor de la noche y relajando la tensión de un muy mal mes.

Solo por un momento.

Quince minutos después me encontraba secando mi pelo con una toalla y preparando mis zapatos para que solo me los pusiera y saliera de casa.

Baje las escaleras y cuando gire a la izquierda para pasar por el comedor y más al fondo de la casa estaba la cocina, note que mi mamá se encontraba dormida sobre la barra de la cocina.

Qué raro, ella nunca duerme una vez que se levanta.

-Mamá... párate, me voy en diez minutos.

Pase por su lado y le toque la espalda, revise la tostadora y no había nada.

-Una hora más.

Mire el reloj y di una sonrisa de lado cuando vi la hora.

-Mamá, ¿que no tienes que ir a la corte a las 8:00 en punto?

-Hummm.

-Son las 7:30.

-¡Mierda!

Vi como mi mama se paraba rápido y se metía en su habitación para salir vestida con un traje y la plancha de pelo en mano.

-Esas palabras, mamá...

Ella solo me dio una sonrisa y siguió con su intento de plancharse el pelo, tome la taza de café que mi mamá había usado y la puse en el fregadero.

-Mamá, ¿hiciste café?

-¿Qué?, ¡ah!, no, era del que tu preparaste anoche.

Solo asentí con la cabeza y deje de lado todo para ver que la cafetera se encontraba vacía.

Solo una noche Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora