Capítulo 20: Desgraciada condena

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Quedamos inconscientes por aproximadamente 40 minutos. Al levantarme lo primero que hice fue correr a ayudar a Melanie pero ya era tarde, estaba muerta, se había roto el cuello con el catastrófico accidente por no usar cinturón, ¿Estaré condenado a vivir el resto de mi vida sin una mujer a mi lado? ¿A caso soy el responsable de la muerte de todas las mujeres hermosas que conozca? ¿Moriré virgen? ¡Qué triste! Pensé.

Revisé el resto del auto, el hermano de Melanie, 2 de los tipos junto con la niña, sobrevivieron al accidente y como es de esperarse el marica de Nicholas empezó a llorar por su hermana, yo pase un maldito infierno toda mi vida, sufrí cosas inimaginables y nunca lloré ni una lágrima, que nena de su parte. Me estaba volviendo como Hitler, quería matar a Nicholas ,o solo porque era débil, si no también era Judío, rara coincidencia.

Continuamos caminando, yo iba totalmente incómodo y desconcentrado, solo porque Nicholas cargaba al cadáver de su hermana ya que eran muy unidos, supongo. Nunca tuve una hermana así, sé que nunca pode sentir ese "vinculo especial", ni con mi hermano, él fue el consentido mientras yo el ignorado, siempre quise tener un hermano/a que esté conmigo, siempre.

Caminamos hasta que finalmente me harté y le dije con paciencia a Nicholas que deje de una vez el cadáver de Melanie en algún lugar, no podíamos seguir así y solo perturbaría más a la niña. Nicholas no me contestaba, quería a su hermana más que a nadie, yo quería golpearlo, dijo que sólo se separaría de ella cuando esté muerto.

El tiempo paso volando, la noche nos iluminaba con su maravilloso esplendor, Nicholas seguía cargando a Melanie pero estaba totalmente agotado, finalmente se dejo caer en medio de la ruta, yo hice lo mismo, habíamos caminado toda la tarde merecíamos un descanso.

Tuvimos un tiempo para hablar y pregunté a los tipos en donde estaba el tal Hofstadter, dijeron que se ocultaba en una aldea cerca de ahí, que nos llevarían. Dormimos como 6 horas luego seguimos caminando aún estando agotados, 6 horas de descanso en un infierno como este no es nada. Seguimos hasta encontrar una casa abandonada, entramos sigilosamente, no había ni un solo foco, la "casa" era solo el suelo y unas paredes de madera podrida. Era pequeña, lo cual nos permitió revisarla sin problemas, no había nada dentro de ella, excepto nosotros, pero debíamos preocuparnos por los peligros que podría haber fuera de la casa. En fin, nos acostamos y empecé a recordar, y pensé: ¿La infección puede afectar a los muertos no infectados? ¿Qué quiso decir Paola? Resucitaron a un cadáver con ese prión, eso quiere decir que sí. Tuve suerte en salir bien de aquel cementerio, o quizás no.

Al día siguiente, al despertar, el cadáver de Melanie era pura asquerosidad con su cuello roto, su cuerpo cubierto de sangre y ya estaba en descomposición. El hermano no quería aceptar enterrarla o tirarla por ahí, pero si él no lo hacía yo lo iba a hacer y le advertí sobre eso. El intento intimidarme diciéndome:

-¡Llegas a tocar al cadáver de mi hermana y te juro que te parto tu maldita cara desgraciado!

-Si tan rudo se cree, máteme. Le respondí burlando su intento de intimidarme.

-¿Qué quieres? ¿Qué...que te mate? Me preguntaba confundido.

-Máteme, muestre su valentía. Le decía y le tire una pistola.

Con esas simples palabras lo asuste, nuevamente intento tomar la reputación de malo y le salió mal.

-¿Qué espera? Máteme. Le decía.

Él no respondía a nada así que camine unos metros, me agache agarre la pistola que anteriormente le tiré y le golpeé en el pie derecho, el grito y se cayó al suelo. Luego lo agarre de la camisa, lo levante y le dije:

-Escúchame, no aparentes ser lo que no eres o terminaras sufriendo. Le susurré apretando mis dientes, luego lo solté y nuevamente cayó al suelo.

-Pásame la pistola, te disparare si es lo que quieres. Me dijo mientras yo me alejaba.

-Haha, me da risa, tal vez le mate en este preciso momento, pero le tengo mucha lástima. Lo dejare aquí solo esperando a que mueras de hambre o los zombis lo coman Le dije.

-¿Qué? No, no, no. Escúchame, ¿Porque me haces esto? Solo te dije que no te acerques a mi hermana, si quieres vete pero déjame con ella y no me hagas daño. Aclaró Nicholas

-Haz lo que quiera, no me impor... –Mi frase quedo ahí, no pude seguir hablando, me interrumpieron los otros gritando que vea al cielo. Quedé impresionado debido a la gran cantidad de cuervos infectados que aparecieron instantáneamente. Todos volaban de un lado al otro, probablemente eran más de mil cuervos.

-No, Dios ¿Por qué? –Gritaba Nicholas mientras lloraba.

Corrí velozmente a jalar a Nicholas y cargar a la niña, fuimos a la casa abandonada.

-¿Por qué me salvaste? –Me pregunto.

-Será mi cena. Le dije deshaciéndome de la poca alegría que le quedaba.

-¡Te irás al infierno desgraciado! –Me grito.

-¿No lo ve? ¡Ya estamos en él! –Le respondí deprimiéndolo aún más.

Abrí la puerta mal hecha de la casa y vi que había cuervos infestados por todos lados, como en la vez anterior.

-¿Qué vamos a hacer? –Pregunto Nicholas.

-Yo sobrevivir, no sé ustedes. –Les respondí.

Tenía en mente usar a Nicholas o a algún otro como carnada para poder escapar pero lo cuervos eran muchos, sería lo mismo no sacrificarlos. Estábamos al borde del abismo de la muerte, la casa no soportaría mucho tiempo no era nada resistente. Me preguntaba ¿Hay un infierno peor que este?, pues en poco tiempo lo sabré.

Memorias De Un Sobreviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora