Capítulo 17: Con vasca hasta en las bolsas

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Estábamos a punto de morir, al menos moriríamos con dignidad, o al menos moriríamos y ya era tarde para correr, ya no llovía con tanta potencia ni había vientos tan fuertes pero el terreno era como fango y también había unos zombis que serian una gran dificultad pero ni eso logro impedir que haga al menos el mínimo intento de escaparme corriendo, claro que lo intente pero termine en el suelo con un zombi arriba mío el cual acabo con un agujero en medio de su estomago.

Diablos, no había salida y no disponía de tanto tiempo para idear una. Me levante y observe el sitio donde anteriormente me encontraba, lo único que logre ver fue una gran cantidad de zombis balanceándose uno sobre otro. Esa era la oportunidad perfecta para escaparme, muchos zombis se habían hecho a un lado lo cual me facilito mucho el escape. Ya a una distancia segura vi un avión que parecía encontrarse a solo unos 400 metros de altura, me enloquecí como cualquier ser humano lo haría pero por desgracia el avión siguió su rumbo y desapareció de mi vista en cuestión de segundos pero mantenía viva la esperanza de que otro avión cruzara y me rescatara, cosa que hasta el momento nunca paso.

10 de abril de 2013.

Si bien lo recuerdo anduve deambulando por el camino hasta ese día. Había encontrado una casa en el borde del camino que me recibió con una desagradable sorpresa ya que ahí dentro encontré a una familia colgada con el cuello y cuerdas atadas al techo. Un niño, una niña y los padres, todos asquerosamente pálidos. Hasta el momento solo eran 4 los muertos no-vivos que vi, revisando un poco el lugar también encontré a un bebé muerto tirado en un colchón y como si fuera poco, encontré el cuerpo de un perro decapitado unos metros detrás de la casa. Regurgitar fue inevitable, es inexplicable mi experiencia en ese lugar, lo hice varias veces ya que no había forma de soportar el olor. Mierda en solo pensar en eso me da náuseas de nuevo. Pero en fin, tuve que quemar los cadáveres y los malditos no tenían si quiera lavanda para sacar los gérmenes e intentar disminuir el olor, al menos había agua y comida enlatada que pude consumir sin problemas ni riesgos.

Al día siguiente, al abrir la puerta, vi a cientos de cuervos por cada rincón del lugar, todos con los ojos raros, algunos hasta parecían estar ebrios y a los 5 segundos me di cuenta de que todos estaban infectados. Es casi como la película "destino final", la pandemia vendría a ser el destino y si sales vivo de ella te persigue a todos lados hasta que por fin te mueres, sin contar a los zombis, la catástrofe y la poca vida que queda, hay una gran diferencia entre esta maldita realidad y esa película, es que en la película hay posibilidades de sobrevivir y en esta maldita realidad no hay ninguna.

Todavía no puedo creer lo estúpido que fui, no hay palabras para explicarlo. Me entretuve pensando en la película mientras los cuervos estaban a punto de lograr que yo sea su cena, se que suena extremadamente tonto, fue lo más estúpido que habré hecho en mi vida, ponerme a pensar en una película cuando miles de cuervos infectados están detrás de una pared que de una simple patada podría derrumbarse. Entre miles de momentos para pensar en algo estúpido tuve que elegir el mas inadecuado, es más, si no fuera por un cuervo que me roso el brazo no recuperaría la conciencia y moriría siendo devorado por cuervos ya que me concentre tanto pensando en esa película que me olvide incluso de mi existencia. 

Lo primero que hice fue buscar un ducto "imaginario" ya que era imposible encontrar uno en medio de un camino por el que rara vez a alguien se le ocurría pasar. Lo buscaba ya que son unas de las principales causas por las cuales yo sigo vivo, pero esta vez no había ninguno por el cual escapar y me dije a mi mismo que era el fin, tenía asegurada la idea de que en unos segundos moriría y recordé que había una caja donde la familia guardaba gran parte de su ropa, corrí a ella y me puse toda la ropa que pude en el menor tiempo posible y solo de un pensamiento instantáneo que cruzo por mi mente se me ocurrió romper el suelo de madera de la casa, primero agarre un pedazo de leña y luego lo tire con toda mi fuerza al suelo, la primera vez solo lo dañe un poco pero en mi segundo intento rompí una gran parte del suelo, más o menos como quería romperlo, después empecé a arrancar las tablas por pedazo hasta lograr un agujero donde pude meterme y al estirar mi brazo sentí algo, encontré en un vaso de plástico, ¿qué haría yo con un vaso contra mil cuervos? Seguramente eso los matará, claro... esperé un momento hasta que al salir todos los cuervos estaban volando a quien sabe cuántos metros de altura. Era mi única oportunidad, salí a correr desesperadamente siguiendo la ruta pero poco a poco los cuervos fueron descendiendo y aparecían algunos zombis que de a poco complicaban la situación y entre esos zombis desgraciadamente encontré a Laura con el pie doblado, con la ropa manchada de sangre caminando directo a mí.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora