Capítulo 21: Usted eligió este destino

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Estábamos acorralados. Una mezcla de sentimientos me invadió, alegría, tristeza, miedo, alivio, etc. Nicholas, la niña y los otros solo sentían miedo y tristeza, trate de reanimarlos pero era algo imposible, estaban muy deprimidos pero todavía habían posibilidades de salir vivos de ahí, si nuestra maniobra, sea cual sea, no funcionaba, sin dudas, moriríamos o al menos uno de nosotros lo haría.

Fue de necesitar mucha inteligencia pero en fin se nos ocurrió el más alocado y arriesgado plan de todos, tal vez el único que se podía realizar en esas circunstancias, el cual tenía grandes posibilidades de que uno de nosotros no sobreviviera pero no teníamos otra opción que salir corriendo de esa casa e ir a un lugar donde estuviésemos más seguros y no sería fácil debido a que la gran cantidad de cuervos infectados se expandía por gran parte de la zona. Yo pensaba que moriríamos o solo ellos, ya que Nicholas seguía teniendo hinchazón en el pie, Melanie y el tipo militar murieron, los 2 tipos eran miedosos, y la niña... pff, por favor. Eran comida para cuervos.

En fin, salimos a correr, pero ahora la cantidad de cuervos era mayor aunque los cuervos eran débiles y los matábamos, otra vez, de un solo golpe cosa que nos facilito mucho.

Muchos cuervos se espantaban y se iban a otro lado, teníamos mucha ventaja.

Logramos llegar a un lugar donde ya no habían tantos cuervos, debían haber solo 30 0 35. Llegamos totalmente agotados y heridos pero sobrevivimos, ahora debíamos descansar y recuperarnos para poder continuar pero a cada rato algunos cuervos nos atacaban, nos dimos cuenta de que era imposible descansar ahí y decidimos ir a otro lugar para hacerlo. Nos levantamos y continuamos, esta vez yo tuve que ayudar a Nicholas dejándolo que se cuelgue de mis hombros.

Pudimos llegar hasta un cruce de 3 caminos, nos dejamos caer el suelo y sin pensarlo 2 veces nos dormimos sin querer de lo exhaustos que estábamos. Al despertarnos, todo estaba oscuro, no se veía nada. Nos asustamos mucho, estábamos en total riesgo. Nos pudimos encontrar porque solo estábamos a 4 metros de distancia o menos y, cuando todo parecía que no podía empeorar, a Nicholas y a otro tipo lo mordieron en el hombro.

-¡Mierda! Me mordieron, voy a morir, voy a morir. –Gritaba Nicholas tartamudeando, ya que mientras gritaba lloraba como un bebé al que le quitaron su dulce.

-¡Aghhh! ¡Moriremos aquí! – Gritó el otro.

Me paralicé por un momento, había zombis y no podíamos verlos;

-¿Qué? ¿Los mordieron? ¡Quítense la vida o serán uno de ellos! –Les grité.

Todo era una pesadilla, una pesadilla que daría miedo al mismísimo diablo. Ellos estaban pendientes de Dios, solo él podía protegernos en esa situación pero esa, solo empeoraba hasta que vi una luz, una luz que se acercaba y se hacía cada vez más grande y luminosa. Era una camioneta la que se acercaba, la cual paro al chocar con algunos zombis y yo aproveche esa oportunidad, nos acercamos corriendo a gran velocidad a la camioneta. El conductor, al verme, dijo rápidamente a su acompañante que iba en el asiento de atrás que me abra la puerta, el acompañante lo hizo y como era de esperarse me hicieron muchas preguntas y yo respondí solo algunas, pero por lo menos ya estábamos a salvo. Antes de subir todos aventé a Nicholas y calló encima del otro tipo infectado.

-¿Qué haces idiota? Me gritaron.

-Lo siento pero están infectados, no podemos dejarlos venir. Les contesté

Los demás se sorprendieron pero, ¿qué más podía hacer? Cerré la puerta y arrancamos, mientras ellos nos gritaban de groserías.

Nunca me dijeron hacía donde iban pero yo tampoco les pregunte sobre eso.

Al otro día, me desperté en el asiento trasero de la camioneta. Salí del vehículo y note que 1 de las personas que me recogieron estaba drogándose y la otra simplemente fumando un cigarrillo cuya marca me era desconocida, un "Muratti".

-¿Qué le pasa a él? -Pregunte al fumador "pasivo"

-Tiene graves problemas con la marihuana y la cocaína. Me llamo Marcos por cierto. No creo que le quede mucho tiempo de vida. Me dijo el dueño de la camioneta.

-Me llamo Ryan, y de alguna forma moriremos... es mejor morir haciendo lo que te gusta que morir agonizando, como calculo lo haremos nosotros. Le dije.

Nuevamente me volví pesimista porque sabía y sé que no habrá salvación alguna, espero que mis instintos se equivoquen.

Luego de unas horas al costado de la ruta, donde paramos, volvimos a marchar. Intentaríamos llegar a la ciudad o bueno, aldea donde les contamos lo que pasaría con la niña, la cual el nombre de dicha aldea se me es difícil de recordar, quedaba aproximadamente a unos 135 km de donde nos encontrábamos pero debíamos llegar, en esa ciudad debían encontrarse más de 10 sobrevivientes apenas, debido a su pequeña extensión, seguridad, provisiones y el doctor.

Los 5 íbamos sin prestar atención al camino, contábamos chistes, historias, etc. Fue el mejor momento de todos dentro del asunto de los zombis porque al menos al fin pude sonreír y reírme... En fin, íbamos tan distraídos que casi chocamos a una chica que se nos cruzo, yo alcance a verla y avise a Marcos, paro la camioneta y dio marcha atrás. La chica estaba muy bien armada y sin dudarlo subió a la camioneta, mis compañeros estaban más asustados de ella que ella de nosotros.

-¿Cuál es tu nombre? Preguntó Marcos cuando la chica apenas acabo de subirse.

-¡Cállate y conduce! Les respondió ella.

Marcos hizo un gesto en su rostro, apretando sus labios y estirándolos, luego exhalo todo su aire por la nariz y continúo manejando.

La chica no era tan linda, tenía ojos verdes y era pelirroja, no era de mi gusto...

En fin, Llegamos a la aldea sanos y salvos después de unas horas.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora