Capítulo11: Entre la vida y la muerte

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Como dije antes me había dormido y me despertó el ruido de las balas cuando todo se fue a la mierda. La granja había sido invadida por cientos de zombis que no sé como puñetas lograron entrar. Salí corriendo a la supuesta habitación de emergencia donde guardaban las armas y... ¡Oh, sorpresa sorpresa! Encontré un L96A1, mi francotirador favorito. Si algo me enseñó bien mi padre, fue usar estas hermosuras llamadas armas.

Aparte de mi arma favorita, tomé una Colt M1911 que guarde en mi bolsillo por si las dudas, tenía que hacer algo inteligente pero era mucha presión la que tenía encima.

-Ryan, ven por aquí. Me grito Laura, una chica muy peligrosa.

Corrí hacia ella, nos escondimos en una trinchera cubierta con una muralla de ladrillos que armamos y empezamos a hacer un plan con el jefe que era el pedazo de músculos que me llevo a esa granja. Éramos los únicos 3 sobrevivientes los demás ya habían muerto para ese momento. El plan era dividirse entre los 3, Laura se escondió detrás de una pared de tablas, el jefe se quedo en la trinchera y yo detrás de un simple árbol. Ahora solo nos faltaba atraer poco a poco a los zombis y aunque no teníamos carnada la presa vino sola pero no fue como esperamos. Llegaron en montones, todos fueron directo a la trinchera. Laura no se asustaba tanto como Yahira, Laura era valiente y estaba acostumbrada a esas ocasiones.

-Ryan, escóndete detrás de aquel pozo. Gritó Laura.

Corrí a esconderme sin decir ninguna palabra. No tenía idea de cuál era el plan de Laura pero era de suponerse que era arriesgado.

Tenía en mente correr y salir de la granja pero había ganado un poco la confianza de Laura y no podía dejarla sola además no quería estar solo de nuevo, necesito a alguien para que sea mi carnada en caso de emergencia. Luego de unos minutos me canse de esperar el plan que Laura tenía en mente y actué por mí mismo, salí corriendo teniendo en mente llegar atrás de un árbol que se encontraba a solo metros del baño y no me arrepiento de hacerlo, además justo ahí encontré una granada con seguro. Laura quería matarme porque fuera cual fuera su plan lo había arruinado. Pase minutos planeando que hacer pero la inspiración nunca llegaba a mí, y los zombis que estaban más cerca de mí se acercaban lentamente para comerme y ya no tenía otro lugar a donde ir ¿Seria este el final de mi vida? Me preguntaba aterrado y de la nada me salió un llanto con total penuria y quite el seguro de esa estúpida granada sujetándola en mi pecho esperando a que todo se fuera a la mierda como en todas las ocasiones anteriores pero la granada se había cebado y simplemente se quedo como un adorno en mis manos y me decepcione. Mire nuevamente al cielo nublado y empecé a recordar muchos momentos de mi vida los malos, los buenos y recordé a mi familia que aunque no me trato muy bien la extrañaba y me arrepentí en ese momento de hacer lo que hice con mis padres, fui un total estúpido. Baje la cabeza nuevamente y los zombis estaban al lado mío parecía un final obvio y esperado pero Laura actuó rápido y tiro balas por doquier, recibí una de ellas en mi brazo pero de todas formas pude escapar.

-¿Estás loco? Mandaste a la mierda mi plan. Deja de hacer tonterías e intenta sobrevivir. Dijo Laura.

Yo tartamudeé al intentar responderle. En ese momento deseaba estar muerto solo para no escucharla gritar y expresar su enojo conmigo, pero yo hago las cosas a mi manera y ninguna mujer, menos como ella podrá obligarme a cambiar.

Quería estar lejos de ella y entonces corrí a esconderme dentro de una cabaña mal armada, no parecía estable pero lo era. Laura se me había perdido de la vista y pensé que estaba muerta pero me la había encontrado en la cabaña sana y salva.

Estaba a punto de matarla cuando los zombis rompieron las tablas de la cabaña haciendo que gran parte de ella se derrumbe. Saque mi L96A1 y tire balas hacia ellos pero no sirvió de nada, los zombis entraban rápidamente con sus movimientos horribles y sus cuerpos ensangrentados, y estos no eran lentos eran más rápido de lo normal, era impresionante la velocidad con la cual nos llegaban bruscamente, como un hombre caminando lo más rápido posible.

Laura salió a correr a la deriva como 10 segundos después de que los zombis nos encontraran y por su puesto yo la seguí. Solo fue cuestión de segundos de que me dará cuenta de que ella solo corría en círculos y me dije a mí mismo "basta". No podía seguir sobreviviendo corriendo y escondiéndome de todo. Había tomado la difícil decisión de luchar por mi vida a toda costa ya sea a puño limpio o con granadas, estaba dispuesto a dar todo por sobrevivir incluyendo a dar la vida de alguien más.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora