Cuesta abajo y sin frenos.

45 4 0
                                    

Capítulo catorce

Aquella misma noche recibí un mensaje de voz de Cristina.

-Tíaaaa, siento no haber podido ayudarte en la mudanza. Tenía los billetes para Londres hacía un mes...Me moría de ganas de ir allí. ¿Qué tal ha ido todo? ¿Alguna novedad?

Me sentía falsa, mala amiga y todo en aquel momento. No sabía que contestarle a mi mejor amiga.

-Tengo que decirselo, pero...Tampoco ha pasado nada. No es algo tan malo. ¿Verdad? -me preguntaba una y otra vez en mi cabeza.

Tenía que contestar al mensaje de Cris. Se me había olvidado.

-Nada fuera de lo normal, han venido a ayudarme los chicos esta mañana, hemos conseguido poner todas mis cosas en cajas y en doscientos mil viajes ya estaba todo en casa. Se ha notado tu ausencia. Vuelve pronto de Londres. ¡¡Y trárme algo que no sea un llavero!! -corté el mensaje de voz.

Dejé el móvil cargando en la caja de la ropa, que hacía de mesita de noche. Cerré los ojos intentando dormir. Pero no pude, no tenía la conciencia tranquila.
El móvil no paraba de vibrar. Supongo que será ella contándome cosas que ha estado haciendo por Londres. Pero estaba tan cansada que no hice caso, y me dormí.

¿El gran amor de mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora