Capítulo 13: Hundiéndome en la miseria

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Logré reaccionar a tiempo y tirar el cuchillo fuera de la cueva, después me golpee varias veces la cabeza sin poder creer la idiotez que estaba a punto de hacer. Laura se dio cuenta que intente matarla y se corrió rápidamente del rincón donde se encontraba, luego me gritó muy mal y me apunto con su escopeta.

-¿Quieres morir, quieres morir? Me decía temblando, obviamente por lo ocurrido.

Nunca le respondí, el momento me había paralizado por completo pero ella seguía y seguía gritándome hasta que se canso y me disparo, por suerte fallo por sus nervios pero eso no descartaba la posibilidad de que me disparara otra vez. Pasaron unos minutos y Laura seguía muy alterada porque intente matarla pero logre tranquilizarla diciéndole que yo estaba muy desorientado por todo lo que me sucedía.

Al día siguiente llegamos a un mercado donde toda la comida estaba totalmente podrida y posiblemente infectada.

27 ó 28 de marzo, posiblemente era 29, no recuerdo muy bien.

No había nada de comer, solo había gaseosas calientes y la asquerosa comida podrida que hacía muy difícil el trabajo de respirar, pero al menos tuve un golpe de suerte, había encontrado un revólver Casull calibre .454 cargada. ¡Qué revólver más hermoso! Junto con una bolsa de plástico llena de balas a su lado, también encontré un hacha tirada en el suelo de la bóveda donde se encontraba la mercancía totalmente podrida, se podía ver caer una especie de jugo viscoso color blanco de ella. Subí por los 5 escalones que conducían desde la bóveda hasta la parte principal del mercado, vi a Laura llorando y a la vez maldiciendo.

-No llore, no pasara nada. Le decía.

-¿Qué diablos te pasa? No quieras sacarle algo positivo a todo esto, sabes que no existe ninguno. Me respondió.

Y tenía razón no había nada positivo pero no era tan grave como para dejarse caer, solo era algo para soltar algunas lágrimas. En fin, ella termino con su escopeta en la mano y yo con mi querida L96A1 y la Casull, los 2 lanzamos balas a los zombis que se acercaban. Así es, fuimos invadidos de nuevo pero esta vez teníamos una oportunidad muy delicada de escapar la cual era trepar por la colina rocosa y desconfiable, no teníamos otra opción y tuvimos que escalarla. Comenzó Laura yendo diagonalmente para cortar el largo camino que debía hacer y luego subí yo... Al subir unos metros tire una granada al suelo para despejarlo un poco pero fue una grave equivocación ya que yo no me encontraba a la altura suficiente para evadir la explosión la cual, por la inercia, me llegó y me dejó mal herido y colgando de una roca que sobresalía de la colina, me asustaba mucho al ver las pequeñas grietas que poco a poco se formaban en ella.

Recuerdo que Laura se burlo de mí al verme y yo le grite:

-¡Venga y ayúdeme por favor!

-¿Por qué razón lo haría? Me contesto para inquietarme.

-Usted se lo buscó. Dije en un tono bajo.

Empecé a balancearme de un costado otro corriendo el riesgo de caer 6 metros, si lo hacía era comida para los zombis.

Me dije a mi mismo en 3 segundos salto, como 3 veces hasta que al fin me llené de adrenalina y tuve el valor, salté directo a una roca que se veía firme, ahora solo me quedaban 20 metros por escalar. Me tome un momento para mirar a Laura y vi que estaba totalmente sorprendida por algo que estaba viendo pero en ese momento no sabía de que se trataba. Pero la intriga solo duro 5 minutos hasta llegar a la colina y observar que todo el horizonte estaba sumergido en la niebla que se venía con un promedio de 30km a lo lejos.

-¡Diablos! Dije.

Salí a correr abandonando a Laura, algunos zombis me llegaban muy rápidamente caso corrían tan rápido como yo. ¿Qué mierda pasaba? Todos corrían pero por mi estúpida suerte no había muchos ahí arriba. Estaba caminando cuando vi una vieja tiendas de armas llamada A.Y.A (armas y artefactos). Entre a saquear un poco el lugar pero estaba vacío solo encontré unas balas para mi francotirador, de nuevo revisé todo buscando armas pero no había nada entonces recurrí a abrir la puerta pero había visitas inesperadas detrás de ella, había zombis en montones empujándose unos a otros como si fuera un amado concierto de rock, obviamente cerré la puerta, puse el cerrojo y corrí por un pasillo hasta llegar a su límite donde rompí una puerta y al alumbrar el cuarto con un encendedor, alcance a ver 2 Hydras (escopetas recortadas) y una Remington M870 calibre .12 Había encontrado las armas y planeaba llevarme las más potentes pero el tiempo no estaba de mi lado, solo agarre la Remington .12 y una de las 2 Hydras y nuevamente corrí por el pasillo pero para cuando me di cuenta los zombis habían roto la puerta...

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora