Capítulo 1: Puertas Al Infierno

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Extraño las risas, las voces, incluso los gritos y regaños de mi familia. Dentro de todo extraño la vida. Ya nada es como antes, nadie camina por ningún lado, solo esos monstruos caníbales, los niños ya no juegan, ya no existe nada, solo el llanto, la vida como yo la conocía se extinguió, ya no se anda tranquilamente por las calles, simplemente, no se anda, esas cosas no se irán, nos iremos nosotros. Algunos los llaman monstruos, otros los llaman demonios pero yo los conozco como Zombis.

Todo comenzó un lunes 21 de diciembre del 2012, manejaba en la mañana en carretera, estaba fueras de la ciudad. Llegué a mi casa a las 8:15 am como todos los días, listo para una jornada laboral pero ese día no fue normal como los anteriores. No escuche el típico canto de los pájaros, no vi a nadie caminando por la acera o por la calle, los niños no jugaban y los perros no ladraban. Salí afuera del auto para tomar aire fresco pero el aire no era el mismo, entre a casa, saqué mi bicicleta para ir a la casa de Andrea, mi mejor amiga, pero nadie me atendió, fui a la tienda a comprarme algo para desayunar y cuando llegue no vi a nadie pero el lugar estaba abierto así que fui a la sección de lácteos, saque una botella con 3 litros de chocolate y deje el dinero sobre el mostrador. Al llegar a mi departamento todas las puertas estaban abiertas y yo no las dejé así, entre sigilosamente y seguí un rastro de lodo en forma de huella que recorría todo el comedor y después iba desapareciendo por las escaleras. Silenciosamente subí las escaleras y la puerta de mi habitación estaba abierta, se escuchaban ruidos muy extraños ahí. Agarre una escoba y rápidamente entre en mi cuarto pero no vi nada, entonces pegue la vuelta y escuche un crujido bajo mi cama, agarre una piedra que tenia de adorno y la tire allí, se sintió como si la piedra fuera amortiguada por algo extremadamente raro ¿Qué mierda es eso? Me preguntaba aterrorizado y empecé a dar pasos pequeños hacia atrás cuando de repente un humano salió de ahí, le faltaba la mitad de la cara y una mano, sorprendido salí a correr desesperadamente hacia el patio de mi casa donde agarre mi motocicleta y salí lo más rápido posible muy traumado por lo sucedido anteriormente. Fui directo a la comisaría teniendo fe en encontrar a alguien que me explique qué sucedió pero esa estaba desierta, solo por precaución tome una escopeta calibre .12 con un solo cargador, y una revólver Colt calibre .45 con 3 cargadores rápidos y una linterna. Cuando Salí agarre mí motocicleta y me fui lentamente hacia la casa de mi abuela que quedaba a las afueras del pueblo, no tardaría mucho así que me subí, quite el cambio, la puse en primera y partí rumbo a la casa de mi abuela.

Cuando llegue a la salida del pueblo encontré a Andrea sobre el cuerpo de su novio, baje de la motocicleta y le pregunte:

-Andrea ¿Tienes idea de porque el pueblo esta tan desierto? No quise preguntarle ni contarle sobre lo que me pasó en mi casa, me daba mucho terror en tan solo pensarlo.

Andrea paro de hacer lo que hacía, se dio vuelta y me miró con unos ojos tan diabólicos que parecían ser del propio diablo y con una boca ensangrentada.

- ¡Andrea! ¿Qué te sucede? Le pregunte muy asustado pero el parecía no entender.

En ese momento mire al cuerpo, mejor dicho, al cadáver de su novio y pude observar que le faltaba gran parte del estomago. Corrí hacia la motocicleta, la prendí, la acelere e intente ir directo a la casa de mi abuela.

Llegue a un punto donde había un cruce de caminos, lamentablemente no podía tomar ninguno los 2, los caminos estaban llenos de esos caníbales horripilantes, entre ellos mi abuela, no dispare a ninguno de esos malditos caníbales quise dejar las balas para un momento más apropiado así que pegué la vuelta, me marche a toda velocidad con lágrimas recorriendo todo mi rostro casi inmovible por el terror y la tristeza que tenia al ver a mi amada abuela caminando del lado de esas cosas, y por culpa de esos mismos sentimientos perdí la razón y entre en un camino que era totalmente irreconocible para mí, me había perdido pero ya era demasiado tarde cuando me di cuenta de eso.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora