Memorias De Un Sobreviviente.

Capítulo 18: Dulce sabor amargo

No tuve otra opción, simplemente la decapité de un hachazo, cosa que debí a ver hecho mucho antes. Luego seguí mi camino caminando porque ya estaba muy cansado, nunca tuve estado físico para correr ya que nunca me importo mucho hacer deportes y además mi pierna seguía hecha fiasco, de pronto escuche un ruido fuerte, reconocí al instante que era de una motocicleta Yamaha FZ16. Rápidamente fui al lugar donde me pareció escuchar el ruido la vi tirada junto a un hombre inconsciente a poco más de 10 metros de ella, seguramente el hombre cayó de la motocicleta al andar con gran velocidad. Fui a ayudar al hombre y noté que le faltaba una parte de la pierna izquierda la cual nunca pude ver. Intente hacer que el hombre recupere la conciencia pero ningún intento funcionó, así que agarré la motocicleta y partí rumbo a una escuela de planta baja y alta de la cual me habían hablado anteriormente en la camioneta de guerra, se suponía que esa escuela sería el refugio del grupo de sobrevivientes que habitaba en el hospital Sarmiento pero debido a lo que había sucedido, la escuela sería toda mía. Al llegar, lo primero que hice fue revisarla y buscar un lugar seguro, ese lugar era la bodega de la escuela que quedaba en la planta alta, ya que había cajas y cajas de cosas inservibles algunas tenían latas de comida y otras botellas de agua por lo cual el trabajo de sobrevivir se me facilitaría un poco. Pasaron algunos minutos y mientras yo revisaba las cosas escuche ruidos de pasos que venían del pasillo, abrí la puerta lentamente, y escuche el ruido de una M1911 al cargarse, entonces supe que no era un zombi sino un ser humano, salí con calma de la bodega pero al salir me encontré con una bella chica asustada y desesperada que rápidamente apretó el gatillo, yo me quede impresionado pero la bala nunca salió, se le había olvidado jalar el botón de liberación de la corredera -Botón para preparar el arma cargada- Tonta chica, no sabe manejar un arma, pero tal vez eso evitó mi muerte.

-¿Quién eres? Me pregunto.

-Tranquila, solo soy un simple mortal. Me llamo Ryan.

-¿Y qué haces aquí? Pregunto nuevamente.

-Pues... si no se ha dado cuenta, intento sobrevivir. Dije sarcásticamente.

Un silencio muy incómodo reino durante unos segundos y de pronto apareció el hermano de la chica apuntándome con otra pistola, yo me quede como paralizado por un momento y puse mi mano derecha lentamente en mi bolsillo derecho simulando que sacaba un arma para tirarla al suelo y así parecer indefenso y que el sujeto no me dispare pero en un movimiento rápido volví a entrar a la bodega y salí en apenas 5 segundos después con mi preciada Casull -Sí, no la he soltado durante todo el recorrido, es que me encanta- apuntando al sujeto en la cabeza. Lo que pasaba era para reírse ya que en el momento que el sujeto vio que tenía la Casull en mis manos tiró su arma al suelo y se arrodillo pidiéndome piedad, pasó de ser el malo a ser el indefenso.

-No me dispares, por favor. Me suplicó.

Lo mire unos segundos y de pronto apreté rápidamente el gatillo, La hermana del sujeto grito y cerro sus ojos instantáneamente al ver que moví mis brazos para disparar y el hermano grito e intento hacer un escudo con sus brazos. Al abrir los ojos, la hermana del sujeto, vio al hermano hecho bolita y detrás de él un paisaje de sangre con un zombi en tirado en el suelo, luego me miro y me dijo:

-Gracias a dios... salvaste la vida a mi hermano, creo que debo agradecerte.

No le respondí simplemente me acerque a su hermano, extendí mi mano a él y dije:

-Levántese, no voy a matarle, a menos que sea una de esas cosas.

Él se levanto y miro sus espaldas y al ver toda la sangre y pedazos de carne que había, empezó a inflar y desinflar sus mejillas, causado por el reflejo del regurgito.

Pasé la noche con ellos tratando de conocerlos mejor. Estuvimos charlando Melanie –La hermana- y yo, hasta más o menos las 2 de la madrugada donde ambos nos preguntamos cómo sobrevivimos, ella me respondió:

-Yo sobreviví gracias a mi hermano que me protegió bajo todas circunstancias.

Al comenzar todo este asunto yo estaba en la casa de mi tío la cual está en este mismo pueblo pero es totalmente insegura y usamos esta escuela como refugio desde hace 3 semanas. ¿Y tu como sobreviviste?

Yo le conté mi historia resumida sobre como sobreviví y mientras miraba sus ojos celestes me sentía como si nada malo pasara. El silencio nuevamente llego pero este no era incómodo sino uno agradable pero un grito lo arruino, de pronto su hermano entró corriendo a la bodega y dijo:

-Mierda, hay zombis, muchos de ellos están dentro de la escuela, debemos salir.

-¿Qué? ¡No puede ser! Dijo Melanie.

Mientras ellos seguían su charla me quede pensando, recordé los ductos y las alcantarillas y como esta era una escuela debía haber muchos de ellos, o eso pensaba.

-¿Donde hay ductos o alcantarillas aquí? Pregunte.

Creo que conozco una alcantarilla sígueme. Dijo Nicholas, el hermano de Melanie.

Bajamos las escaleras rápidamente hasta llegar al los túneles utilitarios, había de agua, gas, electricidad, etc. Encontramos una ventilación por la cual podíamos escapar pero no sabíamos hacia donde iba, eso no nos importó en ese momento así que entramos, estaba todo totalmente oscuro, no sabíamos dónde estábamos, podríamos parar en cualquier parte y no teníamos ni una linterna, fósforo, o encendedor. Salimos y corrimos hacía donde había guardado la motocicleta, la sacamos, la prendimos y la aceleramos. Íbamos a una gran velocidad por el pasillo creyendo que podíamos atravesar a los zombis pero al llegar a la salida perdimos las esperanzas porque estaba congestionada de zombis.

-Sujétense, intentare salir por el gimnasio. Les dije.

Pegué una peligrosa vuelta e iba a toda marcha para el gimnasio que tenía un salida y si estaba repleta de zombis ya podíamos considerarnos muertos, por suerte logramos salir sin problemas y planeábamos ir a la jefatura de policías donde debían encontrarse algunas armas que nos vendrían demasiado bien para sobrevivir, sólo vimos zombis que intentaban alcanzarnos. No teníamos donde ir y además todo el maldito pueblo estaba repleto de muchos, pero al saber que Melanie estaba a mi lado no estaba tan preocupado.