Capítulo cuarenta
Hoy hace un mes que Crsitina está en coma. Según el médico, no empeora, pero tampoco mejora.
Vengo todos los días y, algunas noches, me quedo con Priscila para hacerle compañía.
No he vuelto a saber nada de John desde que rompimos...Ni si quiera para preguntarme cómo eataba Cristina, ni como estaba yo. Pero la verdad esque yo tampoco le he preguntado cómo se sentía él.Después de darle vueltas a todo aquello, decidí pasar por el taller de su padre para hablar con John. Una historia tan bonita no podía acabar así.
-Hola Hugo. -dije saludando al dependiente.
-Buenos días. -me contestó.
-¿Está John? -pregunté posándome delante del hombre.
-Lleva dos semanas sin venir. Pero está su padre aquí, ¿quieres que lo llame? -dijo simpático señalando a la parte de atrás del taller.
-Bueno, si no está ocupado...-me pareció raro que Hugo no me diera detalles sobre John, siendo su mejor amigo.
-Voy a llamarlo. Un momento. -y desapareció por la puerta.
-¡Hola, Anne! -dijo simpático sacándose la grasa de las manos con un trapo sucio.
-Hola, Pedro. ¿Cómo estás? -dije dándole dos besos.
-Cansado de tanto trabajar. -y esbozó una sonrisa. -¿Cómo tú por aquí? ¿Pasa algo?
-No, nada...Venía a buscar a John, pensaba que estaría aquí. -dije con la voz confusa.
-A...¿John? - dijo frunciendo el ceño como si le sorprendiese.
-Sí...Hace mucho tiempo que no se nada de él...Y quería saber cómo estaba. -dije más confusa aún.
-¿No te lo ha contado? -dijo secándose el sudor de su frente.
-¿El qué? -me asusté al oír aquella frase.
-Se fué hace unas semanas a Barcelona. Ha encontrado un trabajo dónde le pagan bien y decidió irse. Pensaba que ya lo sabrías...
-No, no sabía nada...
He de confesar que aquello no me sentó nada bien. John estaba a 600 kilómetros y yo no tenía ni idea.
-Bueno, me voy. Lo llamaré más tarde para que me cuente cómo le va por allí. Gracias igualmente. -me despedí y me fui.
Salí del taller muy enfadada con lágrimas en los ojos, cuando escuché que alguien me llamaba.
-¡¡Anne, Anne!! -era Hugo que corría hacia mí.
-¿Qué pasa? -pregunté.
-Tengo algo para ti. -dijo estirando la mano con un sobre.
Cuando lo cogí, Hugo se acercó y me dio un beso en la mejilla. -Tengo que volver al trabajo. -y se fue.Anonadada miré el sobre y sonreí.
Sonreí, porque sabía que aquella carta era de John.
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¿El gran amor de mi vida?
Romance¿Podrá Anne estar con John como lleva deseando tanto tiempo?¿O el sentimiento de culpabilidad por su mejor amiga Cristina se lo impedirá?