¿Preparada?

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Capítulo treinta y seis

-¿Estás segura? -me dijo mirándome a los ojos.

-Más que nunca. -dije sonriendo y besándolo.

John empezó a desabrocharme el vestido con mucha delicadeza. Y calló rápidamente dejándome en ropa interior ante él.

Terminé de quitarle la camisa por sus brazos tatuados, mientras seguía besándolo.

Me despegué de sus labios y los llevé hasta su cuello, dejando suaves besos sobre su piel.

Pronto estábamos desnudos sobre la cama acariciándonos, sintiéndonos, besándomos como nunca antes lo habiamos hecho. John actuó con delicadeza en todo momento, y el dolor que sentí, en seguida se convirtió en una sensación agradable bajo aquellas sábanas, expresando todo el amor que sentíamos el uno por el otro.

-¿Seguro que estás lista? -me susurró al oído.

-Lo estoy. -respondí con seguridad.

Después de aquella sensación, apoyé mi cabeza sobre el pecho de John, que besaba mi cabeza y me decía "Te quiero".

Enredada en las sábanas blancas, me quedé dormida como de costumbre.

A la mañana siguiente, me despertó John. Con las sorpresas y emociones, se nos había olvidado hacer las maletas.

-Anne, despierta. Están los chicos esperándonos abajo. -susurraba John.

Levanté la cabeza, y pude ver la maleta y mi bolso en frente de la puerta de la habitación. John ya se había encargado de meter todas nuestras cosas dentro.

Me vestí rápido y me hice uno de mis moños para estar por casa. Me aseé y nos fuimos.

Al llegar a recepción, estaban todos esperándonos. Alex hacía gestos con la cara, y Andrea diréctamente comentó.

-Vaya vaya, aquí viene la parejita. Un día movidito el de ayer, ¿eh?

Reímos todos con aquél comentario y pusimos rumbo al aereopuerto.
Una vez en el avión, me senté con Andrea, ya que me habia comentado de camino al avión que tenía cosas que contarme.

-Tía, he hablado con Cristina...-comenzó diciendo.

-¿Y qué te ha dicho? -interrumpí.

-Está muy cabreada, y más cuando se ha enterado que estábamos de viaje sin ella. Yo se lo ofrecí pero se negó cuando le dije que John venía. -continuó diciendo.

-Pf...No sé que decirle tía. Haga lo que haga pierdo. -dije con voz rota.

-Queda con ella cuando llegues, será lo mejor. -me dijo Andrea acariciándome el pelo. -No te preocupes. Seguro que te perdona.

Cuando llegamos al aeropuerto de Madrid, estaban mis padres esperándome. Me acerqué a ellos, que me recibieron con un enorme abrazo y besos.

-¿No nos presentas a John? -dice mi madre con voz pícara.

-Eso...Tengo que conocer a ese hombre. -dice mi padre con voz seria.

Aquél tono me preocupaba bastante. Así que decidí decirle a mis padres que en otra ocasión se lo presentaría.

Me acerqué a despedirme de los chicos y a agradecerles todo lo que habían preparado.

¿El gran amor de mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora