Estábamos demasiados confiados, creíamos que los sujetos de quienes no sabíamos nada no ayudarían a sobrevivir. Se veían demasiado peligrosos y estaban totalmente armados, creíamos que nos llevarían a un lugar seguro, cuando veíamos por el camino cráneos y huesos de humanos que parecían ser víctimas de esos japoneses, fue ahí cuando empezaron las fuertes sospechas.
-Kokode wa sorera o nokoshi nasai. Dijo uno de los sujetos que nos acompañaban.
-¿Qué? ¿Qué cosa dicen? Pregunto Yahira mirando al gigantesco tipo que estaba en frente.
Yo tampoco entendí lo que dijeron pero con las fuertes risas de los 3 sujetos me di cuenta de que eran salvajes asesinos. Nos tiraron al inmenso río donde la corriente era muy fuerte, ahí me di cuenta de lo que quiso decir el tipo. Con ardo trabajo, logramos salir a la orilla y los 3 sujetos de porquería se fueron pensando que ya estábamos ahogados, pero se equivocaron en grande, estábamos solos en el borde de un tenebroso bosque y en la orilla de un inmenso río, bueno no se equivocaron del todo al pensar que estábamos muertos, literalmente no lo estábamos pero era algo parecido, un sentimiento que no se puede describir ni tampoco creer hasta que alguien lo siente.
Ya adentrados profundamente en el bosque que era totalmente oscuro unas velas negras obviamente encendidas nos alumbraron el camino hasta donde había cientos de animales muertos, la mayoría destripados, luego observamos que en cada árbol estaba escrito el número 666 con sangre fresca.
-Seguidores de Satán. Dijo Yahira rezando.
-Diablos, literal, no podemos permanecer más aquí. Le respondí.
Pasó por mi cabeza en rezar, pero en eso un viento llegó de la nada que apagó las velas y unas voces misteriosas empezaron a gritar, obviamente que eran almas en pena. Salimos a correr y a tan solo 100 metros nos encontramos con un brazo del río y este tenía corriente más fuerte, se podía sentir como arrastraba los arboles, así que para no correr riesgos pasaríamos la noche allí.
Esa noche estaba asustado, la noche se me hizo tan larga que volví a pensar en rezar, ya serán 3 veces en mi vida, y el maldito día jamás llegaba. No podíamos salir, estábamos totalmente perdidos y a pocos metros de un lugar satanista y también estábamos en un lugar donde miles de zombis nos podían encontrar.
Empezamos a confiar un poco del lugar e hicimos una fogata y empezamos a charlar y me pregunto cuál era mi nombre, no podía creer que todavía no le había dicho mi nombre, así que le dije:
-Cierto, no se lo había dicho porque con el tema de los zombis y todo eso se me olvidó. Me llamo Ryan, mucho gusto.
Pasaron las horas, en este caso eran las 4:30 am y no podíamos dormir, pasamos la noche platicando y conociéndonos más, incluso puedo asegurar con firmeza que hubo "algo" entre nosotros, nos llevamos bien, y era la primera vez que sentía algo así en mi vida.
-Cuéntame más de ti, ¿Cómo eres? ¿Qué te gusta? Me dijo Yahira.
-Pues verá, generalmente soy muy callado, soy frívolo y solitario, las únicas personas con las que paso mi vida, o bueno, pasaba, era mi abuela y mi mejor amiga, nunca tuve novia, adoro a los animales, más que las personas, en especial a los zorros rojos, son mi animal favorito, los adoro. También soy extremadamente aficionado al rock, metal, y clásica, es de lo mejor. Creo que eso es lo que me inspira a seguir adelante.
-Interesante, ¿cómo no pudiste haber tenido novia en todo este tiempo? Es algo muy bonito, y por cierto, a mi no me gusta el metal, a penas el rock, soy más del estilo del jazz y blues. Espero que eso no te moleste. Me dijo entre cerrando los ojos.
-Descuide, en absoluto. Le dije y pusimos una gran sonrisa.
-Oiga amm...¿Usted si ha tenido novio? Le pregunté temeroso.
-Oh, ¡claro! He tenido 4 novios en mi vida. Dijo sonriente.
-¿Y te has enamorado alguna vez?
- No, bueno, podría decir que sí, conocí a una persona, ha dado su vida por mi hasta el momento, y a pesar de que lo conozco poco tiempo, podría decir que sí.
-Oh, ya veo. Ah, yo no he tenido novia ni sé lo que se siente, nunca he estado con nadie así que sonará raro lo que diré... Amm... Estamos juntos en el mismo infierno, y ah *voz tímida* no sé, ¿Me prometes que estaremos siempre juntos hasta salir de esto? Lo dije con mi voz un poco temblorosa.
-¡Claro que si¡ Incluso después de salir estaré siempre contigo *susurrando* mi amor. Eso último lo dijo en voz baja que no alcancé a escuchar.
-¿Mande? ¿Cómo me llamaste Ya...?
En eso algo interrumpió la conversación, unos pasos de alguien en el bosque.
Recuerdo y recordaré esa noche por mucho, al menos el tiempo que viva, es imposible olvidarlo, por ella y otro de los motivos por cual más lo recuerdo es porque vimos a 6 tipos cubiertos por unas largas túnicas negras merodeando por ahí, ellos eran los malditos satánicos. No debíamos dejar que nos vieran porque quien sabe qué cosa nos harían, nos sacrificarían por sus rituales o algo así, todo eso paso por mi mente en ese momento.
-¿Que están haciendo? Me susurró Yahira con su mirada puesta en ellos.
-¡No lo sé! Respondí.
Nos enfocamos en ellos y pudimos ver que cada uno saco un corazón humano de sus túnicas y los pusieron en un jarro lleno de sangre. Esperamos unos minutos y los satánicos de porquería sacaron una biblia y la quemaron, al ver eso yo saque el rifle y los fusilé a los 6, 4 con balazos en el pecho, y a 2 en la cabeza. Luego salimos a correr desesperadamente adentrándonos cada vez más en el maldito bosque, sabíamos que esa era nuestra única esperanza. Luego de correr unos 100 metros con obstáculos como enredaderas y ramas, llegamos a otro lugar que también era satanista pero este era más horripilante que el anterior. Sigilosamente caminamos paso por paso hasta llegar a un cierto punto donde vimos 10 zombis, nuestras únicas esperanzas eran correr y saltar al brazo del río donde el agua estaba helada y la corriente muy fuerte o disparar lo cual atraería a más de ellos y nos escucharían los satanistas, pero no hicimos ninguna de las 2 cosas, subimos a un árbol de 4 metros de altura y empezamos a disparar a los zombis que lograban escalar al menos 1 metro, pero no nos engañamos sabíamos que la cantidad de zombis que se habían juntado podían derribar el árbol y para empeorar las cosas seguíamos en el maldito lugar satanista y como en 10 minutos nos dimos cuenta que todo el bosque lo era, aunque no era una gran sorpresa después de todo.
Eran las 7:00 am y se habían juntado como otros mil zombis, eran muchos y no podíamos matar a todos, sabíamos que no se irían estábamos obligados a pasar un largo tiempo ahí sin comer, beber y debíamos orinar, no puedo decir nada de eso pero cada minuto era una terrible agonía en ese árbol. Yahira lloró de miedo, teníamos que ahorrar agua, imagínense estar atrapados en un árbol sin poder hacer nada, ni siquiera orinar y que abajo suyo halla docenas de zombis y sin olvidar estar en un lugar que es como un infierno en todos los sentidos. Se enfermarían del miedo como Yahira, porque yo, yo solo quiero orinar.
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Memorias De Un Sobreviviente.
TerrorLa historia se trata de un joven común y corriente, que al llegar un día tras venir de un congreso fuera de la ciudad se encuentra con una situación extraña, lo cual lo deja muy confundido. Al Descubrir lo que sucede queda muy alterado, asustado y a...