Capítulo treinta y nueve
-Hola. -dijo el médico con un montón de papeles en la mano.
-¿Cómo ha ido todo? -dijo la madre de Cristina acercándose al doctor.
Se secó las gotas de sudor y suspiró. -Lo siento...Cristina ha caído en un estado de coma.
-¿Coma? No puede ser... -murmuré yo con lágrimas en los ojos. Priscila se había adelantado, y ya se había sentado en el sofa de golpe y parecía estar en otro mundo.
-El coma es algo temporal, puede durar días, semanas, meses...Y en algunos casos extremos, años. Pero por la situación de Cristina, dudo que sea éste el caso.
Este comentario alivó un poco a Priscila, que se levantó y se acercó a su hija.
-Tienes que ser fuerte, cariño. Estamos todos contigo. -le susurró al oído.
Después de hablar con el médico, que nos dió mas detalles sobre el estado de Cris, se fue.
Recibí un mensaje de John.
-No sé que es lo que te pasa. Da señales de vida. No puedes seguir así.
Decidí contestarle, aunque no tenia ganas.
-Mira John...Supongo que ya sabrás lo de Cristina, y esque ahora está en coma. Me necesita, y ahora más que nunca. No puedo fallarla otra vez. Lo siento, espero que sepas entenderlo.
-Supongo que sí. El que lo siente soy yo. No debería haberme metido entre dos amigas. -me contestó media hora después.
Preferí no contestarle. Lo quería, es más, lo amaba. Pero era una situación muy complicada para los dos.
Eran las diez de la noche cuando Manuel me dijo que tenía que irme a casa.
Me despedí de Cristina con un beso en la mejilla, pero esta vez me paré a hablarle.-Cristina...Se fuerte, sólo tú puedes salir de esta. Yo se que puedes. Te quiero mucho.
Al salir del hospital, fui directa a casa de mi padre. Necesitaba de sus consejos.
-Hola, Anny. No te esperaba. -dijo desabrochándose la corbata.
-Lo se, he venido sin avisar. Lo siento. -dije entrando.
-No te preocupes. -dijo amable. -¿Qué tal Cris?
-Está en coma. -dije sin poder evitar soltar las lágrimas. Al verme así, corrió a abrazarme.
-Cariño, con el coma nunca se sabe lo que puede pasar. A lo mejor mañana despierta, o en unas semanas. -dijo intentando aliviar mi llanto.
-El médico ha dicho que en su estado lo más seguro esque dure poco tiempo. Pero no sé. -dije secándome las lágrimas.
-Seguro que se recupera. Ya sabes como es Cristina. Ella puede con todo. -dijo esbozando una pequeña sonrisa.
Después de cenar con papá, las cosas las veía con menos pesimismo. Él tenía esa capacidad.
Fui a casa y cogí el móvil para llamar a John. Al fin y al cabo, creo que se merecía una explicación.
-¿Sí? -contestó secante.
-Hola, soy Anne. -dije.
-Dime.
-Quería hablar de todo esto que ha pasado.
-Sí, yo también.
-A ver, yo te quiero, John. Pero con el accidente de Cris no puedo parar de darle vueltas. Es mi mejor amiga. Entiéndeme.
-Si yo te entiendo, Anne. Pero tienes que entenderme a mí. Yo no estaba contigo para fastidiarla a ella. Yo estaba contigo porque te quiero.
Y se que es duro todo lo que está sucediendo, pero yo solo intento estar a tu lado en esta situación. Y tu no haces más que esquivarme.-Lo siento John, pero esque no puedo. Vamos a dejar que pase el tiempo.
-Lo que prefieras. Te quiero. - y colgó.
Así terminó el día.
Peor imposible.
ESTÁS LEYENDO
¿El gran amor de mi vida?
Romance¿Podrá Anne estar con John como lleva deseando tanto tiempo?¿O el sentimiento de culpabilidad por su mejor amiga Cristina se lo impedirá?